Yuka es la app de moda pero, ¿puedes fiarte de ella?, ¿utiliza métodos científicos para clasificar los productos del supermercado? Según aparece en su página web, el objetivo de Yuka (o la aplicación de la zanahoria) es "mejorar la salud de los consumidores ayudándoles a descifrar las etiquetas de los productos (alimentos y cosméticos) para poder tomar las decisiones más saludables". Para utilizarla, basta con escanear con la cámara del móvil el código de barras del producto. La aplicación lo puntuará en una escala de 0 al 100, de menos a más saludable.
Sin embargo, los expertos consultados por Maldita Ciencia coinciden en que los criterios que utiliza la aplicación para calificarlos no son los más adecuados: a pesar de que un 60% de la nota proceda de los datos gestionados por Nutriscore (que, como ya explicamos aquí, tampoco es un sistema perfecto), otro 30% se atribuye en función de los aditivos y el 10% restante depende de si son o no ecológicos, cuestiones que no están relacionadas con lo bueno o malo que sea un producto (nutricionalmente hablando).
Según explica a Maldita Ciencia Julie Chapon, cofundadora de Yuka, "esta forma de puntuar se escogió por consenso tras discusiones con distintos nutricionistas".
¿Por qué un 30% de la puntuación corresponde a los aditivos?
El grueso de los puntos que Yuka da a un producto (el 60%), como ya hemos comentado, se basa en el Nutriscore. Pero, ¿qué hay del 40% restante? Chapon defiende así que un 30% corresponda a los aditivos. "Tenían que suponer una parte importante de la puntuación, porque hay una fuerte expectativa de los consumidores con respecto a este tema, y porque hoy tenemos muchos estudios científicos demostrando el peligro que algunos de estos aditivos pueden representar para la salud", indica.
Una afirmación que no se corresponde con los datos que manejan las autoridades sanitarias. La seguridad de todos los aditivos alimentarios que están autorizados hoy en día ha sido evaluada por el Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) o por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). "Valorar si un alimento 'es bueno o no' en función de sus aditivos es peligroso porque promueve la quimiofobia", explica aquí Marían García, farmacéutica y dietista-nutricionista.
"Que Yuka clasifique un producto en 'sin riesgo', 'riesgo limitado' o 'riesgo elevado' en función de los aditivos que contenga lleva a pensar que hay aditivos peligrosos que debemos evitar", aclara a Maldita Ciencia Beatriz Robles, dietista-nutricionista. Pero no: "En realidad, todos los que están en el mercado son seguros en las dosis empleadas y están autorizados en base a la evidencia y conforme a la legislación", añade Robles.
¿Es más saludable un producto si lleva la etiqueta 'eco'?
En cuanto al 10% restante de la puntuación (relativa a si los alimentos son o no ecológicos), la cofundadora de Yuka añade que, desde el punto de vista de la empresa, la "dimensión biológica" tenía que tenerse en cuenta, ya que "garantiza culturas sin pesticidas, químicos o tratamientos químicos" y que "tolera un umbral máximo de 0,9% de Organismos Genéticamente Modificados". "Pero este no tenía que ser un criterio determinante, sino un 'bonus'", detalla Chapon. De ahí que represente el 10% de la puntuación que aplica Yuka (el porcentaje más bajo).
Sin embargo, los productos etiquetados como 'eco' solo indican que están cumpliendo una legislación en relación con su sistema de producción. "Estos alimentos no son necesariamente más sostenibles (pueden venir del otro lado del mundo, con su correspondiente huella de carbono, y tener su sello 'eco') y no hay ninguna evidencia de que sean nutricionalmente mejores", matiza Robles.
Una opinión que comparte el dietista-nutricionista Juan Revenga, quien afirma a Maldita Ciencia que “no por ser eco o bio un producto es más o menos saludable". Así lo explicamos en este vídeo con la ayuda de Gemma del Caño, tecnóloga de alimentos, y como el propio Revenga detalla en profundidad en este otro artículo.
En conclusión...
En palabras de Robles, todo esto hace que solo el 60% se corresponda con una clasificación nutricional reconocida, ya que el 40% restante no obedece a criterios científicos ni es objetivo.
De cara al futuro, según Chapon el equipo tiene pensado "desarrollar métodos de puntuación específicos para algunos productos para los que Nutriscore no es tan relevante (como los huevos, el chocolate o la mantequilla)". "Con respecto a los aditivos, podría haber cambios en función de si se publican nuevos estudios. Además, en el futuro también nos gustaría poder evaluar el impacto ambiental de los productos, además del impacto en la salud", avanza.
Si quieres saber más sobre el criterio que utilizan otras aplicaciones como El CoCo o MyRealFood para clasificar alimentos, echa un vistazo a este artículo que hemos publicado en Maldita Ciencia.