No hay forma humana de conseguirlo: por mucho que lo intentas y mucha resistencia que pones, tu perrete sigue tirando y tirando de la correa al salir a pasear. La ley de bienestar animal prohíbe “cualquier herramienta de manejo que pueda causar lesiones al animal, en particular collares eléctricos, de impulsos, de castigo o de ahogo”, también de cara a tratar de evitar daños por estos tirones. ¿Qué consejos podemos seguir, como responsables del animal, para conseguirlo?
David Ordóñez, experto en comportamiento canino e intervenciones asistidas con animales y maldito que nos prestó sus superpoderes, proponía en la Twitchería de Maldita.es tres sencillas técnicas.
En primer lugar, si habitualmente no lo hacíamos, “premiar” al perro (con comida, al principio, puede ser más útil) cuando sigue nuestro paso. “Si le dirigimos, un ‘muy bien, chico’ y le damos un premio, vamos a reforzar la conducta para que se siga comportando de la misma manera: sin tirar de la correa”, detalla el experto.
Otra forma es pararnos cada vez que tire, reanudando el paso cuando deje de hacerlo. “Esto es algo que, a largo plazo, va a hacer aprender al perro”. Por último, Ordóñez propone cambiar de dirección y tomar la contraria en el momento que el animal comience a hacer fuerza. Así, dejará de tirar. Es en ese momento cuando podemos premiarle y felicitar su comportamiento. “Son técnicas muy sencillas que, evidentemente, hay que aplicar con rigor y, sobre todo, con mucha paciencia. Suelen tener buenos resultados y sirven tanto para cachorros como para perros más adultos, al estar basadas en fundamentos del aprendizaje y la psicología”.
La página web de Noblecan sobre adiestramiento canino profundiza en estos consejos y propone, además, utilizar cambios de ritmo (andar de lento a deprisa y viceversa); realizar cambios de dirección (esta vez, voluntariamente), avisando al perro con alguna palabra (por ejemplo ‘gira’); trabajar con distracciones para el perro y suprimir poco a poco los premios de comida por mucho más refuerzo positivo afectivo. Es decir, espaciar las golosinas y reemplazarlas por palabras y por caricias tras repetir con éxito la sesión durante varios días, hasta que el perro se acostumbre a caminar al lado de su responsable sin tirar de la correa.
La Sociedad Americana de Comportamiento Animal coincide en que los métodos de entrenamiento son más efectivos cuando se enfocan en enseñar al animal qué hacer, en lugar de castigarlo por comportamientos no deseados. La literatura científica sobre los efectos de los métodos de adiestramiento canino también señala que los entrenamientos en base a premios generan mayor bienestar en los perros de compañía.
Este artículo forma parte del 223º consultorio de Maldita Ciencia.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito David Ordóñez, experto en comportamiento canino e intervenciones asistidas con animales.
Gracias a vuestros superpoderes, conocimientos y experiencia podemos luchar más y mejor contra la mentira. La comunidad de Maldita.es sois imprescindibles para parar la desinformación. Ayúdanos en esta batalla: mándanos los bulos que te lleguen a nuestro servicio de Whatsapp, préstanos tus superpoderes, difunde nuestros desmentidos y hazte Embajador.