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Un golpe de calor es el trastorno más peligroso de las enfermedades asociadas a las altas temperaturas, siendo especialmente peligroso en lactantes y niños aunque puede ser fatal en cualquier persona. Un mensaje que se comparte sobre este riesgo de salud es que “solo es posible tener un golpe de calor si estamos expuestos al sol”.
Pero es un mito. Un golpe de calor se produce cuando aumenta la temperatura corporal hasta un punto en el que nuestro organismo no puede disipar este calor acumulado, ya sea al estar en un ambiente con temperatura muy alta o al hacer ejercicio. No es una condición necesaria estar expuesto al sol para sufrir un golpe de calor, aunque la radiación solar puede contribuir a aumentar el calor.
Como explica esta revisión de literatura sobre el golpe de calor publicada en 2019, este problema de salud aparece cuando el cuerpo falla a la hora de evaporar el calor excesivo. Desde el punto de vista médico, un golpe de calor se define por problemas en el sistema nervioso central (convulsiones, desmayos, delirios, coma), piel seca y caliente e hipertermia extrema (temperatura corporal por encima de los 40,5 ºC).
Así, los profesionales de la salud clasifican los golpes de calor en dos tipos. Está el golpe de calor clásico, al exponerse a una temperatura ambiental alta; y el golpe de calor por esfuerzo, asociado al ejercicio físico y que ocurre cuando la producción excesiva de calor metabólico supera los mecanismos fisiológicos de pérdida de calor.
El primero afecta principalmente a personas con enfermedades crónicas, ancianos y población infantil, está vinculado a las olas de calor y sucede como una epidemia — afecta simultáneamente a muchas personas—. El segundo es de naturaleza esporádica, afecta a personas que hacen un gran esfuerzo físico (deportistas, bomberos, militares, trabajadores del campo, etcétera) y puede suceder incluso cuando no hay altas temperaturas ni durante las horas de sol.
Como ejemplos de golpe de calor en donde no hay influencia de la radiación solar, este trabajo recoge un caso singular de un hombre de 26 años que le dio un golpe de calor en invierno, tras estar en una sauna; o este trabajo científico que analiza 150 golpes de calor por esfuerzo en militares, que indica que el 59% de estas afecciones se dieron entre las 10 de la noche y las 10 de la mañana.
Este artículo forma parte del 216º consultorio de Maldita Ciencia.