Otra de las cuestiones que nos habéis planteado esta semana es si la iridología, una supuesta técnica que presume de ser capaz de diagnosticar enfermedades a través de las manchas, líneas y decoloraciones del iris, es eficaz. La respuesta es rotundamente no y, de hecho, se encuentra en la lista de las 73 técnicas que se consideran pseudoterapias según el Gobierno.
La iridología es un método de diagnóstico pseudocientífico. Según sus practicantes, el iris supuestamente revela datos sobre la salud de su dueño. "De este modo [supuestamente] se podría conocer el estado de salud físico, emocional y mental de los pacientes, ademas de su historial clínico pasado y futuro", explica en este artículo de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) Fernando Cervera, biólogo y vocal de la Asociación.
Aunque hay un reducido número de patologías que pueden manifestar perturbaciones en el iris, como las manchas de Brushfield en las personas con Síndrome de Down, el iris no refleja el estado de salud de los pacientes y no existe ningún estudio científico que dé validez a los postulados de la iridología, como recuerda Cevera en el artículo citado.
Como "bases" para el diagnóstico, la iridología supuestamente analiza las manchas, líneas y decoloraciones del iris, ya que sostiene que el ojo está subdividido en regiones y que estas se corresponderían con los diferentes órganos del cuerpo, algo que carece de validez científica."La iridología sirve de trampolín a muchas pseudoterapias", explica Cervera a Maldita Ciencia. "Al ser un método de diagnóstico basado en procesos casi mágicos e ilusorios, carece de toda lógica y entronca bien con este mundo", añade.
El experto hace referencia al uso que hace del pseudotratamiento la astrología. Según esta última, la disposición de las constelaciones en el momento del nacimiento afectaría a la disposición de las manchas del iris, indicando enfermedades futuras algo que, como repetimos, carece de validez científica.
"Como es utilizado por multitud de pseudoterapias, no hay una respuesta clara a un supuesto método que haría funcionar a la iridología, puesto que todas las explicaciones serían contradictorias entre sí", indica el vocal de APETP.
Además, el biólogo concluye que esta pseudociencia puede llegar a ser peligrosa. "Tal cual hemos visto, el iris no tiene ningún valor de diagnóstico así que, ¿cómo decidir qué tratamiento dar a una paciente en función del ojo?", plantea Cervera. Es decir, al obtener un diagnóstico falso, podríamos decantarnos por un tratamiento incorrecto y dejar de lado el que realmente nos sería necesario y efectivo, con las consecuencias que esto supone.
"Esto significaría que, ante una enfermedad real, el paciente no solo no tendría un tratamiento basado en la evidencia científica, sino que estaría recibiendo información sobre su enfermedad por un procedimiento no muy diferente a arrojar unos huesos sobre una tabla de madera o invocar a los dioses", concluye Cervera.