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El 19 de febrero de 2024 el Ministerio de Cultura publicó una guía de buenas prácticas relativas al uso de inteligencia artificial (IA). El documento establece una serie de restricciones al uso de esta tecnología en procesos creativos como concursos, subvenciones o contratos organizados por el ministerio, a falta de una regulación general sobre la inteligencia artificial.
La guía señala que la IA puede ser una herramienta que puede servir de apoyo a los artistas, pero una obra generada íntegramente con esta herramienta no podrá optar a premios ni sustituir el trabajo de una persona si así lo indican las bases de un concurso o las cláusulas de un contrato. Además, los modelos que se usen tienen que respetar la propiedad intelectual en todo momento, por lo que tienen que pedir permiso a los autores de las obras con las que han sido entrenadas, aunque por el momento no existen mecanismos para comprobar que se respetan los derechos de autor.
Ante la falta de regulación por ahora, el ministerio ha publicado unas recomendaciones sobre el uso de la IA
El documento publicado por el Ministerio de Cultura es una guía de buenas prácticas sobre la utilización de la inteligencia artificial en el ámbito del Ministerio de Cultura, no una regulación como tal. Para eso habrá que esperar a la AI Act, la propuesta de reglamento del Parlamento Europeo que sí impondrá restricciones y obligaciones sobre el uso de esta tecnología.
Además, estas prácticas sólo se aplican en el ámbito del Ministerio de Cultura, por lo que otras entidades públicas pueden decidir si seguir o no estas directrices. A falta de una regulación general, los organismos públicos y las empresas privadas pueden restringir, si así lo deciden, el uso de esta tecnología en las bases de los concursos que convoquen, pero no están obligadas a ello. Por ejemplo, el 19 de febrero el ayuntamiento de Valencia lanzó un certamen de vídeos generados íntegramente con inteligencia artificial.
En los Premios Nacionales se promoverán cláusulas para no premiar obras generadas con IA, que sí podrá usarse como apoyo
La guía señala que las actividades del Ministerio de Cultura (premios, subvenciones, contratos…) contarán con cláusulas y previsiones que restrinjan el uso de la inteligencia artificial. En los Premios Nacionales organizados por el ministerio se “promoverá la inclusión” de una cláusula por la que no podrán ser premiadas obras creadas íntegramente con inteligencia artificial generativa.
Fuente: Ministerio de Cultura.
Es decir, que esta herramienta puede servir como apoyo a los artistas, pero una imagen creada íntegramente con Midjourney o DALL-E no podrá recibir un premio. De esta forma, no podrían dar casos como el de Théâtre D'opéra Spatial, una obra creada íntegramente por Midjourney y que fue premiada en la feria estatal de Colorado, en Estados Unidos.
La IA no podrá substituir el trabajo humano y se tendrá que documentar su uso, según las cláusulas de contratación
La guía también detalla que, dentro del ámbito de la contratación, los profesionales podrán usar este tipo de herramientas como apoyo, pero “no de manera sustitutiva al desempeño humano”. Lo mismo se aplica en las prescripciones técnicas o en los encargos, donde se incluirá una “cláusula expresa” por la que se tiene que informar de cualquier uso de la inteligencia artificial, detallar su nivel de intervención y el “papel de revisión de las personas físicas” que desarrollen el proyecto. Estas medidas están dirigidas a evitar que la IA reduzca puestos de trabajo.
Fuente: Ministerio de Cultura.
Esta guía se publica unos días después de la polémica que protagonizó el Ministerio de Juventud e Infancia el 11 de febrero, Día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, por la difusión en redes sociales de ilustraciones que mostraban a personajes de Disney en contextos científicos y que el ministerio retiró tras varias acusaciones de que habían sido creadas con inteligencia artificial.
En cuanto a las subvenciones, el ministerio señala que se “promoverá la inclusión de una cláusula” para que los proyectos y actividades que las reciben y que empleen modelos de inteligencia artificial garanticen “el máximo respeto a la normativa reguladora en materia de inteligencia artificial y de propiedad intelectual”. Es decir, sí se permite el uso de imágenes generadas con IA siempre y cuando cumplan con la regulación (a la espera de que se apruebe la IA Act) y la ley de propiedad intelectual.
Fuente: Ministerio de Cultura.
Las IA tendrán que respetar la propiedad intelectual durante su entrenamiento, pero no hay mecanismos para garantizar que es así
El Ministerio de Cultura señala que los sistemas de inteligencia artificial tienen que cumplir en todo momento con la ley de propiedad intelectual. Esto significa que no se pueden vulnerar los derechos de autor cuando se empleen estas herramientas, como puede ser a través de prompts (las instrucciones que damos a programas de inteligencia artificial) con los que se pida imitar el estilo o los diseños de otros artistas. Pero también afecta al entrenamiento de estos modelos y la información que recaban de la red.
La guía incide en que el “dataset” (el conjunto de datos con los que se entrenan estas inteligencia artificiales) debe estar “autorizado por sus titulares o ampararse en algún límite” y ser remunerado cuando corresponda. Por lo que no se podrían emplear inteligencias artificiales que hayan sido entrenadas con obras de otras personas sin su consentimiento y que vulneren la propiedad intelectual de otros autores.
Fuente: Ministerio de Cultura.
El Ministerio de Cultura no señala qué medidas va a incluir para garantizar que una inteligencia artificial haya sido entrenada respetando la propiedad intelectual ni nombra programas en específico. Varios artistas han denunciado que algunas aplicaciones de generación de imágenes como DALL-E o Midjourney han sido entrenadas con sus creaciones, sin su consentimiento ni retribución.
Estos modelos funcionan gracias a las miles de imágenes que recopilan de internet y las redes sociales, pero no solicitan permiso a sus autores para ello. Una situación que ha llevado a artistas como Sarah Andersen a presentar una denuncia colectiva contra estas aplicaciones por el uso indebido de sus obras. Desde Maldita.es nos hemos puesto en contacto con el Ministerio de Cultura, sin respuesta a la hora de elaboración de este artículo.
