No. 'The Economist' no habla de "presos políticos" en este editorial. Utiliza el término "presos catalanes".
- Sí recomienda liberarlos e imputarlos por "desobediencia a la Constitución".
- También dice que el derecho internacional no reconoce derecho de autodeterminación de una región en democracia avanzada y que Puigdemont es un "fugitivo".