En Maldita Ciencia ya hemos hablado de qué evidencias hay respecto a los distintos métodos que prometen agrandar el pene. Otra de las preguntas que nos habéis planteado a lo largo de esta semana es si hay alguna forma de aumentar la producción de semen y de mejorar su calidad. Lo cierto es que, a día de hoy, no hay ningún tratamiento clínicamente probado para aumentar el volumen del semen y, para mejorar su calidad, lo más efectivo es mantener un estilo de vida saludable.
Según indica a Maldita Ciencia Juan Ignacio Martínez-Salamanca, coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología, la cantidad habitual de semen en cada eyaculación varía entre los 3 y los 5 mililitros. Esta cantidad cambia a medida que el varón envejece: el volumen máximo se observa entre los 30 y los 35 años y, el más bajo, de los 55 en adelante. “El volumen de la eyaculación lo aportan, principalmente, las vesículas seminales y la próstata”, indica el experto.
Medir de forma precisa el volumen o cantidad de semen es esencial en cualquier evaluación del mismo, ya que permite calcular el número total de espermatozoides y células no espermáticas en el eyaculado.
Un volumen reducido puede ser consecuencia de la obstrucción del conducto eyaculador o de ausencia bilateral congénita de los conductos deferentes (CBAVD), una enfermedad de origen genético. También puede indicar problemas de recolección (pérdida de una fracción del eyaculado) o deficiencia de andrógenos (las hormonas sexuales masculinas). En cambio, si el volumen es elevado puede reflejar una exudación activa de las glándulas accesorias (vesículas seminales y la próstat).
“Algunas empresas venden productos que, supuestamente, aumentan el volumen del semen, pero esto es un mito. Ni estos ni la abstinencia lo incrementan”, señala Martínez-Salamanca. Algunos médicos sugieren que una ingesta adecuada de agua y líquidos puede aumentar la cantidad de semen, pero este, en cualquier caso, estará en los límites normales.
Con respecto a la calidad del semen, una de las variables principales es la cantidad de espermatozoides que contiene en una muestra de semen determinada. “Según las directrices más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos consideran que un recuento de espermatozoides saludable es de 15 millones por mililitro (ml), o al menos 39 millones por eyaculación.
“En general, los profesionales de la salud creemos que los niveles de testosterona influyen en el número y la calidad de los espermatozoides. Además, algunas enfermedades, como los trastornos genéticos heredados, infecciones o tumores, pueden afectar al recuento”, explica Martínez-Salamanca.
¿Y qué se puede hacer para mejorar la calidad del semen? Aunque no hay evidencia clínica sólida sobre ello, la recomendación, en general, es llevar un estilo de vida saludable.
Por una parte, según la Clínica Mayo, mantener un peso y una dieta saludable, tomar las precauciones necesarias para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS), controlar el estrés y realizar actividad física. Además, es recomendable evitar el tabaco y el consumo de alcohol, el uso de lubricantes durante las relaciones sexuales, consultar con un profesional médico los medicamentos que pueden intervenir en la fertilidad (bloqueadores de los canales de calcio, antidepresivos tricíclicos, los antiandrógenos...) y mantener una temperatura adecuada en la zona.