¿Un cliente misterioso? ¿De qué va eso? John Smith es un usuario que va recorriendo portales de compra online, como Amazon, llenando las cestas de todo tipo de productos y luego dejándolas colgadas, sin completar la compra. Hablamos de decenas de productos y de cualquier tipo, desde motosierras a marcos de fotos pasando por kayaks. Cuando tiene una cesta llenísima de cosas aleatorias, deja el proceso de compra y se va a otra portal a hacer lo mismo.
Las plataformas de venta online comenzaron a preguntarse a qué se debía este comportamiento. Gran parte de sus beneficios sale de poder analizar estadísticas de qué interesa a sus clientes y qué no para vender esa información con fines de márketing (a otras compañías les interesan estos movimientos para saber qué publicidad colocarte en Internet) y este usuario estaba reventando ese proceso.
Ninguno de los correos automáticos que animan a finalizar el proceso llegaban y había algo que no cuadraba con la manera en la que esta persona seleccionaba cosas de manera compulsiva. Llegados a ese punto, podía incluso ser un ataque informático del que no tenían constancia. La clave está precisamente... en que no es una persona. Es Google, pero, ¿para qué hace esto? Os lo explicamos.
John Smith es solo uno de los nombres comunes utilizados
John Smith es en realidad un usuario falso por el que se hace pasar un programa automatizado creado por Google para vigilar los precios de los productos. ¿Por qué necesita hacer eso? La empresa tiene una funcionalidad llamada Google Shopping, que digamos que es como un primo del gran buscador: sirve para comparar precios.
¿Qué manera encuentra esta tecnológica de asegurarse de que los precios de su buscador son exactos a los de las tiendas online? Al parecer, creando un programa automatizado, similar a un bot, que hace que compra por todo Internet. Con su nombre, su correo electrónico y todo lo que se necesita para hacer de usuario real, como ha desvelado este reportaje del diario The Wall Street Journal.
"Utilizamos sistemas automatizados para garantizar que los consumidores obtengan información precisa por parte de los vendedores. En ocasiones, esto puede hacer que los vendedores vean carritos abandonados como resultado de los test que realiza nuestro sistema para comprobar que el precio que se muestra es el mismo al finalizar la compra", explican a Maldita Tecnología desde Google, al ser preguntado por este proceso.
Google se sirve de este programa para identificar las ofertas que no sigan sus políticas de uso en Google Shopping. Por ejemplo, que una compañía ponga un producto falso o a un precio que no corresponde, porque se infla luego entre gastos de envío desproporcionados u otros impuestos. Google cobra una comisión de las compras que se realizan a través del portal de Google Shopping.
Detectar el comportamiento automatizado en este caso no es sencillo, aunque sí común
Esta historia muestra la facilidad que existe actualmente para encontrarnos con sistemas automatizados que se hacen pasar por usuarios sin que nosotros nos demos cuenta: que pensemos que estamos tratando con una persona, cuando en realidad es un programa informático. También elimina la concepción que tenemos de que un bot siempre se utiliza de mala fe.
Al fin y al cabo, es un programa informático que puede programarse para actuar de forma automática, pero siempre con el objetivo que sus creadores le impongan.
En el caso de John Smith, empresas que se vieron afectadas por sus reservas disparatadas se dieron cuenta de que siempre iniciaba sesión desde una cuenta de Gmail (el servicio de correo electrónico del que es dueño Google), basada en la sede de California de la empresa y linkado al número de su centralita, de ahí que trataran de verificar que no se trataba de un hackeo a su tienda.
Los bots son un recurso común en el sector de las compras online para comprobar la disponibilidad de los recursos de un servicio. Normalmente son grandes empresas las que los usan, como Amazon o Microsoft con una finalidad parecida: comprobar cómo se indexan los buscadores y comprobar precios.
Primera fecha de publicación de este artículo: 21/08/2020.