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MALDITA CIENCIA

¿Cómo afecta el uso de tacones a nuestra salud?

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Los hay más altos y más bajos, y también de aguja, de plataforma o con cuña. Si eres amante de los tacones, presta atención a una de las preguntas que nos ha llegado esta semana: ¿Cómo afecta el uso de este calzado a nuestra salud? Estos zapatos pueden causar deformaciones en el pie y en los dedos, además de callos y ampollas. Por ello, algunos podólogos aconsejan no usarlos de forma habitual.

Un estudio publicado en la revista científica The Journal of Foot and Ankle Surgery indica que, si bien los tacones altos pueden ser elegantes, desde el punto de vista de la salud, vale la pena comprender los riesgos de usarlos antes de subirse a ellos.

Al llevar este tipo de zapatos, se produce un desplazamiento de las presiones que sufre el pie, tal y como explica a Maldita.es Juan Dios, presidente del Colegio de Podólogos de Galicia (COPOGA).

Los daños que pueden provocar dependen, en parte, de la superficie de contacto: “Si el tacón es de aguja, es más frágil y se produce un mayor riesgo para el pie”. Además, “a mayor altura, mayor peso va a soportar la zona anterior, lo que genera complicaciones físicas, como la deformación de la bóveda del pie o el acortamiento de los gemelos”.

Los tacones, según el experto, también pueden causar deformaciones en los dedos (como los dedos en garra o en martillo), helomas (callos que se forman debido al roce de los dedos) o ampollas. En Maldita.es os hemos explicado cómo prevenir y curar las ampollas y rozaduras en los pies por los zapatos.

Aparte de estos posibles daños en los pies, Juan de Dios advierte de que usar tacones también puede afectar a los tobillos, las rodillas, la cadera, la espalda e incluso a la postura corporal. Varias investigaciones concluyen que estos zapatos producen una mayor inestabilidad. Algo que, según el presidente del Colegio de Podólogos de Galicia (COPOGA), “causa caídas y lesiones como esguinces”.

Por ello, desde el Colegio de Podólogos de Galicia consideran que este calzado se debe usar “en contadas ocasiones a lo largo del año”. También hay que tener en cuenta que el riesgo no es el mismo con todos los tacones. “Los tacones anchos, tipo cuña, y las plataformas con la punta abierta o cerrada son los estilos que más recomendamos, de un máximo de cinco centímetros”, comenta Dios.

Los menos aconsejables serían los stilettos (los que tienen un tacón de aguja alto) puntiagudos, que “comprimen todo el antepié y pueden causar dolor en los nervios, provocar o favorecer los juanetes, las ampollas, y la aparición de dedos en martillo o en garra”. El experto destaca que algunas mujeres incluso llegan a desarrollar hematomas debajo de las uñas de los pies por la presión constante.

Del mismo modo que no todos los tacones son iguales, tampoco lo son todos los pies. La forma, el ancho o el largo, el tono muscular, las deformidades o protuberancias óseas o incluso el grosor de la grasa plantar son variables que influyen en cómo una persona tolera estos zapatos.

Si, pese a sus efectos negativos en la salud, quieres llevar estos zapatos, hay algunos consejos para minimizar los riesgos. Antes de ponérselos, Dios recomienda hacer ejercicios de estiramiento y repetirlos después de usarlos.

“Si nuestro estilo de vida nos lo permite, cuando llevemos tacón hay que intentar no cargar todo el peso en el pie, sentándose o apoyándose de vez en cuando”, explican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, que desaconseja usar estos zapatos en el trabajo.

Al quitárselos, Dios recomienda no usar de inmediato unos planos, sino primero llevar unos tacones más bajos para que el pie se vaya adaptando. Por último, para relajar los pies, el experto sugiere meterlos en agua fría durante 15 minutos.

Este consultorio científico fue emitido en la Maldita Twitchería del martes, 20 de septiembre de 2022. Forma parte del proyecto "Maldita Ciencia: innovación, ciudadanía y superpoderosas", que cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).

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