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Nos habéis preguntado por varias imágenes en las que aparece una cerilla encendida frente a una pared. En esta, se puede ver tanto la sombra del delgado trozo de madera como de la mano que la sostiene, pero no la de la llama. ¿Significa esto que el fuego no tiene sombra? La respuesta es que depende de la intensidad de la otra fuente de luz.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la sombra es la ausencia de luz, de ahí que se produzca cuando algo bloquea el paso de esta. Dado que el fuego es fuente de luz en sí mismo, el tipo de sombra que proyectará no será del mismo tipo que la de que un objeto opaco.
"La llama es fuente de luz, genera iluminación por sí misma y su naturaleza no impide que la luz externa pase a través de ella", explica a Maldita.es Miguel Sacristán Muñoz, profesor con estudios de física y tecnología aeronáutica y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
En la foto, el motivo de que no percibamos esta sombra o no la percibamos como tal, es que “la intensidad lumínica [de la llama] es mayor que la de la otra fuente de luz (la que ilumina la escena)”, indica a Maldita.es Alfredo García (@OperadorNuclear), ingeniero de Telecomunicaciones y divulgador sobre Energía Nuclear.
Continúa explicando que, si la luz externa fuera más luminosa que la del fuego, sí que se podría observar una tenue sombra en la pared, debida a la propia llama y a los gases de la combustión, que no son totalmente transparentes. Se puede comprobar en esta otra imagen, en la que la fuente externa es de mayor intensidad lumínica que la llama de la vela.
Sacristán incide en que también podrían influir en ella las volutas de carbono y otras partículas sólidas opacas, fruto de la combustión del combustible y de las partículas en suspensión del aire (humo).
Como amplía este artículo de la West Texas A&M University, para poder percibir que el fuego realmente proyecta su propia sombra, el haz de luz que pasa por él (por ejemplo, la luz del sol) debe ser igual o más brillante que la luz que emite la llama. “De lo contrario, la luz creada por el fuego, que se extiende en todas las direcciones, dominará y llenará cualquier región tenue creada en el otro rayo de luz”.
Además, propone un ejemplo: si apuntamos con una linterna con luz débil a una fogata, el fuego no proyectará sombra. “Cuanto más pequeña sea la llama y menos hollín tenga, menos luz absorberá y redirigirá y, por tanto, más tenue será su sombra”, afirma el artículo. Para ser capaces de ver esta sombra propone una brillante fuente de luz externa, como la del sol, sobre un fuego fuerte y con mucho hollín.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Miguel Sacristán Muñoz.
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