Desde que se puso en marcha la aplicación Radar COVID para rastrear contactos de personas contagiadas, ha salido a colación el término “privacidad por diseño”, ya que la tecnología en la que está basada (te hablamos sobre ella aquí) sigue este principio. ¿Qué significa que la “privacidad” esté en el “diseño” de una tecnología y por qué es importante?
El privacy by design, como se conoce en inglés, es una iniciativa en la que hacen hincapié tanto organizaciones que trabajan por un uso cívico de la tecnología. Está dirigida a la parte previa a la elaboración y presentación de un servicio, como una app o una red social, por lo que también actúa como un “principio” que puede seguir una compañía.
Lo que busca es centrar los primeros pasos del diseño de ese servicio en desarrollar políticas que sitúen la privacidad y la protección de los datos de los usuarios por delante. Es decir, que estos factores sean los que primen a la hora de construir una app, por ejemplo, y no el beneficio propio de la compañía o institución que lo hace.
Un servicio o aplicación que se base en este principio no podría explotar tu información personal para enriquecerse ni venderla para fines que no conoces, a diferencia del modelo de negocio basado en datos que predomina ahora. Aquí te contamos el ejemplo de FaceApp o de otras aplicaciones que lo siguen.
¿Para qué? Pues para evitar cosas como las brechas y fugas de datos, que la empresa propietaria venda tu información a otras empresas, que el diseño sea algo más seguro ante ataques informáticos, etc. Pero principalmente, el objetivo es asegurarse de que las entidades que crean servicios tecnológicos respeten la privacidad de sus usuarios y conviertan esta práctica en algo habitual.
El concepto no es algo que haya surgido ahora que interactuamos diariamente con un smartphone y todas las aplicaciones, servicios, redes sociales, etc. que incluye. Lo planteó en la década de los 90 una investigadora canadiense llamada Ann Cavoukian y que a día de hoy es referencia en el campo de la privacidad y la tecnología. ¿Por qué hacía falta entonces, cuando el acceso a Internet no era tan masivo? Cavoukian explica que los efectos de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) serían imparables y que la conectividad que traerían a las personas requeriría de estas protecciones.
En el caso de la tecnología en la que está basada la app Radar COVID, llamada DP3-T, ha sido desarrollada para que pueda funcionar garantizando el anonimato: móviles pueden conectarse entre sí para enviarse códigos que no pueden identificar a sus propietarios.
Primera fecha de publicación de este artículo: 02/10/2020.