Los zombis o muertos vivientes son personajes salidos de historias de terror, pero la idea de que un ser vivo se mueva después de muerto o sea controlado por otro no está tan lejos de la realidad y de la naturaleza: se conocen casos de animales que atacan a otras especies con sustancias químicas que las someten, e incluso amebas ‘comecerebros’ que pueden infectar a los humanos. Os contamos lo que la ciencia sabe sobre los zombis y la zombificación en la naturaleza.
La naturaleza como esperanza en un apocalipsis zombi
En el videojuego (y ahora serie de telervisión) The Last of Us los personajes protagonistas son supervivientes de un apocalipsis zombi (causado por un hongo real, llamado Cordyceps, que en realidad no afecta a los humanos*). El pasado se presenta como caótico y negativo, mientras que la naturaleza de los paisajes ofrece un futuro esperanzador, cuenta en este artículo de The Conversation Héctor S. Martínez Sánchez-Mateos, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Lo que la ciencia sabe de los zombis
Los muertos vivientes, no contentos con deambular por cómics, series y videojuegos, tienen su Día del Orgullo Zombi el 4 de febrero. No es poca cosa para una figura del folklore de una pequeña isla del Caribe marcada por la esclavitud y las creencias africanas. Su fama macabra ha llevado a los científicos a investigar si estos seres suspendidos entre la vida y muerte tienen base real, contaba la Agencia Sinc.
¿Puede un muerto regresar a la vida?
La posibilidad de que los muertos retornen a la vida ha quitado el sueño a los humanos desde la época medieval hasta principios del siglo XIX. Las leyendas de los “no muertos” surgieron en la Europa del siglo XI, aunque el mito, probablemente, es mucho anterior. En este artículo de The Conversation el enfermero y profesor asociado de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco repasa los posibles orígenes de una historia sobre un muerto que vuelve a la vida.
La estadística puede ayudarnos a escapar de un apocalipsis zombi
Imaginemos que al despertar escuchamos en la radio una noticia urgente: “Se ha liberado un virus que convierte a las personas en zombis y que se transmite mediante un mordisco”. ¿Qué podemos hacer?
Las opciones son variadas. Podemos encerrarnos en casa a cal y canto y esperar que no vengan infectados o salir corriendo al campo y huir lejos, muy lejos, a algún refugio donde nadie nos encuentre. Cada estrategia tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Existe una solución alternativa: recurrir a las matemáticas y a la estadística para escapar, como explicaba en The Conversation la matemática y profesora de Estadística de la Universidad de Valencia Anabel Forte.
Sí, existen amebas 'comecerebros'
En 2018, una mujer de 69 años en Seattle (Estados Unidos) falleció por una infección de una "ameba ‘comecerebros' después de lavarse la nariz con agua del grifo" y nos preguntasteis por este episodio. La mujer ingresó por convulsiones en enero y un escáner mostró lo que parecía un tumor cerebral. Tras analizar el tejido cerebral, descubrieron que la ameba Balamuthia mandrillaris había infectado su cerebro y se estaban 'comiendo' las células cerebrales, según contó el neurocirujano que la operó al Seattle Times. Falleció un mes después. Los médicos creyeron que la ameba Balamuthia mandrillaris la infectó al hacerse la fallecida un lavado nasal con agua del grifo contaminada con la ameba para combatir una sinusitis en vez de usar agua salina o estéril.
El renacer de los dinosaurios zombis
La imagen que tenemos de los dinosaurios se ha obtenido, sobre todo, de sus huesos fosilizados. Pero al morir, su materia orgánica se pudrió, lo que pudo distorsionar su forma original. Para completar su aspecto, algunos paleontólogos experimentan con cadáveres de animales para reconstruir el macabro proceso de la descomposición, como contaba la Agencia SINC.
El hongo parásito que somete a las hormigas zombis
El cerebro de las hormigas infectadas por un tipo de hongo (de la familia Cordyceps, igual que el que protagoniza The Last of Us) está tan manipulado por el parásito que estas salen de sus nidos en contra de su voluntad, trepan a un árbol y mueren tras haber mordido una planta. Durante mucho tiempo no se entendía bien cómo este comportamiento era tan preciso, pero en 2017, contaba la Agencia Sinc, un estudio sugería que las hormigas zombi se mueven a merced del reloj biológico del patógeno.
También existen los ciervos zombis, aunque no hay evidencias de que hayan infectado a humanos
También nos habéis preguntado qué son los “ciervos zombis” y si la enfermedad que les ha hecho ganarse este apodo ha llegado a contagiar o no a seres humanos. Tranquilos, en este caso no son muertos vivientes: el adjetivo zombi viene del comportamiento del animal infectado, que pierde peso rápida y drásticamente, babea, tropieza y carece de coordinación y de miedo hacia las personas (aunque ni son agresivos ni atacan).
*Hemos actualizado esta pieza para incluir una mención al hongo Cordyceps.
Primera fecha de publicación de este artículo: 18/01/2023