Según las estadísticas de DataComex sobre importaciones de aves de corral y derivados (TARIC 0207, 0407, 0408 y 0105), hasta agosto de 2025 las dos importaciones que se produjeron desde Marruecos en los últimos cinco años suman 10.356 kg de carne de ave.


El servicio de Aduanas, a través de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), indicó a Maldita.es que “las importaciones desde Marruecos de esas partidas fueron dos envíos en dos meses concretos de 2024. En 2025 no ha habido importaciones”. En la respuesta de Aduanas se incluyen también los meses de agosto, septiembre y octubre de 2025, que todavía no aparecen publicados en DataComex.

En Maldita.es ya contamos que a raíz de las medidas contra la gripe aviar de noviembre de 2025, circula una captura de una publicación de 2022 en la que se hablaba de la autorización de las importaciones de pollo desde Marruecos que no tiene que ver con los casos actuales. En ella, además, el subtítulo dice: “Con un millón de toneladas, España es el segundo país productor de esta carne”, esta cifra corresponde a la producción nacional de pollo que en 2024 alcanzó las 1,8 millones de toneladas. Los contenidos que se están difundiendo presentan ese dato como si España estuviera importando desde Marruecos un volumen equivalente a toda su producción.
En el caso de producirse exportaciones, Marruecos tendría que seguir medidas sanitarias específicas reguladas por la UE. En 2022 se modificó el reglamento europeo que establece qué países terceros pueden exportar productos avícolas a la UE. El artículo 8 habilitó a Marruecos a exportar ciertas partidas de carne de ave sometidas al tratamiento sanitario “D”, que certifica procesos como cocción o congelación para garantizar la seguridad sanitaria.
Aunque Marruecos puede exportar carne tratada bajo este procedimiento, no está incluido en la lista de países autorizados a exportar aves vivas o productos reproductivos (Anexo V), donde sí figuran Argentina, Brasil, Estados Unidos o Nueva Zelanda. Por tanto, solo puede exportar carne sometida a tratamiento específico, pero no aves vivas ni material reproductivo, que requieren criterios sanitarios más estrictos.