No es la primera ocasión en la que nos preguntáis por la relación entre la dieta alcalina como supuesta cura de diferentes enfermedades. Aquí os contábamos por qué no funciona como tratamiento al cáncer y aquí por qué no es eficaz para acabar con el coronavirus (y tampoco para adelgazar).
Aumentar la ingesta de alimentos alcalinos como frutas frescas, verduras y granos enteros y reducir la de productos ácidos, como la carne roja, los lácteos, el azúcar y los granos refinados no convertirá nuestro cuerpo en un "entorno alcalino" ni nos ayudará a curar enfermedades. ¿Por qué?
Como ya explicamos en este otro artículo, no hay evidencias de que la alimentación pueda interferir en la regulación del pH de la sangre y, por tanto, las dietas alcalinas no tienen base científica. El fundamento de esta teoría choca con todo lo que sí se sabe acerca de cómo se regula la acidez de nuestro cuerpo.
Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos, ya explicó en Maldita Ciencia que estas dietas parten de una premisa falsa: que el pH de nuestro cuerpo puede regularse mediante la alimentación. "Afortunadamente, el pH de la sangre (al que se refieren principalmente estas dietas o trucos) se mantiene bastante estable gracias a los mecanismos homeostáticos del riñón y de los pulmones", aclara Robles.
Efectivamente, no hay una base científica tras la idea de que se pueda interferir en la alcalinidad o acidez de la sangre a través de la alimentación. Son unos elementos que se encuentran en ella, llamados tampones, los que lo regulan cuando es necesario. Como ya explicamos al hablar sobre las dietas alcalinas, es cierto que los niveles de acidez de nuestra orina sí pueden cambiar según lo que comamos y otros factores, pero eso no tiene efecto sobre nuestra salud (aunque si esos niveles están fuera de los límites normales sí puede ser un síntoma de algunos problemas).
Aún así, hay personas que aseguran haber conseguido que su salud mejorase (en cualquiera de las situaciones comentadas anteriormente) tras comenzar este tipo de dieta. Esto no tiene que ver con entorno alcalino alguno. Está demostrado que aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres y, en general, seguir una dieta equilibrada, es uno de los pilares fundamentales para disfrutar de una buena salud.