Nos habéis preguntado por unos auriculares que se anuncian en Internet desde hace unos años llamados HALO SPORT y que supuestamente hacen que puedas “aprender” más rápido mientras haces deporte. Lo que se dice de ellos en el vídeo de presentación que nos han mandado (en un canal con 3 millones de seguidores) es que “estimulan la corteza cerebral” con unas puntas de gomaespuma que “al humedecerse” aplican “descargas eléctricas” indoloras que llegan a la “corteza motora” y que pueden incrementar la precisión de movimientos o hacer que memoricemos algunos. ¿Pero pueden o no pueden? Parece ser que no.
Los auriculares se colocan a modo de casco y cuentan con una base de almohadillas de gomaespuma en la cara interior que se pegan a la cabeza una vez colocados. Sería a través de estos relieves por donde se propagan pequeñas descargas eléctricas que harían que las neuronas entraran en un “estado de hiperplasticidad”, según el anuncio y otras informaciones que comentaron sus funciones. La neuroplasticidad cerebral es el proceso mediante el cual el cerebro cambia cuando aprendemos algo nuevo.
“Una estimulación neuronal no implica que se lleven a cabo procesos de aprendizaje ‘más rápidamente’. También hay que tener en cuenta que uno de los grandes protagonistas relacionado con la memoria y el aprendizaje es el hipocampo, no la corteza”, nos explica Pablo Caruana, maldito que nos ha prestado sus superpoderes y que es investigador en el grupo de neurogénesis en la Universidad de Barcelona*.
Algunos estudios reflejan que la estimulación transcraneal a través de corrientes eléctricas emitidas por un gorro con electrodos es capaz de afectar al área cerebral concreta a la que están dirigidas. Entraría en juego en este caso concreto la precisión con la que los cascos dieran con esa zona, algo que no parece ocurrir en este caso ya que todas las personas utilizan el mismo dispositivo y este no se amolda de la misma manera para todas ellas.
Caruana explica que “se necesita mucha precisión para estimular una zona concreta del cerebro, y esos cascos parecen cubrir la cabeza de lado a lado sin darle importancia a que zona pretenden estimular”.
Con este argumento coincide Natalia García Casares, doctora y especialista en neurología cognitiva de la Universidad de Málaga: “Existe el problema de localizar con exactitud el área que queremos estimular, ya que no todas las personas son iguales”.
En el vídeo sobre los auriculares se dice que podrían ayudar a aprender mejor en otros ámbitos que no fuesen en el deporte, como en la música, pero eso se antoja más complicado incluso, ya que según explica García Casares “muchas funciones cerebrales como la memoria o el lenguaje funcionan mediante una red cerebral, lo que implicaría estimular todas esas zonas”.
“También se desconoce la dosis óptima de corriente eléctrica segura a administrar y por otro lado se necesitan más estudios para determinar el efecto a largo plazo de esta técnica”, añade. De hecho, existen estudios sobre la aplicación de neuroestimulación que cuestionan el nivel de descarga que debe aplicarse para generar esa estimulación y que advierten que la medida tiene que ser muy precisa para que se haga de manera efectiva.
*Hemos actualizado el cargo de Pablo Caruana, maldito que nos prestó sus superpoderes en esta pieza.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Pablo Caruana, investigador en el grupo de neurogénesis en la Universidad de Barcelona.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 13/03/2020