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Transporte público gratis, zonas de bajas emisiones y consejos para la bici en el 18º consultorio de Maldito Clima

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Vamos con un consultorio especial sobre movilidad. Esta vez intentamos responder varias preguntas sobre cómo nos movemos, que a veces tienen respuesta fácil y a veces no: si el transporte público gratuito puede sustituir al coche, qué tipos de personas usan más uno u otro medio y qué otros efectos tienen las zonas de bajas emisiones aparte de reducir la contaminación. Por último te damos una serie de herramientas si quieres viajar en bici por tu ciudad.

Puedes escribirnos tus dudas sobre clima, medioambiente y energía a través de nuestra web, nuestra cuenta de Twitter (@Maldito_clima), nuestro correo electrónico ([email protected]) o el chatbot de WhatsApp de Maldita.es (+34 644 229 319). Responderemos lo mejor que podamos ¡Vamos allá!

Cuando el transporte público es gratuito, ¿los conductores dejan el coche?

En la Twitchería de Maldito Clima sobre zonas de bajas emisiones, preguntamos al chat cómo sería su transporte público ideal. La respuesta fue obvia: que exista, que sea fiable y sea asequible. Centrándonos en esto último, ¿ayudaría a reducir el uso del coche que el transporte público fuese gratuito para todo el mundo? Ya hay sitios donde existen sistemas que operan o han operado así y se han recopilado resultados ¿Conclusiones? Muy resumidamente: sí, se usa más, pero no desplaza ni sustituye los viajes en transporte privado.

Un artículo científico de 2017 analizó cómo fue el reparto modal (esto es, la proporción de usuarios por cada medio de transporte, público y privado) en Tallín, capital de Estonia, que desde 2013 permite el uso gratuito del transporte público a todos los residentes de la ciudad. En el trabajo se destaca que el uso del transporte público aumentó en el primer año de vigencia un 14%, especialmente en residentes con pocos recursos. Pero ese aumento lo hizo en detrimento de aquellos viajes que antes se hacían andando, que bajaron un 40%. El uso del coche, en cambio, apenas bajó un 5% en el periodo de análisis.

Otra evidencia la tenemos en Alemania, que en 2022 puso una tarifa fija de nueve euros al mes (no gratis) para moverse en transporte público local y trenes regionales, con el objetivo de que estos viajes sustituyesen al coche y se ahorrase energía y dependencia de los combustibles fósiles tras la invasión rusa de Ucrania y el encarecimiento general de precios por la inflación. El balance que hicieron la Asociación de Empresas del Transporte y la Oficina Estadística Federal es que se logró una reducción “moderada” del tráfico rodado, con menos trayectos largos en vehículo. Igualmente, el reparto modal fue desigual: el 17% de los usuarios del 9-euro ticket venían de otro medio de transporte, pero sólo el 10% dejó de usar el coche.

El mejor de todos los ejemplos lo hemos reservado para el final: Luxemburgo. Este país europeo tiene todo el transporte público gratuito desde 2020, tanto para residentes como para turistas. Esto, además, en el Estado con mayor densidad de vehículos (696 coches por cada 1.000 habitantes, en 2022; 681 según Eurostat en 2021). A pesar de esta medida, el nivel de atascos de tráfico en junio de 2022 era mayor que en 2019, antes de entrar en vigor la gratuidad, según TomTom Traffic Index, un índice estandarizado de la empresa TomTom que registra con su metodología cuántas horas pasa un vehículo en un atasco al año. En este trabajo periodístico de Bloomberg City Lab analizan quiénes son los más beneficiados de esta medida —personas que antes usaban la bici o iban caminando— y por qué el uso del coche no termina de descender.

¿Quién usa más el coche y quién el transporte público en España? ¿Cambia mucho fuera de las grandes ciudades?

Quizá no es tan evidente a primera vista, pero el tipo de persona que estadísticamente usa más el coche o más el transporte público no es el mismo. En Maldita.es hemos analizado esto gracias a las encuestas de movilidad oficiales, una de las principales herramientas para saber cómo se transporta la población. La respuesta es clara: en las áreas muy pobladas, los hombres utilizan más el coche mientras que las mujeres y los jóvenes usan más el transporte público o van a pie; en las zonas menos pobladas, el coche tiene prácticamente el monopolio.

Como máximo ejemplo de zona poblada empezaremos por Madrid. Según la última encuesta de movilidad autonómica (2018), las mujeres van a pie o usan el transporte público en un 63% de sus viajes frente al 52% en el caso de los hombres, mientras que ellos usan el coche para un 44% de los viajes y ellas un 35% (página 48). Por edades, las personas 18 a 21 y 22 a 29 se desplazan normalmente en transporte público (57% y 42% de los viajes respectivamente), mientras que aquellos en los 40 años usan el vehículo privado para algo más de la mitad de sus viajes.

Encuesta domiciliaria de movilidad en día laborable de 2018 en la Comunidad de Madrid, páginas 3 y 60.

Pero estas proporciones se esfuman al dividir la provincia madrileña en zonas más pequeñas: en la corona regional (las zonas rurales que rodean al área metropolitana), el porcentaje de viajes* que se realiza en coche es del 56%, mientras que esta cifra se reduce en áreas más cercanas a la gran ciudad. En la provincia de Barcelona (página 36) y en el País Vasco ocurre el mismo fenómeno, según sus respectivas encuestas de movilidad autonómicas, realizadas en 2022 y 2021 respectivamente. Ojo, hablamos siempre de movilidad en días laborables, cuando la gente tiene que desplazarse para ir a trabajar o a su centro de estudios: los fines de semana todo cambia.

Reparto modal en diferentes áreas de la provincia de Barcelona (gráfico superior)En rosa claro, movilidad activa; en rojo, transporte público; en granate, vehículo privado. Fuente: Enquesta Mobilitat en dia feiner 2022, páginas 9 y 36.

Esta mezcla entre un gran uso del coche en las zonas rurales y otro más repartido con el transporte público o la movilidad activa (bicis, peatones etc.) queda muy marcada en las provincias con grandes metrópolis en su interior, como se ve en el gráfico siguiente. Pero en las provincias sin grandes ciudades, el uso del coche es rampante. Esto lo sabemos porque el Instituto Nacional de Estadística (INE) elaboró su encuesta de movilidad cotidiana en 2021.

Un caso extremo es Lugo, donde el 75% de las personas usan el coche como vehículo principal para ir al trabajo o a estudiar. En esta provincia, la proporción se mantiene estable en todos los perfiles: un 77% de los hombres usan el coche como vehículo principal, pero también un 74% de las mujeres, y entre todos los grupos de edad (que el INE divide entre menores de 30 años, de 30 a 49 y 50 o más años) el coche es siempre la opción mayoritaria, según los datos por provincias que hemos analizado.

¿Podemos saber algo más, por ejemplo, el transporte prioritario según el nivel de renta? Las encuestas de movilidad no desagregan este dato, pero algunos trabajos, como esta investigación de datos de 2020 de elDiario.es, intentan aproximar este análisis. En este caso, los periodistas obtuvieron los microdatos de la encuesta de movilidad de la Comunidad de Madrid de 2018 para analizar el medio principal de transporte en cada “zona geográfica de transporte” (una división territorial entre el barrio y la sección censal) fijándose en los barrios de mayor y menor renta. Su conclusión es que las zonas adineradas se desplazan en coche y las que tienen menos renta, a pie.

¿Qué otros efectos tienen las zonas de bajas emisiones aparte de reducir la contaminación?

En Maldito Clima ya hemos explicado cómo las zonas de bajas emisiones (ZBE) logran reducir la emisión de contaminantes atmosféricos (como los NOX y las partículas microscópicas PM). Hoy vamos un paso más allá y enumeramos otros efectos beneficiosos que ha encontrado la evidencia: en cuanto al flujo de tráfico, que no empeora; en cuanto al cambio modal hacia transportes más sostenibles; y en cuanto a efectos en la salud, reduciendo enfermedades cardiovasculares y menos siniestros de tráfico.

Vamos con el flujo de tráfico, que puede medirse de varias formas, por ejemplo el número de coches que pasan por un punto. Una narrativa contra las ZBE es que generarán un caos de tráfico y alargarán los atascos, pero, con la evidencia en la mano, esto no sucede, al menos en los casos reales estudiados. Tras aplicar una zona de bajas emisiones, el flujo de tráfico no aumenta dentro de estas zonas: o se mantiene estable o se reduce, aunque en algunos casos puede desplazarse hacia las calles aledañas.

Estos dos trabajos científicos de 2022 sobre el antiguo Madrid Central coinciden en que el tráfico en el área interna se redujo, pero al mismo tiempo se observó un ligero aumento fuera de la ZBE. Uno de ellos encontró además que la reducción del tránsito dentro de la zona restringida disminuyó gradualmente con el tiempo y desapareció al cabo de 7 meses, posiblemente por la renovación de la flota de vehículos por otros sin restricciones.

Otro ejemplo es la zona de ultra bajas emisiones (ULEZ) de Londres, que redujo entre un 3 y un 9% el flujo de tráfico en el centro de la ciudad en 2019 en comparación con 2018, según un informe del Gobierno de Londres. Glasgow cuenta con un sistema que analiza en abierto el tráfico actual frente al de 2019, cuando no había ZBE, y se puede observar que en la totalidad de calles del área ZBE el número de vehículos apenas varía, aunque en algunas calles aledañas baja y en otras sube.

Este otro estudio de 2021 incide en que las ZBE (analiza varias en Europa) son exitosas a la hora de reducir la polución, pero que no se ven efectos en el tráfico —especialmente si se comparan con los peajes, que sí muestran efectividad en reducir el número de vehículos. La interpretación de los autores es que las ZBE consiguen una renovación de la flota de vehículos: no hay menos coches, pero son menos contaminantes cuando circulan.

Las ZBE tienen, como objetivo principal, reducir la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero. Pero otro efecto que se ha observado en algunas ciudades es un cambio modal: del transporte privado hacia transportes más sostenibles, como la movilidad activa o el transporte público. Es el caso de Madrid, que tuvo un importante cambio modal cuando se introdujo su primera ZBE, especialmente entre los usuarios del coche, según un trabajo científico publicado en 2022. También en Bruselas, que destaca un uso cada vez más destacado de la bici y menos del automóvil, según Eltis, un portal europeo de análisis sobre movilidad urbana.

En el último apartado tenemos los efectos en la salud que tienen las zonas de bajas emisiones. Una revisión sistemática publicada en 2023 analizó toda la literatura científica sobre ZBE y problemas de salud relacionados con la contaminación del aire (enfermedades cardiovasculares y respiratorias, impacto en los recién nacidos, demencia, cáncer de pulmón, diabetes y mortalidad por todas las causas) y con los siniestros de tráfico.

En sus conclusiones se destaca que allá donde hay ZBE, las enfermedades cardiovasculares descienden de manera notoria, mientras que las evidencias para otros problemas de salud no son tan consistentes. Por otro lado, los siniestros de tráfico se han reducido especialmente en Londres, pero los autores inciden en que en otras áreas donde hay ZBE no hay aún evidencia publicada.

¿Hay herramientas para ayudarme a circular en bicicleta por mi ciudad?

Has dado el paso: has decidido que la bici se va a convertir en tu transporte de referencia para ir, venir y, en general, desplazarte por tu ciudad. Ahora bien, ¿sabes cómo conseguir una bici si no tienes una en casa? ¿O si hay carril bici hasta tu destino? Una vez llegues a él, ¿dónde puedes aparcarla?

En primer lugar, recuerda que la circulación en bici también está regulada y que durante los trayectos, igual que sucede en cualquier otro medio de transporte, se tienen que cumplir ciertas normas. En la web de la Dirección General de Tráfico (DGT) se recogen las normas básicas de circulación para las bicicletas. ** Además y si quieres profundizar un poco, una herramienta muy útil es CicloNormativa, una web no oficial impulsada por varios juristas y elaborada por el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo Francisco J. Bastida. Allí puedes encontrar el contenido de las leyes y reglamentos estatales que regulan el uso de la bicicleta ordenados de forma sistemática, además de referencias a las normativas de la Unión Europea, autonómica y municipal.

Ahora sí, toca ponerse en marcha. Si no sabes cómo llegar del punto A al B en bici, puedes utilizar OpenStreetMap, un mapa creado por una amplia comunidad de mapeadores que aportan y mantienen datos sobre caminos, senderos y vías ciclistas, entre otras, a lo largo de todo el mundo. Entre sus opciones, como decimos, proporciona una capa de vías ciclistas (opción ‘capas’ en la barra gris oscuro a la derecha de la pantalla), gracias a la que puedes planificar tu ruta fácilmente en España o en cualquier otra parte del mundo.

Mapa de Zaragoza en OpenStreetMap

¿Que eres más de Google Maps? Javier Bullido Pérez, miembro de la Asociación Pedalibre, se ha tomado las molestias de construir este mapa de vías ciclistas en España. Si, entre tanto, te toca subir con tu bici a otro tipo de transporte, desde la asociación explican cómo hacerlo tanto en tren, como en bus o en avión. En el resto de Europa, puedes consultar la red de rutas ciclistas en EuroVelo.

Una vez has llegado, ¿cómo dejar a tu noble corcel a buen recaudo? Si estás en Madrid, puedes consultar la red de estacionamiento para bicicletas, un conjunto de aparcamientos cerca de paradas o estaciones de transporte público. También existe la posibilidad de echar mano de BiciPARK, una serie de estacionamientos para bicicletas en los aparcamientos públicos municipales de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT). Por si fuera poco, puedes incluso solicitar tu propio aparcabici.

En Barcelona, puedes consultar aquí los posibles puntos de anclaje, disponibles en toda la ciudad (incluidos los aparcamientos subterráneos). También en Bilbao hay un servicio que te informa de 15 estaciones de aparcamiento seguro de titularidad municipal, destinadas a la custodia de vehículos ciclo y equipadas con puntos de recarga eléctrica y sistemas de videovigilancia. A nivel nacional, puedes utilizar la aplicación PVerde, que incluye algunos aparcamientos cerrados y de pago para dejar tu bicicleta de forma segura por largos periodos de tiempo

En caso de robos y desapariciones, te recomendamos utilizar Biciregistro, una web que te permite identificar tu bici con un kit de marcaje y validarla para, en estos casos, recuperarla más fácilmente. Y si te toca defender tu decisión de pasarte a la bici, echa un ojo a esta web que rebate algunos de los mitos más comunes sobre el uso de la bici como medio de transporte.

** Actualización el 23/10/2023 para añadir la web de la DGT con normas básicas para bicicletas.

* Corrección el 29/09/2023: en la versión anterior de este artículo se decía que el porcentaje representaba a las personas cuyo vehículo principal era el coche, pero representa al número de viajes que realizan en coche los residentes en la corona regional madrileña.

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