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El calor extremo no afecta a todos por igual: quiénes son los trabajadores con más riesgo

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Tiempo de lectura: 13 minutos
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Claves:
  • Los trabajadores de la construcción, la hostelería o la agricultura tienen más riesgo de sufrir estrés térmico, bajas laborales y problemas de salud relacionados con el calor extremo
  • Si además son migrantes en situación irregular, son más vulnerables por su situación administrativa, laboral y por las barreras para acceder al sistema público de salud
  • Aunque existen leyes de prevención, su cumplimiento es desigual y el cambio climático hace más urgente reforzar las medidas


El calor extremo es peligroso para la salud por la falta de descanso, los golpes de calor y, sobre todo, el empeoramiento de enfermedades previas, entre otras consecuencias. Pero el riesgo no es el mismo para todos: por ejemplo, el calor nocturno perjudica más a aquellos con menos ingresos y las personas con patologías previas son más vulnerables. Tampoco es igual trabajar sentado en una oficina con aire acondicionado que cosechar el campo.

La Organización Mundial del Trabajo estima que 18.970 trabajadores mueren al año en el mundo por accidentes laborales relacionados con el calor excesivo y el IPCC avisa de que los veranos serán cada vez más cálidos. Hosteleros, agricultores, barrenderos o quienes trabajan al aire libre tienen más riesgo de sufrir “estrés térmico”. Un proceso que puede derivar en problemas de salud y que se produce cuando el calor acumulado excede los niveles de lo que el cuerpo humano puede tolerar. Estas mismas profesiones están entre las que tienen una mayor presencia de trabajadores inmigrantes, que son a su vez un grupo especialmente vulnerable a los riesgos por altas temperaturas por varias razones. 

Las opiniones y puntos de vista expresados solo comprometen a su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser considerados responsables de ellos.

Los trabajadores agrícolas tienen un 17% más de riesgo de sufrir un accidente laboral durante los días de calor

“El calor tiene impactos directos tanto a corto como a largo plazo en la salud de todos los trabajadores”, apunta Sarah Williams, investigadora especializada en salud ambiental. Desde los más visibles, como el golpe de calor, hasta otros que pasan más desapercibidos, como la pérdida de sueño, la fatiga o la pérdida de concentración. Según un estudio publicado en Environment International que analizó el periodo entre 1988 y 2019, se registró que el riesgo de accidente laboral los días de temperaturas extremadamente cálidas se elevaba un 13%. Entre los trabajadores agrícolas, el riesgo aumentó al 17%

Los profesionales de la construcción, la hostelería y la agricultura son los que registraron un mayor número de accidentes relacionados con las altas temperaturas entre 1988 y 2019, según este mismo estudio. De hecho, identificó a los hombres menores de 35 años que desempeñaban esas profesiones como los más vulnerables. “También encontramos que las provincias españolas con mayor nivel educativo tienen un riesgo menor de baja o accidentes laborales durante las épocas de calor extremo”, apunta Constanza Vielma, socióloga y una de las autoras del estudio.

Al mismo tiempo, la agricultura o la hostelería están también entre las profesiones con mayor porcentaje de personal migrante en España. En enero de 2022, representaban el 42% de los empleados domésticos, el 34% de los peones agrarios, forestales y de pesca y el 20,9% de los trabajadores de restauración, según el Censo Anual de Población del INE

Su situación administrativa y económica hace a los trabajadores migrantes más vulnerables al calor

Además del tipo de trabajo, los expertos consultados coinciden en que una serie de factores hacen a los trabajadores inmigrantes más vulnerables a los accidentes por calor. “No solo constituyen una parte importante de estos empleos, sino que su situación legal y económica les pone en situaciones más precarias. Están más expuestos al calor, tienen menos control sobre su situación laboral y muchas veces enfrentan barreras para acceder a los servicios de salud”, explica a Maldita.es Sarah Williams.

Los resultados iniciales de un estudio que están llevando a cabo desde CATALYSE, un proyecto que investiga maneras de proteger la salud ante el cambio climático y del que Williams forma parte, en el que han realizado 300 entrevistas con trabajadores agrícolas inmigrantes en Almería y Lérida, indican que casi la mitad de los entrevistados (42,3%) había experimentado al menos tres síntomas relacionados con enfermedades por calor durante la temporada de verano, pero sólo el 8% buscó atención médica. 

“Muchos trabajadores migrantes se encuentran en una situación irregular y carecen de un contrato formal, lo que implica que no están registrados en el sistema de la Seguridad Social”, apunta Miguel Ángel Daniel, médico del trabajo y maldito que ha donado sus superpoderes. 

El experto añade también que el miedo a las represalias, a la pérdida de empleo o incluso a la deportación hace que muchos no busquen ayuda. De hecho, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esta inseguridad jurídica y social es un factor determinante en la exposición prolongada y no mitigada al calor extremo en entornos agrícolas. 

A la situación de los migrantes, se añade la informalidad propia de la agricultura. “La vulnerabilidad al calor del sector agrícola probablemente sea mayor de lo que encontramos en nuestro estudio, pues sólo contamos con datos administrativos en los que no figuran precisamente (...) las personas migrantes sin papeles”, concluye Constanza Vielma. Además, según explica Williams, no es tanto que los trabajadores agrícolas migrantes no sean conscientes del riesgo al que se exponen sino que “aceptan condiciones muy precarias porque no tienen otra opción”. 

Descansos frecuentes con acceso a agua o ropa de protección adecuada son algunas de las medidas recomendadas por expertos 

Desde el punto de vista legal, los trabajadores, incluidos los agrícolas, están protegidos desde 1997 por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. De hecho, el estudio del que forma parte Constanza Vielma encuentra que con la entrada en vigor de esta ley se reduce la vulnerabilidad al calor, lo que sugiere que ha sido una herramienta eficaz.

Pero “su cumplimiento es desigual y muchas veces inexistente para los trabajadores migrantes agrícolas, sobre todo los más precarios”, apunta Miguel Ángel Daniel. Entre las medidas preventivas recomendadas los expertos destacan:

  • Evaluar el riesgo térmico, teniendo en cuenta temperatura, humedad, tipo de trabajo, ritmo o vestimenta

  • Acceso a agua potable y pausas de hidratación cada 15-20 minutos

  • Descansos frecuentes, que deben ser más y más prolongados durante olas de calor

  • Adaptar el horario en verano evitando las horas de mayor intensidad

  • Ropa de protección adecuada (que proteja del sol pero que sea ligera)

  • Aclimatación a principios de la temporada de trabajo (acumular frecuencia de trabajo poco a poco para que el cuerpo se adapte)

Recomendaciones para protegerse del calor del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Hacer el campo más seguro es un problema que se ha intentado abordar también desde la Política Agraria Común, condicionando la recepción de subvenciones por parte de los agricultores al cumplimiento de las reglas laborales. Por ejemplo, la obligación de hacer contratos por escrito a los trabajadores. También desde Inspección de Trabajo se llevan a cabo campañas de control “de las condiciones no sólo laborales sino también de seguridad y salud laboral”, cuenta Teresa Marcos Buitrago, inspectora de Trabajo y Seguridad Social y maldita que ha prestado sus superpoderes. 

El cambio climático hace más urgente proteger a los trabajadores del calor

A las acciones de prevención habituales se añade “una campaña de control de fenómenos meteorológicos adversos”, señala Teresa Marcos.


Además de contribuir a la seguridad del campo, entre los objetivos de la PAC está la adaptación de la agricultura y la ganadería a los efectos derivados del cambio climático. Este tipo de medidas se vuelven imprescindibles para proteger a los trabajadores. Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, las previsiones del IPCC indican que los veranos serán cada vez más cálidos y sólo en 2023 se estima que hubo más de 45.000 fallecimientos en Europa relacionados con el calor. Los más afectados fueron los países del sur, entre ellos España. 

“Si no se desarrollan medidas de mitigación y adaptación en el corto plazo, es muy probable que la salud de los trabajadores empeore a niveles críticos”, advierte Constanza Vielma. A esta situación se añade el previsible aumento de los desplazados climáticos. Aunque de momento sólo se conocen datos de migración interna dentro de los países, la ONU advierte de que cada vez son más quienes se ven obligados a migrar por los efectos del cambio climático, como sequías, falta de agua o inundaciones.

Sarah Williams concluye que el aumento de la migración unido a los efectos del aumento de temperaturas hacen “absolutamente crucial aplicar estrategias de adaptación al cambio climático y políticas migratorias justas para proteger a esta población”.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes  el maldito Miguel Ángel Daniel Calvo, médico del trabajo, y la maldita Teresa Marcos Buitrago, inspectora de Trabajo y Seguridad Social. 

Marcos forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

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