Nos habéis preguntado por un vídeo que se ha hecho viral en el que, a través de una simple llamada, el material que se dispone cuidadosamente alrededor de un móvil (lana de acero) arde. Así, parece que la radiación del aparato es la culpable de la combustión y, de nuevo, sirve como "argumento" para intentar sostener las teorías sobre las supuestas repercusiones que estas podrían tener en nuestro organismo.
Sin embargo, esto no es posible. Para explicarlo hemos hablado con Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), quien se ha ofrecido, además, a recrear y grabar la prueba él mismo. Spoiler: en este caso, ni la lana de acero arde, ni la radiación que emite y recibe nuestro smartphone tienen la potencia, intensidad o capacidad de conseguir resultados similares.
¿Qué ocurre, entonces, en el vídeo que se está moviendo por WhatsApp? Bajo el criterio de Nájera, podría tratarse o bien de un montaje o bien haber provocado el incendio de las fibras metálicas de otro modo. Por ejemplo, "directamente con fuego o con un magnetrón/microondas debajo de la mesa". Puede incluso tratarse de una combinación de ambos casos.
"En el vídeo hay un corte sospechoso tras el que la disposición de la fibra alrededor del móvil cambia completamente", señala el vocal del CCARS (si te fijas en el segundo 00:00:16, puedes comprobarlo por ti mismo). Además, no se muestra qué hay debajo del móvil.
El físico explica que la lana de acero arde con cierta facilidad. ¿Cómo? Por ejemplo, haciendo que pase por ella una corriente eléctrica (conectando una batería o una pila) o introduciendo corrientes suficientemente intensas a través de un campo electromagnético de suficiente potencia para que se alcance cierta temperatura, como podría estar ocurriendo en el vídeo.
¿Qué circunstancias podrían aumentar la temperatura de la lana?
Hay que tener en cuenta que las fibras de la lana de acero conducen la electricidad ofreciendo cierta resistencia y que, además, son muy finas. "En el caso de un hilo, cable o filamento la resistencia será mayor cuanto mayor sea su longitud y cuanto más fino sea este", indica Nájera. "Por tanto, la lana de acero ofrece una gran resistencia, al ser de acero y presentar filamentos muy finos", continúa.
¿Es entonces cuando el material puede calentarse? Afirmativo. Por un lado, según la ley de Joule, el conductor puede aumentar su temperatura cuando lo recorre una corriente. Temperatura que dependerá de la resistencia del propio material. "Y lo hemos visto mil veces en los filamentos incandescentes de una bombilla, que deben soportar temperaturas muy altas para no quemarse", ejemplifica Nájera.
Por otro lado, podemos inducir corrientes sobre un material utilizando un campo electromagnético variable (inducción de Faraday), mecanismo que utilizan las cocinas de inducción y, de forma similar, los hornos microondas.
"Para que esas corrientes puedan llegar a calentar y quemar el conductor deben ser muy intensas", recalca el experto. "Y si queremos inducirlas con un campo electromagnético, este también debe ser extremadamente intenso", añade.
De todo esto podemos concluir que, si sometemos a la lana de acero a la radiación de un smartphone, estaremos induciendo corrientes, sí, "pero para llegar a generar una alta temperatura, estas deberían ser millones de veces más intensas, lo cual es imposible con el móvil", aclara el vocal del CCARS.
Para demostrarlo, hacemos la prueba
Explicado todo esto, Nájera ha intentado reproducir el vídeo viral para Maldita Ciencia. Utiliza lana de acero para rodear el móvil, situado en una superficie no conductora (madera) que aislamos de la mesa sobre unos vasos de cristal. Resultado: "hacemos la llamada y la radiación del móvil no consigue hacer nada", sentencia Nájera. Lo que se escucha en el vídeo es el tono de llamada de nuestro experto.
Ya se han movido vídeos similares, pero tampoco eran reales
Este caso es similar al de otro famoso vídeo que circuló hace unos años y del que ya hablamos aquí. En él, se disponían varios móviles al rededor de unos granos de maíz, que saltaban y se convertían en palomitas al llamar a todos ellos al mismo tiempo. "En aquel caso, había un magnetrón de un horno microondas debajo de la mesa, que sí genera campos extremadamente potentes (aproximadamente un millón de veces más que los que pueda generar un móvil)", recuerda Nájera y añade que el caso que hoy nos ocupa se trata "sin duda de otro fake que corre como la pólvora".
"Aprovechando el miedo a las radiaciones, estos vídeos intentan generar más miedo, asustar a la gente para que se oponga a antenas y telefonía 5G (del que ya hablamos aquí). Es lo que está de moda ahora, ya que el 3G y el 4G no han cumplido las expectativas de los antiantenas… pero el negocio sigue creciendo", concluye Nájera.