Los estudiantes que participaron en el taller que impartimos en la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) nos preguntaron si sirven para algo las pequeñas acciones para combatir la emergencia climática. Precisamente una investigación de 2018 publicada en la revista Nature Energy analizó esta cuestión.
Según los autores, el calentamiento global puede limitarse a 1,5 ºC (tal y como establece el Acuerdo de París) si transformamos la forma en la que nos desplazamos, en que calentamos nuestros hogares o en cómo consumimos y usamos los diferentes dispositivos electrónicos.
El estudio, dirigido por el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (Austria), examinó diferentes innovaciones basándose en distintos estudios de la energía utilizada en el transporte, hogares y oficinas y en la fabricación de bienes de consumo. De esta forma, encontraron que la cantidad de energía requerida se reducía de dos a cuatro veces con cambios en estos tres ámbitos.
Los científicos señalan como medidas que utilizar vehículos compartidos eléctricos puede reducir la demanda mundial de energía para el transporte en un 60% para 2050, a la vez que disminuye la cantidad de vehículos que hay en las carreteras. Además, según el estudio, el uso de dispositivos inteligentes, que agrupan diferentes funciones en un mismo aparato, en lugar de tener más de uno, limita el crecimiento mundial de energía a un 15% en 2050.
En cuanto al rendimiento energético de los nuevos edificios y las renovaciones de los ya existentes pueden disminuir la demanda de energía de calefacción y refrigeración en un 75% para 2050. El estudio también se refiere al tipo de dieta e incide en que comer menos carne roja puede reducir las emisiones de la agricultura y aumentar la cobertura forestal en 2050 en un tamaño aproximado de Italia y Bangladesh juntos.
"Los cambios en la forma en que nosotros, como usuarios finales de energía, hacemos en nuestras vidas diarias tienen efectos colaterales en la forma en que se fabrican y transportan los bienes, se construyen oficinas y centros comerciales y se cultivan alimentos", señala en esta nota de prensa Arnulf Grubler, autor principal del estudio.
Los científicos resaltan que, más allá de las acciones individuales, para hacer realidad este escenario harán falta "esfuerzos sin precedentes" por parte de los políticos, que deben impulsar los nuevos estándares, y de las empresas, para que desarrollen innovaciones bajas en carbono que las personas puedan incorporar en sus actividades cotidianas.