TikTok nos permite ver cientos de contenidos sobre distintas temáticas en apenas segundos. El deporte, la alimentación o la salud mental concentran muchas de las publicaciones. Como ya te explicamos en Maldita.es, incluso existen cuentas que recomiendan pastillas y métodos ‘milagro’ para adelgazar. La exposición a este tipo de contenidos promueve que haya usuarios –hay que recordar que gran parte son adolescentes o jóvenes– que se vean absorbidos por una espiral de vídeos en los que solo se habla del físico. Los psicólogos consultados por Maldita.es alertan del impacto que esto puede tener en su autoestima y que, incluso, hay casos en los que pueden desarrollarse Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
Un estudio del Centro para Combatir el Odio en Línea (CCDH, por sus siglas en inglés), publicado en Estados Unidos, demuestra que el algoritmo de TikTok recomienda contenido dañino a usuarios jóvenes, como vídeos relacionados con autolesiones y trastornos alimentarios. TikTok asegura a Maldita.es que los investigadores del CCDH no usaron la plataforma como “usuarios típicos” y que, por lo tanto, los resultados “fueron sesgados”. En definitiva, ¿qué efectos psicológicos tiene todo esto sobre nosotros?
Las redes sociales y la idea de que la perfección existe
En palabras de la psicóloga Marián del Álamo, las redes sociales como TikTok nos han hecho creer que la perfección sí existe. Por eso, muchas mujeres, al considerar que no están lo suficientemente delgadas o que no cumplen ciertos cánones de belleza, sienten que ‘no valen’ y que deben hacer algo para cambiar esta situación: “Cuando creemos que podemos ser felices cambiando el cuerpo, porque así lo vemos en redes, es muy fácil entrar en ese bucle para intentar conseguirlo”, resalta a Maldita.es.
Las redes pueden afectarnos para bien o para mal, dice la experta, según las cuentas a las que sigamos y estemos expuestos: “Es importante filtrar muchísimo, pero también es cierto que es prácticamente imposible hacerlo bien, ya que hay muchísima exposición al culto al cuerpo y a la cultura de la dieta”.
Del Álamo explica que este tipo de perfiles nos ‘enseñan’ desde la disonancia. Es decir, una persona puede mandar un mensaje explicando “lo importante que es quererse a uno mismo”, mientras ella misma se “maltrata” –por ejemplo, pasando hambre– para estar delgada. Según la psicóloga, esto hace que muchas personas vulnerables entiendan erróneamente que deben cambiar su cuerpo para empezar a quererse.
La afectación ante este tipo de contenidos, señala a Maldita.es el psicólogo Manuel Antolín, depende de variables como el género o características personales: “Las chicas suelen manifestar un mayor impacto de lo que ven en redes sociales que los chicos. También puede ser algo cultural, ya que los chicos no suelen mostrar su vulnerabilidad ante los demás”. Las características personales y motivaciones, dice, influyen en la afectación. “No a todos nos afecta de la misma forma. Hay personas que pueden ver vídeos de dietas milagro para criticarlos, mientras otras personas lo hacen para adelgazar desesperadamente”, explica.
La psicóloga Bárbara Zapico explica que una de las características de estos vídeos es que son “de corta duración”, por lo que se habla muy rápido del resultado final de la persona. “No hablan del esfuerzo y sacrificio que supone, tras meses o años de dedicación y constancia”. Esto hace, según Zapico, que quienes ven estos vídeos den por hecho que conseguir un cuerpo escultural es algo fácil: “Nuestro cerebro procesa la información a corto plazo como inmediata, en vez de filtrarla como un estímulo a largo plazo que lleva tiempo y dedicación”.
Del Álamo resalta que, si detectamos que una cuenta nos hace sentir mal, aunque creamos que en principio nos gusta, lo mejor es dejar de seguirla, o incluso bloquearla o silenciarla: “Siempre les digo a mis pacientes que es importante mantener contacto cero con aquello que nos hace daño y que no podemos evitar”.
Las dos expertas coinciden en que habría que hacer un ejercicio de “filtraje y limpieza” en la plataforma para que los vídeos con peligro potencial para la salud no estuvieran ahí. Eso sí, ambas reconocen que, muchas veces, “será imposible” hacer algo con una plataforma tan grande, por lo que resaltan que “lo más importante es abrazar a los adolescentes –o a la persona de la edad que sea– para que confíen, hablen, aprendan y pidan ayuda si lo necesitan”.
De hecho, esto es algo que se ha intentado abordar desde los marcos regulatorios. Por ejemplo, en España, Más País propuso en 2022 que fuese obligatorio para Instagram etiquetar contenidos “manipulados” sobre la apariencia física, con el objetivo de contrarrestar los efectos negativos de esta plataforma en la salud mental de los jóvenes, especialmente en el desarrollo de trastornos de conducta alimentaria. Sin embargo, como explicamos en Maldita.es, no es sencillo poner esta acción en marcha y, además, no está claro que una medida así pueda llegar a surtir efecto.
Los menores son más vulnerables a este tipo de contenidos
Gran parte de los usuarios de TikTok son jóvenes y menores –la edad mínima para poder hacerse una cuenta es de 13 años–. Las redes sociales, dice Del Álamo, están “súper normalizadas” en nuestra población infantojuvenil. Al fin y al cabo, han crecido con ellas. “Esto supone que lo que ven en ellas tiene un impacto brutal”, señala.
Por eso, ante la influencia de este tipo de contenidos y frente a la monotonía y el aburrimiento, dice Zapico, muchos de estos jóvenes necesitan estimulación, retos a corto plazo. “Llevan a cabo retos virales para cambiar su físico –como ya explicamos en Maldita.es–. Generan endorfinas, se sienten vivos… Son menores en edades de desarrollo, mucho más influenciables aunque no quieran reconocerlo”, explica.
Al final, buscan aceptación en su grupo de iguales, resalta Antolín. “El algoritmo presente en las redes sociales puede facilitar la creación de microuniversos en los que solo existe una cosa”, explica. Las consecuencias de estar continuamente expuestos a estas imágenes y vídeos, señala, pueden ir en dos direcciones: si al comparar los cuerpos se perciben grandes diferencias, el adolescente "puede pensar que hay algo malo con respecto a su físico". Si, por el contrario, la complexión del adolescente sí se parece al de los contenidos de los que hablamos, "puede que se obsesione por mantenerlo y encajar mal los cambios corporales, que son muy normales”, resalta.
Aumentan los diagnósticos de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), según los psicólogos consultados por Maldita.es
En los últimos años, los tres psicólogos han percibido un incremento de personas que sufren algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) en sus consultas. De hecho, ha sido en estos dos últimos, según resalta Del Álamo, cuando han aumentado de manera considerable: “Se romantiza la delgadez y se refuerzan las conductas patológicas en este sentido. Hay que tener muchísimo cuidado”. De este tema profundizamos en otras ocasiones en Maldita.es, al hablar de cómo una plataforma como TikTok no consigue asegurarse realmente de que no se publiquen contenidos sobre TCA en la red social.
Zapico explica que muchos de ellos son menores: “En la consulta se les intenta hacer ver que las redes son un medio de ocio que hay que controlar y tratamos de enseñarles a que ellos mismo sepan autogestionarse, pero a veces es complicado”. Añade que se trata de una cuestión de control externo, para que la propia persona pueda gestionarse a ella misma más tarde.
Las redes sociales, dice Antolín, pueden acabar siendo una fuente de comparación social que aumente la insatisfacción corporal y con la propia vida: “Hay personas con muchos seguidores que comparten información personal sobre hábitos y estilos de vida que pueden generar conductas de imitación, al pensar: ‘Si hago lo que tú haces, podré estar como tú’”. Una forma de prevenir los TCA o las recaídas, dice Del Álamo, es filtrando y limpiando las redes sociales.
Un estudio demuestra que los algoritmos de TikTok recomiendan contenido dañino a jóvenes
TikTok ya compartió públicamente las líneas generales de sus sistema de recomendaciones que, como te explicamos en Maldita.es, se basaba en factores como los ‘me gusta’, los comentarios o la información del vídeo, como subtítulos, sonidos o hashtags.
Ahora, un estudio del Centro para Combatir el Odio en Línea (Center for Countering Digital Hate, CCDH por sus siglas en inglés), publicado en Estados Unidos hace unas semanas, demuestra que el algoritmo de TikTok recomienda contenido dañino a usuarios jóvenes, como vídeos relacionados con autolesiones y trastornos alimentarios.
Los investigadores del CCDH crearon nuevas cuentas para usuarios de 13 años –edad mínima para poder usar TikTok, según sus normas– en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia. Una vez abiertas, dieron ‘me gusta’ a contenidos sobre el físico y la salud mental. Según los investigadores, lo que encontraron fue “perturbador”: “En 2,6 minutos, TikTok recomendó contenido suicida. En 8 minutos, mostró contenido relacionado con trastornos alimentarios. Cada 39 segundos, recomendaba vídeos sobre imagen corporal y salud mental a usuarios que eran menores de edad”.
Esto se debe, explican, a que el algoritmo de la plataforma se basa en la recomendación y construye un feed –pantalla en la que aparecen los contenidos– personalizado y sin fin. Utiliza los ‘me gusta’, los seguidores, el tiempo de visualización y los supuestos intereses del usuario. Este es el funcionamiento básico de prácticamente todos los algoritmos de recomendación de las principales redes sociales y plataformas digitales. En el caso de TikTok, algunas investigaciones han demostrado que esa personalización se consigue en un tiempo más reducido.
En el caso de los trastornos alimentarios, los trabajadores del CCDH encontraron una comunidad dedicada a ellos con más de 13.200 millones de visualizaciones a través de 56 hashtags. Estos estaban “diseñados para evadir la moderación”, según explica Imran Ahmed, director ejecutivo de CCDH.
Este no es el único documento en el que se relaciona el uso de la plataforma con la posibilidad de padecer un TCA. Así se recoge en este informe elaborado por diferentes expertos del sector, que resalta que el uso de redes sociales puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de un Trastorno de la Conducta Alimentaria.
TikTok rechaza esta investigación y cuestiona su metodología
Desde TikTok España trasladan a Maldita.es las declaraciones de uno de los portavoces de la compañía que asegura que los investigadores no usaron la plataforma como “usuarios típicos” y que, por lo tanto, los resultados “fueron sesgados”. La actividad y la experiencia que obtuvieron desde el CCDH, dice, “no reflejan un comportamiento genuino o experiencias de visualización de personas reales”.
Además, aseguran que, desde la plataforma, consultan regularmente a expertos en salud, eliminan las violaciones de sus políticas y brindan acceso a recursos de apoyo para cualquier persona que lo necesite: “Somos conscientes de que el contenido desencadenante es único para cada individuo y nos mantenemos enfocados en fomentar un espacio seguro y cómodo para todos, incluidas las personas que eligen compartir sus viajes de recuperación o educar a otros sobre estos temas importantes”.
TikTok España asegura que en la plataforma “no se permiten”contenidos que “promuevan hábitos alimentarios que puedan tener consecuencias adversas para la salud”. De ahí que, se eliminen los contenidos que “expresan el deseo de experimentar trastornos alimenticios, que comparten consejos o instrucciones sobre cómo padecer trastornos alimenticios, y que muestran retos con el objetivo de alcanzar medidas corporales poco saludables”. Sin embargo, y como hemos evidenciado en Maldita.es, a 29 de diciembre de 2022, muchos de esos contenidos siguen publicados pese a esta prohibición.
Además, resaltan que entre las principales actualizaciones de su normativa se encuentra la ampliación del enfoque sobre los trastornos alimentarios y recuerda que, en teoría, ya eliminan los contenidos que los promueven. Por último, subrayan que con esta última actualización de sus normas empezará también a impedir la promoción de los hábitos alimenticios poco saludables o desordenados.
Primera fecha de publicación de este artículo: 29/12/2022