Qué versión sea la que hayas escuchado es lo de menos (nos habéis preguntado tanto por cebollas crudas como hervidas), la cuestión es que los posibles efectos calmantes de esta planta os intrigan y queréis saber si ésta realmente puede curar el resfriado si la partimos por la mitad y dormimos cerca de ella. La respuesta es que no hay evidencias de que una cebolla cortada por la mitad, cruda o hervida, vaya a curarnos un resfriado.
Según explica la farmacéutica Marián García en este vídeo, relacionar la cebolla con algunos “beneficios” contra el resfriado (sobre todo, para calmar la tos) es algo “muy español”. “Se utiliza en España y algo en Francia, pero en el resto del mundo no han descubierto estas ‘bondades poderosas y maravillosas’ de la cebolla”, ironiza García en el vídeo.
Por el momento, no hay evidencias de que la cebolla calme la tos u otros síntomas del resfriado, ya que no existen investigaciones suficientes sobre el tema. “La cebolla partida sobre la mesita puede influir como placebo o en la percepción que tenemos sobre si aumenta o disminuye la tos en nuestros hijos”, explica García. Pero se trata tan solo de eso, una apreciación subjetiva.
Es cierto, por otro lado, que tampoco es una costumbre perjudicial y que, puesto que no hay medicamentos que curen el resfriado (de momento, solo tenemos algunos que ayuden a sobrellevar los síntomas), mucha gente sigue haciéndolo por si acaso.
“La conclusión es que no hay evidencia científica y, por lo tanto, no se puede decir que beneficia a toda la población“, explica Rafael Rodriguez, médico del servicio de atención ciudadana del Area Sanitaria Norte de Cordoba. “Pero tampoco produce efectos indeseables”, añade. “Si a alguien le va bien y no va a dejar de utilizar otros tratamientos farmacológicos prescritos por el médico o por el pediatra, pues adelante con la cebolla (y que la casa huela a Burger King toda la noche)”, bromea García.
Primera fecha de publicación de este artículo: 04/11/2019