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MALDITA CIENCIA

Por qué se enfrían las manos y los pies antes que el resto del cuerpo y por qué con ellos fríos es más difícil entrar en calor

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A todos nos han gastado la broma invernal de tocarnos con las manos o los pies extremadamente fríos para generar una desagradable sensación térmica. Pero, ¿por qué estas partes del cuerpo están a una temperatura más baja que el resto del organismo? Y por otro lado, ¿por qué cuando tenemos los pies fríos parece que la temperatura corporal cuesta más en recuperar su normalidad?

El mecanismo que está detrás de esta sensación —y que posibilita esta broma— es la vasoconstricción periférica provocada por las bajas temperaturas. Hemos escrito sobre ella para hablar de los labios morados o azulados por el frío y de por qué tenemos más ganas de orinar cuando llegan las bajas temperaturas: la vasoconstricción (esto es, que las arterias y venas por las que circula la sangre se hacen más estrechas) cuando hace mucho frío afecta a manos, pies, labios o a la capa externa de la piel. Esto hace que la sangre que debería enviarse a estas partes se redirija a órganos cuya función es más importante para sobrevivir, como el corazón o los pulmones.

Rodrigo Córdoba García, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), explicaba en este artículo de Verne que existen personas que tienen más predisposición a ¿sufrir? más frío en las manos y pies: “Depende de su circulación y microcirculación periférica”, y existen muchísimos factores que determinan el funcionamiento de la circulación, desde genéticos, fisiológicos hasta de consumo de sustancias como alcohol o tabaco.

Sobre el impacto que tienen los pies fríos en la temperatura corporal, Jim Cotter, investigador de Educación Física y doctor en Fisiología Ambiental de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), responde en este artículo del medio neozelandés Stuff que esto se debe a que esta parte del cuerpo cuenta con "una gran área y vasos sanguíneos especializados que permiten pasar gran cantidad de sangre rápidamente". Así, cuando estos vasos se contraen por el frío, nuestro organismo lo nota más que en otras partes del cuerpo. A esto se le añade, según Cotter, que cuando los pies se enfrían tanto, "los receptores del dolor se activan y nuestro cerebro recibe la señal de que estamos incómodos".


Primera fecha de publicación de este artículo: 14/12/2021

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