Hemos oído mil veces relacionar las vacunas con un mayor riesgo de desarrollar un trastorno del espectro autista, y aquí desmentimos esa supuesta relación, explicando también de dónde surgió este bulo. Pero nos habéis preguntado también si existe alguna relación entre la inducción al parto y el autismo. La duda surge a partir de algunos estudios contradictorios sobre el tema.
El primero se realizó en 2013 y analizó a más de 600.000 niños nacidos vivos, entre ellos 5.500 que fueron posteriormente diagnosticados con autismo. Ese estudio concluía que, comparados con los niños nacidos sin que a sus madres se les provocase o favoreciese el parto, los niños nacidos en partos inducidos mostraban una mayor probabilidad de padecer un trastorno del espectro autista, especialmente en los varones.
Hay que señalar que ese estudio mostraba una correlación, pero no una causalidad: que los partos inducidos se asociasen con trastornos del espectro autista podría deberse a a) que los partos inducidos causasen el trastorno; b) que por algún motivo el trastorno dificultase los partos y eso obligase a inducirlos con más frecuencia o c) que otro factor desconocido fuese la causa tanto del parto inducido como del trastorno.
El segundo estudio se publicó en 2016 y analizaba un total de 1.362.950 nacimientos, de los cuales un 11% fueron en partos inducidos y 22.077 fueron diagnosticados con autismo entre los 8 y los 21 años. Los investigadores reflejaban que en un primer paso del análisis de los datos también encontraron una vinculación entre ambos factores, pero al comparar con hermanos y primos, no hallaron esa relación.
El motivo es que las posibles causas de ambas cosas, el autismo y los partos provocados, se comparten al menos parcialmente con los familiares, ya sean genéticas o por las características de la madre. Los autores sugerían, por tanto, que en los anteriores resultados podía ser que esas características familiares fuesen responsables de los partos inducidos y del autismo, y no que los partos inducidos fuesen los responsables del autismo.
Los autores de este segundo estudio planteaban esa posibilidad y, basándose en sus datos, llamaban a la tranquilidad de las embarazadas a las que, por motivos médicos y de seguridad para madre y bebé, fuese recomendable inducir el parto. Sin embargo, sigue siendo necesaria más investigación para determinar qué papel juegan las circunstancias del embarazo y del parto en el riesgo de padecer autismo.