¿Utilizar la inteligencia artificial para contactar con el más allá? Creencias religiosas aparte, ni esta tecnología ni ninguna otra lo permiten, pero lo que sí se está haciendo es usar la IA para recrear las voces de personas que han fallecido a partir de sus grabaciones de audio. Hay distintas empresas que lo ofrecen y hemos visto cómo se ha usado en programas de televisión que prometen “hablar con un ser querido fallecido a través de la inteligencia artificial”. Si te suena a ciencia ficción, no es casualidad: ocurre en el capítulo Ahora mismo vuelvo de Black Mirror.
Después de ver una experiencia así, muchos nos hemos preguntado cómo puede afectar esto a las personas que viven un proceso de duelo, y si el impacto psicológico de vivir una experiencia así será positivo o negativo. Dos expertos nos explican que, si se usa para negar la pérdida, puede agravar el duelo patológico y que no se debe plantear como un sustituto de la persona fallecida; en todo caso, como herramienta para trabajar situaciones y conversaciones pendientes. También hay riesgo de que se alteren nuestros recuerdos. Además, hay que recordar que la voz de una persona tiene derechos, y para recrear la de una persona fallecida es necesario el permiso de sus herederos y familiares.
¿Te gustaría volver a hablar con un ser querido fallecido a través de la inteligencia artificial? #MartínezGilEH pic.twitter.com/LZ7HNEw08a
— El Hormiguero (@El_Hormiguero) January 31, 2024
Las voces clonadas imitan la forma de hablar de una persona gracias a modelos de IA y a grabaciones de audio
Con inteligencia artificial se pueden recrear voces de personas si disponemos de grabaciones de audio con las que alimentar el modelo. Son las llamadas voces clonadas: aquellas voces que imitan el habla, el timbre, y la prosodia (acento, tono de la voz, entonación) de una persona en concreto. Gracias a redes neuronales, estos sistemas van “aprendiendo” a replicar esa voz. Aquí contamos cómo.
Estos modelos de IA han evolucionado en los últimos años hasta crear voces que suenan más naturales, lejos de las robóticas como Loquendo, y esto ha hecho que se puedan usar para “devolver” la voz a quiénes la han perdido, ya sea por una enfermedad, una discapacidad o un accidente, como enfermos de ELA. En el lado malo de la balanza, también se pueden emplear de forma fraudulenta para suplantar y estafar.
El nuevo uso que nos llega y que se ha puesto en la conversación mediática a raíz de su aparición en un programa de televisión es que se emplee esta tecnología para recrear la voz de personas que han fallecido. Como en los casos anteriores, esto se puede hacer si se dispone de grabaciones. Ya hay distintas empresas que lo ofrecen, como StoryFile, HereAfter y Replika, y la pregunta es, ¿qué impacto psicológico tiene esto para los allegados?
La IA podría usarse para trabajar situaciones pendientes, pero con supervisión y siempre que no sea un sustituto del duelo
El impacto positivo o negativo de la IA poniendo voz a un ser querido fallecido puede depender de cómo se use, considera Manuel Fernández, profesor titular de Psicología en la Universidad de Alicante). El experto, que investiga sobre el duelo y los procesos de evaluación e intervención en pérdidas y final de vida, hace referencia a la teoría de los vínculos o lazos continuos (continuing bonds), y explica que “habrá vínculos que ayuden al proceso de duelo y otros que lo dificultan, en función del uso que le de cada persona”.
“En muchos casos parece que poder tener vínculos con la persona que ha fallecido puede incluso ser útil y facilitar la pérdida, siempre que no se convierta en una estrategia con la que la persona esté evitando aceptar la realidad de la pérdida”, indica a Maldita.es. En ese sentido, y con supervisión, “es posible que la IA pueda usarse para trabajar situaciones que quedaron pendientes y como una forma de despedirse”. Por ejemplo hay muchas técnicas de psicoterapia de duelo dónde se realizan diálogos imaginarios con la persona fallecida y poder contar con este tipo de herramientas puede ser un apoyo.
Para Aurora Gómez, psicóloga especializada en comportamientos digitales, se trata de una “tecnología mal usada respecto a la muerte que agravaría los duelos patológicos”, y se cuestiona el aspecto ético de utilizarla así. Sobre todo, Gómez recuerda que parte del duelo es aprender a aceptar la muerte: “Convivir con la frustración es algo humano. Si metemos la tecnología para buscar una solución estaremos evitando enfrentarnos al duelo”. Fernández coincide: utilizar la IA “como una negación del duelo, como si la persona estuviese allí de nuevo, me parece que sí puede tener consecuencias negativas de cara a la elaboración de la pérdida”.
Hablar con una IA que replique a un familiar fallecido puede alterar nuestra memoria y llegar a “engancharnos”
En resumen, “lo importante sería que no se planteen como sustitutos del duelo, ni como algo que se utilice de manera constante (por ejemplo, cada vez que siento tristeza o pena)”, dice Fernández . Porque, además, se corren muchos riesgos: que el implicado acabe confundiéndose y creyendo que de verdad está hablando con su familiar. En el vídeo en que se graba a personas “hablando” con las voces artificiales de sus seres queridos, se observa la facilidad con la que se pueden producir sensaciones así. Por eso Fernández señala que muy diferente sería un uso “recreativo” o en algunos casos “adictivo” de una tecnología así.
Ambos expertos coinciden en que es un tema novedoso del que aún no hay investigaciones al respecto, y que hace falta diseñar estudios para entender cómo impactan estas nuevas herramientas.
Otro riesgo es que hablar con una IA que en realidad no es tu familiar puede alterar nuestra memoria y la imagen mental que tenemos de esa persona. “Cuando alguien cercano fallece, tenemos un espacio donde podemos volver a verle y a escucharle: la memoria y los sueños. Si metemos en nuestra experiencia inputs falsos, puede que nuestros recuerdos reales se adulteren”, explica Gómez. Esto contradice además un miedo que solemos tener cuando perdemos a alguien: el miedo a olvidarnos de su cara o de su voz. Puede que un modelo de IA pueda reproducir de manera más o menos fiel la voz de alguien, pero nunca será su voz real.
Para los fans de Harry Potter, hay algunos elementos de las historias que nos pueden hacer más fácil visualizar todo esto: la piedra de la resurrección, parte de las Reliquias de la Muerte, que puede traer de vuelta el espíritu de los fallecidos, pero en realidad solo conlleva tristeza y desesperación; y el Espejo de Oesed. En él, uno puede verse reflejado junto a lo que más anhela. Harry ve a sus padres, fallecidos, y se obsesiona con volver a ese recuerdo, hasta que Albus Dumbledore le dice: “No conviene deleitarse en los sueños y olvidarse de vivir”. La psicóloga recuerda también el Poema de Gilgamesh, en el que se trata el tema de la muerte y sus frustraciones.
Para recrear la voz de una persona fallecida (y usarla en televisión) es necesario el permiso de sus herederos y familiares
Y a todo esto, ¿es legal recrear la voz de una persona fallecida? Ya nos hicimos esta pregunta cuando se ha hecho con fines publicitarios, como los anuncios de Lola Flores y de Luis Aragonés creados con tecnología deepfake. La respuesta es la misma, como explica a Maldita.es Jorge Campanillas, abogado especializado en protección de datos y comunicación: hace falta permiso de los herederos. “La voz tiene derechos personalísimos”, recuerda; es un rasgo de la nuestra personalidad y está amparada bajo la Ley Orgánica 1/1982. Por eso, “son los herederos y causahabientes los que pueden dar consentimiento para que se utilice con estos fines. Si hay varios familiares, tendrán que ponerse de acuerdo entre ellos”, explica Campanillas.
Como hacen las personalidades reconocidas que dejan por escrito que no quieren que se use su imagen en películas o sus libros para hacer series cuando mueran, quizá el siguiente paso para el común de los mortales sea decir en nuestro testamento que no queremos que una IA recree nuestra voz. “Podríamos hacerlo, podríamos dejar por escrito que no autorizamos que se usen grabaciones de nuestra voz para entrenar a una inteligencia artificial que nos replique cuando hayamos fallecido”, considera Campanillas. Es distópico, pero “nos tendremos que ir acostumbrando y adaptando a estas cosas”.