Nos habéis preguntado por las infusiones de rooibos (que no es lo mismo que el té rojo), concretamente si estas tienen "propiedades medicinales múltiples". Entre ellas, habéis oído que son antioxidantes y que refuerzan el sistema inmunitario. ¿Es así? Lo cierto es que, aunque sí pueda tener componentes con determinadas propiedades, esto no debe confundirse con que el rooibos sea un producto terapéutico o medicinal y mucho menos debe sustituir a un tratamiento o fármaco real o a unos hábitos de vida saludables.
Existen investigaciones en ratones que sugieren que el rooibos es antimutagénico (evita mutaciones, alteraciones en el ADN de las células). "Pero no señalan nada en relación al sistema inmunitario per se", comenta a Maldita Ciencia Lorenzo Mingallón, tecnólogo de los alimentos y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Otra investigación hace referencia a sus propiedades antioxidantes y, de nuevo, antimutagénicas. "Están muy ligadas a la piel y a patologías como la dermatitis o el eccema", señala.
Mingallón apunta que el rooibos "es recomendable como infusión, por ejemplo, para sustituir al té en niños, hipertensos etc.". "Además, como todas las infusiones, es un consumo complementario al de agua y por tanto diurético. Tiene algunos beneficios más o menos contrastados, a veces utilizándolo, no en formatos de consumo como infusión, si no de uso tópico (como calmante para dermatitis), pero no es la panacea y mucho menos un tratamiento medicinal. Ni este ni ningún alimento", advierte el experto.
Además, afirma que la alimentación "siempre será un tratamiento de choque en casos de trastornos en este área y como preventivo enmarcado en un estilo de vida saludable, pero consumir o no un alimento concreto no te va curar ninguna patología", añade. Además, recuerda que el rooibos no es un té. "Muchos lo denominan 'té rojo', pero no procede de la planta del té ni contiene cafeína en su composición. Lo cual puede ser un beneficio para según que colectivos", indica Mingallón.
Daniel Ursúa, dietista-nutricionista, señala a Maldita Ciencia que lo más importante es valorar la globalidad de los hábitos de vida, no la ingesta de un solo alimento (ya te contamos que los superalimentos no existen). "Por muchos antioxidantes que tenga una infusión, no va a sustituir a unos buenos hábitos de vida, entre otras cosas, porque la cantidad de antioxidantes que podemos ingerir a través de las infusiones es limitada", recuerda Ursúa.
Esto no quiere decir que no puedas o debas consumirlo: "Si te gusta tomar infusiones porque te relaja o simplemente te gusta su sabor, adelante, no tiene nada de malo; pero no lo hagas pensando que va a tener unas propiedades que no tiene o que va a sustituir a otros hábitos verdaderamente saludables como comer fruta y verdura fresca (ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales) o hacer ejercicio", explica Ursúa.
Además, el experto añade que cuando hablamos de los riesgos del nutricionismo, nos referimos precisamente a esto. "Destacar de una infusión su contenido en antioxidantes o en minerales puede hacernos creer que es saludable tomarlo por esa cantidad de antioxidantes y podemos pensar que, como estamos tomando esa infusión, no es necesario que adoptemos otros hábitos como el de hacer ejercicio o llevar una dieta rica en frutas y verduras", advierte.
Fecha de publicación: 3/12/2020.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito tecnólogo de los alimentos Lorenzo Mingallón.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 03/12/2020