Las relacionamos con madrugones o las noches en vela pero, ¿realmente aparecen cuando no descansamos lo suficiente? Esta semana nos habéis preguntado por las ojeras: qué son y qué podemos hacer para que desaparezcan. Lo cierto es que, aunque habitualmente las asociamos con un mal descanso, las ojeras no están necesariamente relacionadas con dormir mal, sino que, en gente que tiene predisposición a ellas, pueden acentuarse cuando descansa peor. Las que sí tienen una relación más directa con el sueño son las bolsas. Os lo explicamos.
"Las ojeras no son debidas a un descanso insuficiente", afirma a Maldita Ciencia Natalia Seguí, dermatóloga miembro de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Lo cierto es que hay muchos factores que interfieren en su aparición: enfermedades e infecciones, alergias, estrés, cambios hormonales, irritación crónica de la zona, fatiga visual, exposición a rayos UVA, deshidratación, mala alimentación, consumo excesivo de alcohol o tabaquismo.
En general, las personas que duermen peor suelen tener alteraciones de la calidad de la piel, por ejemplo, de la función de la barrera (defensa). “Esta funcionará peor si el sueño es peor. Por eso, las personas que duermen mal suelen tener una afectación de la piel en general, pero no se ha visto que la falta de sueño realmente haga que aparezcan las ojeras”, aclara Inés Escandell, dermatóloga estética y maldita que nos ha prestado sus superpoderes. “Sí que se ha relacionado la falta de sueño con una peor percepción del aspecto de quien la sufre, pero no exactamente con la aparición de la pigmentación periorbicular, las ojeras oscuras", añade.
Las causas principales de las ojeras, según Seguí son las alteraciones de la coloración de la piel debajo de los ojos, la dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel o la pérdida de grasa infraorbitaria. Añade que la exposición solar "destruye las fibras de colágeno y elastina, lo que la adelgaza aún más la piel de esta zona y dando lugar, no solo a ojeras sino arrugas por flacidez".
Hay tres factores fisiológicos clave asociados a la aparición de las ojeras: la hiperpigmentación, una tendencia a un número de capilares más dilatado y una piel más fina en el área debajo de los ojos.
Lo más frecuente, sobre todo en gente joven, es que estén hiperpigmentadas, más marronáceas, de un color más oscuro al habitual. Esto es muy típico en las personas de fototipos altos (piel más bronceada). “Hay personas que tienen la piel oscura y sus ojeras están muy pigmentadas. Esto se acentúa si han tenido antecedentes de dermatitis atópica o irritativa: al frotarse los párpados, la zona se puede irritar e ir oscureciendo. También con la edad”, explica Escandell.
Por el contrario, las personas que tienen la piel más clara suelen tener ojeras más azuladas. “La zona está muy vascularizada (mucho flujo sanguíneo bajo ella) y la piel de la ojera es muy fina”, recuerda Escandell. De ahí, que se “transparenten” los vasos sanguíneos y que percibamos el tono azulado.
Aunque muchas veces las equiparemos, las bolsas no son lo mismo que las ojeras. “Al envejecer, la ojera puede sufrir dos tipos de cambio: el primero, que se vaya perdiendo el volumen de grasa que rodea el ojo, por lo que se va hundiendo cada vez más. En ese caso, probablemente los rellenos sean la mejor solución”, explica Escandell. Añade que, por otro lado, hay quienes por herencia tienen tendencia a las bolsas. Con el tiempo, se acentúan: aunque no aumente la grasa de debajo del ojo, los tejidos que la sujetan se van volviendo cada vez más laxos, se van “abombando”, por lo que la bolsa sobresale más.
Las bolsas sí pueden tener una relación más directa con el sueño, dado que en su aspecto influyen el líquido que haya en el párpado inferior y la laxitud de los músculos de la zona.
Por las mañanas la bolsa suele ser más visible que por las tardes porque lo que favorece el drenaje de los músculos de los ojos es su contracción. “Como durante el sueño estos permanecen inactivos (el ojo está más estático), se acumula más líquido. También por tener la cabeza echada hacia atrás, al estar tumbado. Por eso las bolsas son mucho más visibles por las mañanas, sobre todo en quienes tienen tendencia a ellas, (más aún si se ha bebido alcohol o ingerido mucha sal, que ayuda a la deshidratación) y van mejorando a la hora del día”, aclara Escandell.
Según la experta, en el caso de ojeras por hiperpigmentación, los contornos de ojos podrían ayudar si tienen propiedades antioxidantes, pero se quedan cortos. “Podrían plantearse tratamientos algo más complejos, con láser, o un peeling (aplicación de sustancias y ácidos que eliminan parte de la epidermis o dermis para una regeneración natural del tejido)”. Además, es importante llevar protección solar y gafas de sol adecuadas para que la radiación no oscurezca más la zona.
En caso de ojeras en pieles claras (azuladas), "sí que están indicados los cosméticos en cuya composición se encuentra el óxido de vitamina K o la cafeína, para mejorar el flujo sanguíneo. Los contornos, de nuevo, se siguen quedando cortos”, recomienda la dermatóloga. También podría plantearse un láser vascular.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la dermatóloga Inés Escandell.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 26/04/2021