Una de las preguntas que nos habéis enviado es qué son los tics complejos y qué diferencias existen entre estos y los tics simples (no solo en los ojos, sobre los que ya hablamos, sino también en el resto del cuerpo). En general, son movimientos o sonidos relativamente rápidos, intermitentes y arrítmicos, y se caracterizan por causar a la persona que los padece una necesidad imperiosa de realizarlos. Intentar reprimirlos puede generar una ‘tensión interior’ que desaparecerá, seguida de una sensación de alivio, una vez se da el tic. La diferencia entre los simples y los complejos es el número de músculos involucrados o la cantidad de sonidos pronunciados.
Existen varias clasificaciones de los distintos tipos de tics, en función de cuál de sus características se tenga en cuenta como el tipo de movimiento, su etiología o causa o si son motores (movimientos) o fónicos (sonidos). Una de las más comunes, precisamente por la que nos habéis preguntado (simples vs. complejos), tiene en cuenta el número de músculos implicados en este gesto involuntario.
Si el tic solo afecta a un músculo o a un grupo muscular o consta de sonidos aislados, se conoce como tic simple (parpadeos, movimientos de las cejas, ojos, nariz, lengua, boca, cuello o gruñir, carraspear, toser…).
Es cuando ocurre lo contrario, cuando incluye varios de ellos, cuando hablamos de tics complejos. Si son motores, se trata de movimientos coordinados que semejan gestos o actos motores normales, pero inadecuados por el momento en que se realizan. Si son fónicos, comprenderán palabras o frases con o sin sentido o significado lingüístico.
Algunos ejemplos de tics motores complejos, como señala la Sociedad Española de Neurología (SEN) en su página web, son tocar a otra persona, palpar repetidamente, morder, doblar o girar el tronco, asustarse de modo exagerado, hacer gestos obscenos con las manos o tocarse los genitales (copropraxia), imitar gestos o acciones de otro (ecopraxia) o realizar conductas autolesivas, como golpearse partes del cuerpo.
Hablamos de tics fónicos complejos al pronunciar insultos, obscenidades o blasfemias (coprolalia), repetir sonidos, palabras o frases de otra persona o las propias, en especial la última sílaba (palilalia), emitir palabras ininteligibles, tararear, tartamudear o hacer ruidos de animales, entre
En general, los tics pueden ser transitorios, si duran entre cuatro semanas y un año (a veces no llegan siquiera a diagnosticarse) o crónicos, si continúan durante más de un año y se agravan en periodos de estrés o fatiga, como explica la Asociación Española de Pediatría.
Existe un trastorno neurológico, conocido como síndrome de Gilles de la Tourette, caracterizado por la manifestación de una combinación de tics motores simples y complejos con tics vocales que incluyen ecolalia (repetir lo que se oye), coprolalia (decir ‘tacos’ u obscenidades) o realizar gestos obscenos. Como amplía la Clínica Universidad de Navarra, “pueden aparecer también trastornos conductuales, como el déficit de atención - hiperactividad y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)”.