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Por qué es importante que los gabinetes de prensa de instituciones y partidos políticos respondan a las preguntas de los verificadores en la lucha contra la desinformación

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Claves
- Cuando entramos a desmentir un contenido es porque se está viralizando o por su peligrosidad y vemos que la gente se lo está creyendo
- Los desmentidos ayudan a aplanar la curva de la desinformación: frenan los bulos, están disponibles si alguien busca más información y dan herramientas a las personas en sus redes privadas y familiares
-  Nuestra metodología nos obliga en algunos casos a tener una respuesta oficial para poder decir que un contenido es un bulo, y sin la colaboración de las instituciones, partidos políticos u organismos científicos no podemos señalar algunas mentiras
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En la lucha contra la desinformación, los verificadores usamos muchas herramientas para comprobar si los contenidos que circulan por la red son reales. Muchas de ellas implican hacer uso de la tecnología. Pero hay ocasiones en las que, además de técnicas de verificación más específicas, tenemos que tirar del periodismo clásico: descolgar el teléfono y preguntar a los gabinetes de prensa de instituciones, partidos políticos y organizaciones científicas.

Así hemos podido desmentir que tal político haya hecho unas declaraciones que no ha pronunciado, que haya publicado un tuit que nunca ha escrito o que haya aprobado una medida que no existe.

La desinformación supone un problema y es importante que los responsables de prensa de instituciones o partidos sean conscientes de ello. Para poder hacer nuestro trabajo en Maldito Bulo aplicamos nuestra metodología, que es pública y que en varios puntos establece que es necesaria la respuesta de la institución o la persona a la que afecta la desinformación para poder catalogarla como bulo.

En este artículo os contamos las razones por las que todos salimos ganando si los gabinetes de prensa responden a las preguntas que hacemos los verificadores para desmentir un contenido, por muy evidente que parezca el bulo.

1. Cuando entramos a desmentir un contenido es porque se está viralizando o por su peligrosidad

Nuestra metodología es muy clara en cuanto a las razones por las que entramos a desmentir un bulo. No desmentimos un contenido que apenas ha tenido recorrido a menos que suponga un peligro: no queremos amplificar un bulo con poca difusión. Aunque hay momentos de crisis, como ocurrió durante la pandemia de coronavirus o sucede cuando se producen catástrofes naturales, por ejemplo, en los que la desinformación puede suponer un problema para la salud de las personas. Otro momento de crisis puede darse durante las campañas electorales, cuando la desinformación puede llegar a socavar los fundamentos del sistema electoral.

Por lo tanto, cuando tomamos la decisión de verificar un potencial bulo es porque resulta potencialmente peligroso o porque sabemos que se está viralizando. ¿Cómo lo sabemos? Tenemos herramientas para identificarlo.

Muchas veces, cuando un contenido se viraliza en una red social como Twitter o Facebook, ya se ha movido antes canales privadas como WhatsApp o Telegram. A través de nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319) recibimos contenidos que están circulando, incluidos los que se mueven en WhatsApp. Si algo nos llega varias veces en poco tiempo y si, además, lo hace como "reenviado muchas veces", sabemos que ese contenido se está compartiendo mucho.

Por estos motivos tenemos una visión más completa del grado de viralidad de un posible bulo que los gabinetes de prensa de algunas instituciones, partidos políticos u organizaciones científicas. Y si les consultamos es precisamente porque sabemos que algo se está moviendo mucho y su respuesta, en algunos casos, es imprescindible para poder decir que algo es falso, según nuestra metodología.

2. Sí, la gente se lo está creyendo

Hay contenidos que se difunden y que, cuando los vemos la primera vez, podemos pensar que nadie se lo va a creer porque es una sátira, una broma que nos provoca la risa nada más verlo o porque parece evidente que es falso.

Pero la experiencia como verificadores nos dice que tenemos que dejar de pensar como élite: no todo el mundo tiene por qué saber de todo y cuando algo se viraliza como real es porque hay gente que se lo está creyendo. Tampoco podemos ridiculizar a quien se lo cree. Puede que no nos hayan colado un bulo en este caso, pero sí que nos pase en otra ocasión.

Un ejemplo es el de este titular que circuló hace años: "Descubren un mosquito que te puede dejar embarazada de un solo picotazo". Aunque suene gracioso, tuvimos que desmentir que fuese cierto porque mucha gente lo compartía al pensar que era real.

Tenemos muchos ejemplos de este tipo, otros más recientes, en los que a simple vista puede parecer que el contenido que circula es demasiado evidente que es falso y que, por lo tanto, la gente no se lo está creyendo, pero que en realidad se viralizan muchísimo como si fuesen reales.

Es el caso de este tuit publicado por una cuenta que se autodenomina "parodia" y que suplanta al diario El Mundo en Twitter. El mensaje entrecomilla unas supuestas declaraciones de una asesora de la ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a la foto de una mujer. Ni esa persona era asesora de Montero ni las declaraciones eran reales. Sin embargo, el tuit se compartió muchísimo como si fuera de El Mundo y mucha gente se lo creyó. Las capturas del tuit saltaron a otras redes sociales, donde se compartieron cientos de veces.

Ejemplo de cómo se difundió en Facebook un tuit de una cuenta "parodia" como si fuera real.

3. La publicación de un desmentido ayuda a aplanar la curva de la desinformación

Hay bulos que se viralizan muy rápido y que llegan a una gran cantidad de personas en poco tiempo. Fue el caso del audio en el que, supuestamente, la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, había confundido al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, con Bin Laden.

La investigadora Mariluz Congosto, especializada en el análisis del discurso en Twitter, hizo un análisis sobre la evolución de este bulo una vez que llegó a esa red social. Antes de llegar ahí ya se había hecho viral a través de WhatsApp, como pudimos comprobar por el número de consultas que llegaron a nuestro chatbot sobre este audio de personas que lo habían recibido en sus teléfonos móviles.

Desde Maldita.es publicamos el desmentido a la mañana siguiente de que este comenzara a circular por el canal de mensajería, la noche anterior. Según datos de Congosto, obtenidos a partir del análisis de los tuits que mencionaban al bulo frente a los que compartían el desmentido, el desmentido “frenó drásticamente” la difusión del bulo en Twitter.

Precisamente, parte de nuestra actuación frente a la desinformación consiste en fomentar la difusión de los desmentidos entre la comunidad. Difundir el desmentido ayuda a viralizar la verdad y, en el mejor de los casos, el desmentido llegaría a la gente antes que el propio bulo. Así, quien lo reciba después ya cuenta con herramientas para saber que lo que le ha llegado no es cierto y no seguir compartiéndolo.

Como vemos, publicar un desmentido ayuda a frenar la curva de la desinformación.

4. Si hay un desmentido publicado, la gente lo encontrará si hace una búsqueda sobre el bulo

Relacionado con el punto anterior, habrá personas a las que les llegue un contenido y hagan una búsqueda sobre él, bien para leer más sobre el tema, bien para saber si es cierto o no.

Si el contenido es un bulo y hay un desmentido publicado, quien lo busque encontrará el desmentido y tendrá a mano las herramientas necesarias para saber que eso que le ha llegado no es cierto.

En general, no todo el mundo tiene tiempo de verificar todo lo que le llega o lo que ve en redes sociales, por lo que un desmentido publicado por verificadores fiables facilita mucho que esas personas sepan que están ante una desinformación.

5. No entrar a desmentir sólo hace que la desinformación fluya sin cortapisas

En cambio, no entrar a desmentir un bulo que se está viralizando sólo conseguirá que ese contenido continúe moviéndose sin ningún tipo de freno.

Las herramientas de verificación están al alcance de cualquier persona, pero la experiencia también nos dice que si no hacemos ese trabajo los verificadores, será más difícil que todo aquel al que le llegue el bulo compruebe si es verdad o no.

Sin un desmentido que explique por qué se trata de un bulo, la desinformación lo tendrá más fácil para seguir moviéndose. En cambio, cuanto antes publiquemos el desmentido, antes se empieza a aplanar la curva de la desinformación. Y con la colaboración de los gabinetes, nuestras verificaciones pueden publicarse más rápido.

6. El desmentido le da un arma a las personas para detener la mentira en redes privadas y familiares

Un desmentido le da la posibilidad a aquellas personas que reciban un bulo a enviarlo a quien difunde la desinformación, por lo que le estamos dando un arma para detener la mentira.

De hecho, necesitamos esa intervención. Los verificadores podemos monitorizar la desinformación que circula en redes públicas como son Twitter, Facebook, Instagram o TikTok. En cambio, las conversaciones de WhatsApp son privadas y están cifradas de extremo a extremo, por lo que no podemos entrar en ellas a ver qué se está moviendo.

Por eso es importante tanto que nos envíen lo que circula a nuestro chatbot de WhatsApp, para que podamos identificar la desinformación y decidir a qué entramos a desmentir, como que los usuarios tengan ese arma para frenar los bulos que circulan en los canales de mensajería.

7. Si hay un desmentido, nuestro chatbot de WhatsApp responderá automáticamente a quien nos envíe el bulo

Los contenidos sospechosos de ser desinformación por los que nos preguntan, ya sea a través de WhatsApp, de nuestras redes sociales o por correo electrónico, los registramos en nuestra base de datos y cada vez que alguien nos lo envía anotamos una recurrencia. Así sabemos que algo se está moviendo.

Esa base de datos está conectada a nuestro servicio de WhatsApp, por lo que si le vinculamos un desmentido a un bulo, cada vez que alguien nos lo haga llegar, el chatbot le enviará la verificación automáticamente. De nuevo, estaremos dando herramientas a los usuarios de las redes privadas para que contribuyan a frenar la desinformación.

8. Un bulo puede volver a viralizarse y tener un desmentido ayuda a frenarlo antes

Los bulos circulan y es posible que cuando uno se viraliza se dé un pico de desinformación para luego, aparentemente, dejar de circular o de hacerlo con tanta fuerza. Pero con el tiempo muchos de estos bulos vuelven a compartirse y, si lo hace, ya habrá un desmentido para frenarlo.

Es tan común que esto suceda que en Maldita.es les hemos puesto nombre: los llamamos “bulos zombies”, desinformaciones que reaparecen pasados unos meses. Hay muchos ejemplos de este tipo y uno de los más claros para nosotros es el caso de la falsa alerta policial Manitas Limpias. Es un bulo que circula desde hace años y que desmentimos en 2019, pero que vuelve a circular con mucha fuerza cada cierto tiempo a través de WhatsApp. Durante un tiempo parece que ha dejado de difundirse y un día comienzan a llegarnos varias consultas sobre el mismo contenido.

Más de 1.000 veces nos habéis preguntado por él, pero cuando vuelve tenemos a mano el desmentido, que le llega a cada persona que nos pregunta por este bulo. Así ayudamos a que no continúe difundiéndose todavía más.

9. Nuestra metodología nos obliga en algunos casos a tener una respuesta oficial para poder decir que un contenido es un bulo

Nuestras verificaciones, con sus diferentes tipologías (Bulo, No hay pruebas o Qué sabemos), están sujetas a una estricta metodología que deben seguir siempre para que las podamos publicarlas. Por eso, además de conocerla muy bien, un equipo de editores se encarga de revisar cada uno de los artículos antes de publicarlo y al menos cuatro de ellos tienen que dar su visto bueno antes de publicar, para que no se escape nada.

En esa metodología se contempla que, para que un contenido pueda ser calificado como bulo, hay casos en los que necesitamos que los equipos de prensa de instituciones, partidos políticos u organizaciones científicas nos respondan a las consultas que les hacemos.

Aunque hay veces en las que, con otras pruebas, podemos saber que algo es un bulo, tenemos que seguir nuestra metodología porque es la única forma de hacer nuestro trabajo de la manera más transparente y rigurosa posible. Esto implica que sí, que necesitamos una respuesta por parte de los gabinetes.

En más de una ocasión un equipo de prensa nos ha dicho que no nos respondería a nuestra consulta sobre un contenido por ser "demasiado evidente" que se trata de una desinformación. Pero por no querer responder no hemos podido publicar el desmentido o lo hemos tenido que cambiar de categoría según la metodología, pasando de ser catalogado como bulo a desinformación sin pruebas.

Así que por muy obvio que pueda parecer el bulo, necesitamos esa respuesta.

10. Tenemos más tendencia a creernos los bulos que hemos visto muchas veces

Todos y cada uno de nosotros tenemos sesgos que, en ocasiones, hacen que nuestro cerebro nos la cuele. Uno de estos sesgos, el contraproducente de familiaridad, hace que cuantas más veces estemos expuestos a un contenido, más probabilidad hay de que lo aceptemos como cierto.

Si no ponemos esfuerzos en hacer un desmentido e intentar frenar ese bulo que se está difundiendo, continuará haciéndolo y llegará no sólo a más personas, sino que es posible que aquellas a las que ya les ha llegado antes, vuelvan a verlo más de una vez (el mismo bulo u otros sobre el mismo tema). Así serán más susceptibles de creerlos.

En definitiva, es importante que los gabinetes de prensa colaboren en la lucha contra la desinformación, por muy evidente que parezca un bulo. Como verificadores, tenemos herramientas para saber cuándo algo se está viralizando y si la gente se lo está creyendo. Si hacemos una consulta a un equipo de prensa es porque es necesario y la colaboración de los gabinetes es importante para poder publicar pronto un desmentido. Cuanto antes publiquemos, antes se aplana la curva de la desinformación.


Primera fecha de publicación de este artículo: 20/06/2022

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