Seguramente lo habrás oído alguna vez. O lo habrás vivido. Cuanta más edad, más difícil es adelgazar. Así que vamos a aclarar este punto. Respuesta corta: sí, es más complicado adelgazar según envejecemos. Hay varios motivos.
Pero primero hay que aclarar que por 'engordar' “realmente estamos refiriéndonos al aumento de grasa corporal. Para que este aumento ocurra es necesario que exista un desequilirio entre las calorías que ingerimos y las que gastamos”, explica a Maldita Diana Díaz Rizzolo, nutricionista e investigadora biomédica en diabetes y obesidad.
Una razón son las necesidades energéticas que “son diferentes en cada etapa de nuestra vida”, explica el maldito dietista-nutricionista Sevi González, que “no van a ser las mismas para personas de 18 años que de 50. Lo que pasa es que somos una especie rutinaria y de hábitos y la persona que crece comiendo de una determinada manera tiende a repetir dicha costumbre a lo largo de su vida” aunque la cantidad de energía que necesite sea menor pasados los años.
Otra causa es el metabolismo, ya que con la edad disminuye el gasto energético basal del cuerpo. Esto se debe a varios factores.
Uno de ellos es la composición corporal, que también es diferente en cada etapa vital: “El cuerpo con el paso del tiempo se convierte en un experto ahorrador de energía a la vez que se especializa en obtenerla de la forma más eficiente. Todo ello hace que si hacemos lo mismo que veníamos haciendo para adelgazar, el método empleado pierda eficacia [al envejecer] y/o directamente sea una pérdida de tiempo”, concluye González. “Con la edad, disminuye la proporción de masa muscular, que promueve un mayor gasto energético, y se sustituye por grasa, que gasta menos”, añade Díaz Rizzolo.
Este menor metabolismo también se debe a una redistribución de la grasa corporal, al disminuir la subcutánea e incrementarse “la grasa visceral que es la más peligrosa”, explica Díaz Rizzolo. Además, los cambios hormonales y una disminución del ejercicio pero también menor actividad física de la vida cotidiana como caminar también propician la acumulación de grasa. También influyen los propios procesos de envejecimiento como la inflamación, el estrés oxidativo y el acortamiento de la parte final de los cromosomas (telómeros), añade la dietista-nutricionista.
Por todos estos motivos, “sin una adaptación dietética con restricción calórica o, sin un aumento sustancial de la actividad física diaria, la tendencia con el avance de la edad es la ganancia de grasa”, concluye Díaz Rizzolo.
Todos estos factores los resume a Maldita Ciencia la dietista-nutricionista Bárbara Sánchez: “A más edad, mayor porcentaje graso y menor porcentaje de masa muscular, y eso se transforma en una menor tasa metabólica basal. A misma actividad, gastamos menos, pero es que además, suele ir unido a que con la edad cada vez nos movemos menos. De ahí que cueste más adelgazar”.
Para la redacción de este artículo, nos ha prestado sus superpoderes el dietista-nutricionista Sevi González.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 27/09/2020