¡Hola, malditas y malditos! Ya está aquí nuestro tercer consultorio tecnológico, que como sabes contestamos cada martes. Hoy respondemos a vuestras preguntas sobre si funcionan unos auriculares que supuestamente te hacen aprender más rápido, sobre si Instagram nos escucha o no y explicamos un término que habrás oído mucho: Internet de las cosas.
Ya sabéis que este consultorio busca responder a vuestras preguntas y dudas sobre aspectos del mundo online que no entendáis, términos e información relacionada con tecnología digital. ¡Así que ya sabéis: a preguntar! Podéis hacerlo a través de Twitter, en el correo [email protected] y a nuestro servicio de WhatsApp (655 19 85 38).
¿Instagram nos escucha para colocarnos publicidad?
Estás de charla con tus amigos, hablando de las últimas vacaciones que pasasteis juntos, y al cabo de un rato entras en Instagram y te encuentras con un anuncio de un resort cinco estrellas que te anima a ir el próximo verano. A día de hoy se sigue especulando con si Instagram coloca este anuncio porque accede al micrófono de tu móvil y escucha lo que dices, pero por el momento no hay evidencias para respaldarlo y la versión oficial es que no.
En la política de datos de Instagram viene especificado que pueden obtener información según la configuración que activemos en el dispositivo, “como el acceso a la ubicación de GPS, la cámara o las fotos” para personalizar los anuncios. Se puede intuir que el uso del micrófono entra en esa configuración, pero no está especificado e incluso Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Facebook, ha tenido que responder ante este hecho (asegurando que no lo hacen).
En definitiva, que tanto Instagram como Facebook aseguren y vuelvan a asegurar que no utilizan el micrófono para poner publicidad no implica que no tengan la suficiente información para ese y muchos otros fines. Investigaciones independientes han puesto a prueba la teoría y han tenido que descartarla, e incluso antiguos empleados de Facebook, que pusieron a punto su estructura publicitaria, dicen que este no es el mayor problema de la acumulación de datos.
Recordemos que Instagram pertenece a Facebook desde 2012, por lo que esta empresa también tiene acceso a todo la información que Instagram tiene de ti y puede cruzarla y compartirla con todos los servicios que posee Facebook, así como con el propio Facebook. Todo ello puede usarse para “mejorar el servicio”, que incluye también ofrecer mejores anuncios y más personalizados.
Y otra cosa importante: si tenemos instalado Instagram, es muy probable que el permiso del micrófono esté dado de forma continua, porque es necesario si colgamos Stories. Con todo esto presente, nos hemos puesto en contacto con Facebook y un portavoz de la compañía ha reasegurado que "ni Facebook ni Instagram usan el micrófono de tu móvil para poner anuncios": "Basamos los anuncios que mostramos en los intereses de las personas y en otra información del perfil, no de lo que se habla en alto".
Con tanta negativa por parte de la compañía en tantos niveles, no se puede afirmar que sea así como se coloca la publicidad. ¿De dónde saca Instagram tanta información para acertar con los anuncios, en ese caso? Teóricamente, de todos los recovecos a los que tiene acceso a través de tu móvil, tu actividad online, tus contactos... Hasta de cosas que no te imaginarías, como “la forma en que realizas toques y te desplazas, que puede ayudar a distinguir humanos de bots y detectar fraude”, tal y como se anuncia en la última actualización de sus políticas.
“Usamos la información relacionada con la ubicación, como tu ubicación actual, el lugar donde vives y los lugares que te gusta visitar, así como las empresas y las personas que se encuentran cerca de ti, para proporcionar, personalizar y mejorar nuestros Productos, incluidos los anuncios”, se precisa en la Política de Datos. Esto incluye aun cuando no estás utilizando Instagram o algún producto de Facebook directamente.
“También recopilamos información de contacto si eliges subirla, sincronizarla o importarla desde un dispositivo (como una libreta de direcciones, un registro de llamadas o un historial de SMS)”. Es decir, que si te descuidas y sincronizas esa información, también ven a quién has llamado o de quién recibes mensajes de texto.
Pero es que no queda ahí la cosa, porque entre las mil y una cosas que recoge Instagram sobre ti, está también la información que obtiene a través de los demás. “También recibimos y analizamos contenido, comunicaciones e información que nos proporcionan otras personas al usar nuestros Productos. Estos datos pueden incluir información sobre ti, como en caso de que otras personas compartan o comenten una foto tuya, te envíen un mensaje o suban, sincronicen o importen tu información de contacto”.
Además, imagina que con toda la información que tiene Facebook de ti, más la que obtiene a través de distintos rastreadores de navegación, la capacidad de Instagram para hacerse una idea de quién eres, con quién hablas, qué compras, adónde vas de fiesta y mucho más es bastante certera. Y si no crees que pueda ser para tanto, puedes probar a descargar toda la información que Facebook tiene de ti. Quizás te lleves una sorpresa.
¿Pueden unos auriculares con estimulantes craneales conseguir que aprendamos más rápido?
Nos habéis preguntado por unos auriculares que se anuncian en Internet desde hace unos años llamados HALO SPORT y que supuestamente hacen que puedas “aprender” más rápido mientras haces deporte. Lo que se dice de ellos en el vídeo de presentación que nos han mandado (en un canal con 3 millones de seguidores) es que “estimulan la corteza cerebral” con unas puntas de gomaespuma que “al humedecerse” aplican “descargas eléctricas” indoloras que llegan a la “corteza motora” y que pueden incrementar la precisión de movimientos o hacer que memoricemos algunos. ¿Pero pueden o no pueden? Parece ser que no.
Los auriculares se colocan a modo de casco y cuentan con una base de almohadillas de gomaespuma en la cara interior que se pegan a la cabeza una vez colocados. Sería a través de estos relieves por donde se propagan pequeñas descargas eléctricas que harían que las neuronas entraran en un “estado de hiperplasticidad”, según el anuncio y otras informaciones que comentaron sus funciones. La neuroplasticidad cerebral es el proceso mediante el cual el cerebro cambia cuando aprendemos algo nuevo.
“Una estimulación neuronal no implica que se lleven a cabo procesos de aprendizaje ‘más rápidamente’. También hay que tener en cuenta que uno de los grandes protagonistas relacionado con la memoria y el aprendizaje es el hipocampo, no la corteza”, nos explica Pablo Caruana, maldito que nos ha prestado sus superpoderes y que es investigador en neurogénesis en la Universidad de Barcelona.*
Algunos estudios reflejan que la estimulación transcraneal a través de corrientes eléctricas emitidas por un gorro con electrodos es capaz de afectar al área cerebral concreta a la que están dirigidas. Entraría en juego en este caso concreto la precisión con la que los cascos dieran con esa zona, algo que no parece ocurrir en este caso ya que todas las personas utilizan el mismo dispositivo y este no se amolda de la misma manera para todas ellas.
Caruana explica que “se necesita mucha precisión para estimular una zona concreta del cerebro, y esos cascos parecen cubrir la cabeza de lado a lado sin darle importancia a que zona pretenden estimular”.
Con este argumento coincide Natalia García Casares, doctora y especialista en neurología cognitiva de la Universidad de Málaga: “Existe el problema de localizar con exactitud el área que queremos estimular, ya que no todas las personas son iguales”.
En el vídeo sobre los auriculares se dice que podrían ayudar a aprender mejor en otros ámbitos que no fuesen en el deporte, como en la música, pero eso se antoja más complicado incluso, ya que según explica García Casares “muchas funciones cerebrales como la memoria o el lenguaje funcionan mediante una red cerebral, lo que implicaría estimular todas esas zonas”.
“También se desconoce la dosis óptima de corriente eléctrica segura a administrar y por otro lado se necesitan más estudios para determinar el efecto a largo plazo de esta técnica”, añade. De hecho, existen estudios sobre la aplicación de neuroestimulación que cuestionan el nivel de descarga que debe aplicarse para generar esa estimulación y que advierten que la medida tiene que ser muy precisa para que se haga de manera efectiva.
¿Qué es el Internet of Things o Internet de las Cosas?
El “Internet de las cosas”, comúnmente abreviado IoT por sus siglas en inglés, se refiere a la conexión entre dispositivos adaptados: desde móviles y relojes hasta televisores, lavadoras, coches o trenes para que puedan comunicarse e interactuar entre sí. Pueden hacerlo gracias a que todos están conectados a la red: su punto en común es la implantación de un sistema automatizado que permite la comunicación y el desarrollo de sus funciones.
¿Esto es que la nevera se va a poner a hablar conmigo? Bueno, no exactamente. Los electrodomésticos suelen utilizarse como ejemplo práctico del IoT: un frigorífico inteligente sería capaz de notificar a su dueño si el sistema sufre alguna avería, como por ejemplo una bajada de temperatura que descongelase los alimentos, pero también de cuándo podrían caducar estos, según lo configuremos. Otro ejemplo son los sistemas de calefacción, que se pueden configurar incluso si estamos fuera para que se enciendan antes de que lleguemos, o los contadores de luz inteligentes.
“Los dispositivos IoT nos proporcionan mucha información que permite racionalizar el uso de nuestros recursos: uno de los principales la energía pero no solamente eso, sino que en general nos pueden ayudar a ahorrar, agua, comprar más racionalmente y cómodamente, tener más y mejor información de lo que compramos, controlar estado de alimentos y estados de mantenimiento de todo los equipos inteligentes de forma automática”, explica a Maldita.es Sergi Udina, un maldito que nos ha prestado sus superpoderes y que es doctor en microelectrónica y profesor de Machine Learning.
Pero el IoT va mucho más allá y tiene aplicaciones mucho más complejas. En una gran industria, se puede utilizar para que los programas informáticos manden órdenes sin interacción humana a máquinas de fabricación si detectan algún fallo. Los asistentes virtuales que controlamos por voz también entran en esta categoría. También sirven de ejemplo las alarmas que ponemos en casa, cuando se comunican con las centrales e incluso medios de transporte como los trenes pueden usar esta tecnología.
Como la mayor parte de los sistemas conectados con un componente automático, presentan riesgos para los usuarios: “El principal es la pérdida masiva de privacidad y la capacidad de monitorización sobre la vida de las personas por parte de empresas privadas y/o también de gobiernos dependiendo de la política de privacidad aplicable. Hasta ahora la Unión Europea es probablemente la región más segura en este tema”, añade Udina.
Te damos ejemplos sobre el IoT en este artículo sobre el hogar inteligente. Y recuerda que en nuestro glosario tecnológico tienes definidos muchos términos relacionados con el mundo digital que te pueden servir para entenderlo un poco mejor.
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* Hemos actualizado el cargo de Pablo Caruana, maldito que nos prestó sus superpoderes en esta pieza.