Ahora que prácticamente convivimos con ellas, muchos de vosotros nos habéis contado que al poneros la mascarilla lo acabáis pasando realmente mal, os agobiais y que incluso creéis que os puede estar causando alergia. ¿Cómo sobrellevar mejor el momento de usar este complemento ahora obligatorio?
"Normalmente las mascarillas como las quirúrgicas están hechas con celulosa o polipropileno y hay gente que tiene menos tolerancia a estos materiales al contactar de forma tan estrecha con la piel", explica a Maldita Ciencia Sara Gómez Armayones, dermatóloga en el Hospital Clinic, en Barcelona. "Lógicamente es posible que alguien sea alérgico a alguno de los múltiples materiales que las componen, pero en cualquier caso no es algo frecuente", explica a Maldita Ciencia la farmacéutica y divulgadora Marián García.
Según García, lo que puede ser más frecuente es que las personas con problemas dermatológicos previos, como dermatitis o rosácea, noten alguna molestia adicional debido a la oclusión que supone el uso de la mascarilla. "Por ello es importante que las personas con la piel sensible se protejan con especial interés, hidratando la piel convenientemente". Gómez Armayones coincide: "Lo habitual es que las pieles más sensibles sí que presenten mayor riesgo de generar rozaduras o de que aparezcan granitos, al haber fricción con la mascarilla", explica la dermatóloga. "Además, la humedad que genera la propia respiración también haría que apareciesen o empeorasen este tipo de lesiones", añade.
Para aquellas personas a las que el momento de ponerse la mascarilla suponga todo un suplicio y se agobien solo de pensarlo, García recuerda que las mascarillas tipo FFP2 o KN95, al tener un mayor ajuste facial y ser más oclusivas pueden resultar más incómodas para algunas personas. "Una mascarilla quirúrgica o higiénica suele ser más agradecida en este sentido, siendo estas últimas las recomendadas por el gobierno para las personas sanas", indica.
"En casos más graves, sobre todo en personal sanitario, que durante los momentos más críticos de esta crisis han estado utilizando mascarillas durante muchísimas horas seguidas, sí que hemos necesitado aplicar o recomendar corticoides tópicos u otro tipo de tratamiento, pero esto tiene que ser siempre bajo prescripción médica", explica Gómez Armayones.
Por último, García añade algunos consejos para evitar estas y otras incomodidades: reforzar la hidratación facial, especialmente en personas con la piel sensible o dermatitis; renovar la mascarilla en función de lo que indiquen las instrucciones (generalmente 4 horas en la quirúrgica o la higiénica) y, por último, cuidar la higiene bucal y consultar al farmacéutico por soluciones en caso de halitosis, ya que el mal olor que se puede generar si se respira exclusivamente por la boca es algo que puede generar rechazo al uso de la mascarilla.