Cuando una mujer se plantea congelar óvulos, tras el estudio y los análisis necesarios (cuál es el estado de su reserva ovárica, que en algunos casos puede ser útil pero en otros casos estar desaconsejado), comienza un proceso de unos 15 días cuyo objetivo es la extracción y el mantenimiento de las células reproductoras femeninas.
“Primero se necesita una estimulación, que suele comenzar con la menstruación”, explicaba en Twitch Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer. Su objetivo es lograr la maduración simultánea de varios folículos ováricos, las pequeñas estructuras de los ovarios en las que se encuentran los óvulos. Con esto, aumenta el número de ovocitos para fecundar y, por lo tanto, el número de embriones y la posibilidad de embarazo.
“En los tratamientos de reproducción asistida, lo que se pretende es imitar lo que ocurre en el ciclo menstrual natural, pero a mayor escala”, señalan los ginecólogos de Reproducción Asistida ORG. “Por este motivo se realiza la estimulación ovárica controlada, con el objetivo de que maduren varios folículos ováricos a la vez”. En palabras de Coco, la intención es recuperar el máximo número de folículos posibles. También los más pequeños que, de no estimularse ese mes, se perderían. Para ello, son las propias pacientes las que se inyectan, normalmente a la altura de la barriga, las dosis de hormona foliculoestimulante (FSH), una hormona que sintetiza y secreta la hipófisis de manera natural pero que, para este caso, se administra de manera externa.
“Cuando vemos que los folículos tienen el tamaño para deducir que el óvulo de su interior ya está maduro, se programa la punción folicular, la extracción de estos ovocitos. Normalmente se realiza en quirófano a través de una intervención sencilla por vía vaginal que dura unos 15 minutos y para la que se utiliza sedación”, detalla Coco.
A través de una pequeña aguja en la sonda del ecógrafo, se ‘pinchan’ los folículos, “como si fueran globitos llenos de agua”, explica la ginecóloga, y se aspira el líquido de su interior, que se llevará al laboratorio para analizar el número de ovocitos (óvulos) recuperado. “Mientras tanto, la paciente queda alrededor de una hora u hora y media en observación y se va para casa ese mismo día. Se recomienda hacer algo de reposo y un ritmo de vida más bien tranquilo durante las horas siguientes. Pasadas 24 horas, puede hacer vida más o menos normal”.
Este artículo forma parte del 227º consultorio de Maldita Ciencia.