Una pregunta que nos habéis hecho llegar es si las personas con inmunidad ante el coronavirus, ya sea por haber pasado la COVID-19 o por haber sido vacunadas, pueden ser portadoras del virus y transmitirlo a otras personas. La respuesta corta es que no se sabe con seguridad pero hay algunos indicios de que las vacunas sí pueden reducir el riesgo de contagiar la enfermedad, además de no padecerla.
Todavía no se sabe si los vacunados y quienes han pasado la enfermedad pueden contagiar, coinciden cuatro de los expertos consultados por Maldita Ciencia. Eva Martínez Cáceres, jefa del Servicio de Inmunología del Laboratorio Clínico Metropolitana Nord del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y vicepresidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), señala que no" hay estudios suficientes como para estar 100% seguros”.
“Si has pasado la COVID-19, sobre todo durante los primeros seis meses [después de haber pasado la enfermedad], hay un riesgo ínfimo de infectarse y transmitirlo al resto. Pero según pasa el tiempo aumenta las posibilidades de perder los anticuerpos y de enfermarse y contagiar”, señala a Maldita Ciencia Alejandro Conde Sampayo, médico interno residente de Medicina Preventiva y Salud Pública del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense y vocal de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH). Pero el médico señala que las distintas variantes del coronavirus pueden facilitar las reinfecciones en quienes han pasado la enfermedad.
El virólogo del Instituto de Salud Carlos III Pepe Alcamí coincide con Martínez Cáceres en que no se sabe todavía y no se puede afirmar con certeza ni que estas personas transmitan la enfermedad ni que estar vacunado no impida la transmisión. Alcamí señala que sí tenemos algunos datos como que los macacos vacunados tienen inmunidad esterilizante que impide la infección y por lo tanto no pueden infectar a otros.
En humanos hay un preprint (una publicación provisional a la espera de ser validada y publicada en una revista científica) que a Alcamí le parece el estudio en desarrollo “más interesante”. En este estudio, al personal sanitario vacunado y no vacunado se le hace PCR, test serológicos y test de antígenos con frecuencia. Y los resultados muestran que la vacunación, en este caso con Pfizer, “previene de la infección sintomática, pero también de la asintomática porque el número de PCR positivas cae en los sujetos vacunados”, señala el virólogo.
Para Alcamí, estos resultados “sugieren que la inmunidad que confiere la vacuna impide la infección y por tanto la posibilidad de transmisión. La protección no es del 100% pero alcanza el 75%”. El estudio también “sugiere que la infección natural protege en gran medida de la re-infección, no solo sintomática sino asintomática. Si estos datos se confirman en otros estudios, estamos más cerca de poder afirmar que tanto la infección natural como las vacunas de ARNm confieren la denominada inmunidad esterilizante en un alto porcentaje de sujetos, lo que nos aseguraría que la vacunación protege no sólo de la enfermedad sino de la infección asintomática y del contagio”.
Además de ese estudio, hay muchos datos preliminares de que las vacunas disminuyen los casos asintomáticos y también sugieren que si alguien se infecta tras vacunarse tiene más probabilidades de ser menos contagioso, señala en su blog la bioquímica y profesora asistente de Biología Molecular en la Universidad de Husson (Estados Unidos), Elisabeth Marnik.
Los diseños de los ensayos clínicos de las vacunas aprobadas no se hicieron para demostrar que impedía la infección, solo se diseñó para comprobar si protegían de una forma grave de la infección, aclara a Maldita Ciencia Alfredo Corell, catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid. "Aunque el sistema inmunitario reduzca la transmisibilidad, no se puede asegurar que lo haga al 100%. Sí se puede esperar que las vacunas diseñadas para ser administradas por vía oral o nasal eviten la infección y la transmisión", explica Corell, como ya contamos en este artículo, al evitar la infección de la faringe y los pulmones.
La viróloga Sonia Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología, destaca que no hay datos suficientes todavía pero señala a Maldita Ciencia que “es cierto que no se están documentando demasiados casos de reinfecciones, lo que podría sugerir que la inmunidad una vez uno ha pasado la enfermedad evita el contagio, por tanto, la transmisión”. Pero “el problema es que, dado que en el caso de una reinfección lo más probable es que la persona sea asintomática, y es muy probable que algunas reinfecciones hayan pasado desapercibidas”. Sobre la inmunidad que confieren las vacunas, Zúñiga destaca que no hay datos suficientes como para saber si evitan la transmisión.
Por su parte, los CDC (los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) han publicado recomendaciones provisionales para las personas que han recibido todas las dosis de la vacuna frente a la COVID-19. Las personas completamente vacunadas pueden en Estados Unidos visitar a otras personas completamente vacunadas en espacios cerrados y sin necesidad de usar mascarillas ni mantener el distanciamiento físico, reunirse en espacios interiores con personas no vacunadas que viven en un mismo hogar y corren riesgo bajo de enfermarse gravemente a causa de la COVID-19 sin necesidad de usar mascarilla o mantener el distanciamiento físico y evitar la cuarentena o las pruebas de detección después de una exposición conocida si no tienen síntomas.
En España, el protocolo 'Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19’ del Ministerio de Sanidad’ permite a las personas que han tenido una infección de coronavirus en los 90 días anteriores estar exentas de hacer cuarentena en caso de haber estado en contacto estrecho con un caso positivo.