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MALDITO DATO

Los no vacunados tienen más riesgo de contagiarse: en la semana de Año Nuevo tuvieron una incidencia cinco veces mayor que la de los vacunados

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La sexta ola continúa y la incidencia acumulada (IA) sigue disparada. En los últimos 14 días se sitúa ya en 3.156 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes y en la última semana, en 1.482 casos, según los datos del Ministerio de Sanidad a 13 de enero. Pero, como viene siendo habitual, entre las personas que no han recibido ninguna dosis de la vacuna la incidencia es mayor que entre quienes sí se han vacunado contra la COVID-19. En la última semana de la que se tienen datos con este detalle, del 27 de diciembre al 2 de enero, la IA semanal entre los no vacunados se ha disparado hasta alcanzar los 5.210 casos por cada 100.000 habitantes.

Los datos al comienzo de la Navidad, del 19 al 26 de diciembre, ya mostraban cómo las diferentes curvas de incidencia semanal entre los distintos grupos se iban separando. En aquel momento la incidencia de los no vacunados por cada 100.000 habitantes alcanzó los 2.458 casos, triplicaba a la de los vacunados (789 casos) y ya era más del doble que la total (1.082). Con los últimos datos disponibles, la incidencia semanal de los no vacunados es cinco veces superior a la incidencia semanal de los que llevan la pauta completa de vacunación (1.063) y triplica a la total (1.583).

La incidencia es menor entre los vacunados gracias a las propias vacunas, según los expertos

Según explica a Maldita.es Pedro Gullón, epidemiólogo, profesor en la Universidad de Alcalá de Henares y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), la principal causa de esta diferencia en la incidencia entre vacunados y no vacunados son precisamente las vacunas: “Aunque la vacuna no para la transmisión al 100%, sí que la frena bastante”.

En ello coincide el epidemiólogo Mario Fontán, doctorando en Epidemiología y Salud Pública en la Universidad de Alcalá: “Es esperable que las personas vacunadas presenten un menor riesgo de contagio. Las vacunas reducen la probabilidad de contagiarse aunque no la evitan al 100%”.

La posibilidad de que un grupo se haga más pruebas diagnósticas de la COVID-19 que el otro no explicaría la gran diferencia de incidencia que existe, siendo la de los no vacunados cinco veces superior respecto a la de los que sí están vacunados. “Podría ocurrir que los vacunados no se hagan test al pasar infecciones asintomáticas o leves”, explica Gullón, “pero los no vacunados también pueden testarse menos porque están más alejados en general de la pandemia”. Así, concreta que ambas situaciones podrían modular los datos, pero afirma que tampoco hay cifras lo suficientemente sólidas como para saber la influencia exacta de estas conductas.

En la misma línea se pronuncia Fontán: "También puede ocurrir al revés, la persona vacunada puede buscar más realizarse un un test ante la aparición de síntomas”. “Al final todos estos elementos están actuando a la vez a nivel poblacional, por lo que es complicado discernir cuál tiene más importancia”, señala el experto.

“Lo que sí tenemos demostrado con más experiencia científica es que la vacunación también consigue frenar parcialmente la transmisión y, por eso, la incidencia puede ser menor entre los vacunados”, declara Gullón. 

Los no vacunados tienen más probabilidad de ser hospitalizados o de fallecer por COVID-19

Los datos de Sanidad muestran que los vacunados tienen menos riesgo de contagiarse que las personas no vacunadas y también menos hospitalizaciones, menos ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) y menos fallecimientos por COVID-19. “Lo que queda claro es que estar vacunado disminuye tu riesgo de contagio (en menor proporción) y sobre todo de hospitalización, ingreso en una UCI o fallecer”, señala el experto Fontán. Esta tendencia también se aprecia al analizar la evolución de la pandemia en los distintos países de la Unión Europea: los países que tienen más población vacunada han registrado menos muertes por coronavirus a lo largo de 2021.

En el caso de las hospitalizaciones, la tasa de pacientes sin vacuna es superior en todos los grupos de edad, pero una semana más los que tienen entre 60 y 79 años son los que presentan una mayor diferencia. Los no vacunados de esta edad presentan una tasa de 166 hospitalizaciones por cada 100.000 habitantes, siendo el riesgo 18 veces superior a los que sí tienen la pauta de vacunación completa.

Para los ingresos en UCI ocurre lo mismo. La mayor diferencia por COVID-19 entre vacunados y no vacunados se da entre los de 60 a 79 años. Si antes de las navidades la probabilidad de acabar en la UCI para los no vacunados de este grupo de edad era 29 veces superior, con los últimos datos disponibles el riesgo es de casi 32 veces más que los de la misma edad que tienen la pauta completa

El riesgo de fallecer por COVID-19 es mayor entre la gente de más edad: las personas de 60 a 79 años y las de 80 años o más son las que más fallecidos han registrado. E igual que con el contagio o el ingreso en el hospital, el riesgo aumenta para ambos grupos si no han recibido la vacuna. La tasa para los no vacunados de 60 a 79 años se sitúa en 16,22 fallecidos por cada 100.000 personas en una semana, siendo 23,8 veces superior respecto a los que están vacunados. Y para los no vacunados de 80 años o más la tasa se sitúa en 65,61 fallecidos: 17,5 veces mayor que la de los vacunados de la misma edad.

La vacuna protege de los síntomas graves de la enfermedad, de la hospitalización y del fallecimiento por la COVID-19

En Maldita.es ya hemos explicado que las vacunas nos protegen de la enfermedad, por lo que la mayoría de personas que se contagian estando vacunadas pueden ser asintomáticas o tener síntomas leves. Pero ninguna vacuna contra la COVID-19 es 100% efectiva, aunque todas tienen un porcentaje de efectividad alto. Por tanto, la vacuna no nos garantiza que no vayamos a contraer la enfermedad o que no tengamos síntomas graves, aunque la probabilidad es mucho más baja que si no estamos vacunados.

Las vacunas no impiden que el SARS-CoV-2 entre en nuestro organismo. Pero, después de su uso en la vida real en millones de personas, cada vez hay más indicios de que sí reducen la infección y la transmisión del virus.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos destacan en su resumen científico sobre las vacunas de la COVID-19 que el riesgo de transmisión se reduce "sustancialmente" en personas vacunadas.


Primera fecha de publicación de este artículo: 14/01/2022

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