La semana pasada resolvimos una duda sobre el humo de las sishas y su efecto sobre la salud, y a partir de ahí muchos nos habéis preguntado por la comparación fumar vs. vapear: ¿cuál es mejor?
Las evidencias más sólidas hasta la fecha sugieren que vapear (el uso de cigarrillos electrónicos) es menos dañino que fumar tabaco normal ya que reduce la exposición a los productos de la combustión del tabaco y de las propias sustancias presentes en este.
Un gran estudio al respecto publicado en 2017 comparaba la exposición a sustancias tóxicas entre gente que había dejado de fumar y había vapeado durante una media de 16 meses con la de gente que había seguido fumando durante ese tiempo. Los resultados mostraban una enorme reducción en la exposición a sustancias carcinógenas y tóxicas en los vapeadores respecto a los fumadores, pero solo en aquellos que habían dejado completamente de fumar.
Por eso parece obvio que pasar del tabaco normal al vapeo es mejor para la salud. Sin embargo, el vapeo también tiene sus riesgos. Por un lado, muchos estudios sugieren que la mayoría de la gente no cambia un hábito por el otro, sino que combina los dos, con lo que el efecto positivo no se produce o se reduce considerablemente.
Por otro, existe cierta preocupación de que al asignarle la etiqueta de saludable al vapeo se relajen las advertencias sobre su riesgo para la salud (que aunque es menor también existe) y termine atrayendo hacia el tabaco a más gente, especialmente a los adolescentes.
Este artículo forma parte de nuestro consultorio científico semanal. Si quieres leer más preguntas respondidas, puedes verlas aquí.