La nube (o cloud) suena a espacio infinito, a un lugar abstracto intangible donde está guardado todo nuestro rastro digital, nuestros trabajos, nuestras fotos y vídeos y en cierta modo nuestra vida. Así quiere el márketing digital que te la imagines porque, en realidad, es un concepto que hace referencia a los miles y miles de servidores físicos que almacenan toda clase de bases de datos y servicios.
Son como superordenadores que pueden conectarse entre sí y transmitirse información los unos a los otros. Están diseñados para almacenar y administrar datos, ejecutar aplicaciones o entregar el contenido de los digital media, que es como se le llama a las compañías que distribuyen contenido por Internet. Un ejemplo es Facebook, que te permite subir fotos, escribir publicaciones, compartir noticias...
Están desperdigados por el mundo: normalmente las empresas tecnológicas crean sus centros de datos en lugares inhabitados, donde pueden desplegar una nave lo suficientemente amplia para contener muchos ordenadores que lo que hacen principalmente es recoger y procesar datos sin parar. Son esos dispositivos los que guardan la información que subes a Google Drive, por ejemplo, o lo que le dices a Alexa.
¿Por qué se le llama nube? Porque da la sensación de que esa información no está en ninguna parte concreta, sino que es un espacio enorme donde puedes subir un montón de datos sin demasiadas limitaciones. Por eso las empresas de telecomunicaciones y los gigantes tecnológicos quieren meterte la nube hasta en la sopa: les das permiso para guardar información sobre ti en sus espacios.
Este concepto está incluido en nuestro glosario tecnológico, donde hay definidos una treintena de términos relacionados con el mundo digital. Echa un vistazo y ya sabes que si hay alguna palabra que se te escapa o que no llegas a comprender, ¡solo tienes que preguntar! A nuestro correo ([email protected]), Twitter o Facebook.