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MALDITA TECNOLOGÍA

Cómo el ‘scroll’ infinito, la gamificación y el diseño web nos mantienen conectados (sin darnos cuenta) a las apps y redes sociales

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Claves
  • Aplicaciones como TikTok, Twitter, YouTube o Duolingo están diseñadas para retenernos y que pasemos más tiempo en ellas
  • Algunas plataformas y páginas web muestran contenido de forma automática u ofrecen recompensas para estimularnos
  • Estas aplicaciones buscan que tomemos decisiones de forma más rápida e impulsiva, y que perdamos la noción del tiempo que pasamos navegando
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Si usas redes sociales como TikTok, Twitter (ahora X) o YouTube, seguro que te has sorprendido pasando horas delante de la pantalla sin darte cuenta. ¿Por qué esos “cinco minutitos” se acaban convirtiendo en toda una tarde frente al móvil? ¿Por qué cuando empezamos a navegar acabamos haciendo cosas que no habíamos planeado? La responsabilidad no es solo nuestra: la mayoría de las aplicaciones que usamos están diseñadas para retenernos y que volvamos a ellas de manera constante.

Para ello se valen de herramientas como el scroll infinito o la aleatorización de contenidos para mantenernos estimulados y que sea “demasiado fácil” seguir usándolas. Detallamos cómo las redes sociales y las páginas web consiguen hacerse con nuestra atención y por qué perdemos la noción del tiempo cuando las usamos, para que podamos darnos cuenta y reaccionar.

El ‘scroll’ infinito y aleatorización de los contenidos hace que no seamos conscientes de lo que consumimos

A la hora de crear una aplicación o diseñar una página web, uno de los objetivos que puede tener la empresa que la desarrolla (¡recordemos que hay compañías detrás de las redes sociales y las webs!) es que los usuarios pasen más tiempo en ellas. Para ello se valen del diseño de experiencia de usuario (User Experience o UX Design en inglés): el conjunto de elementos (disposición de la pantalla, notificaciones, cómo se muestran los contenidos…) con los que podemos interactuar.

La experiencia de usuario se utiliza para más cosas, empezando por facilitar la navegación por una plataforma, pero también existen herramientas dirigidas a retener nuestra atención. Una de las más conocidas es el scroll infinito: la acción de desplazarnos hacia abajo en las pantallas de nuestros dispositivos y que la aplicación siempre nos muestre contenido nuevo. Es decir, que no hay un límite de lo que podemos consumir y parece que el contenido nunca se acaba.

Guillermo Paris, experto en Economía del comportamiento e investigador de experiencia de usuario, nos explicó durante la Twichería de Maldita Tecnología cómo este diseño consigue que nos pasemos horas delante del móvil: “El scroll infinito puede hacer que no seamos conscientes de lo que consumimos, porque ya no lo decidimos. No tenemos ni que darle a reproducir a un vídeo de forma activa. Eso nos evita elegir si queremos verlo o no”.

Al scroll infinito se suma la aleatorización del contenido. No sólo podemos estar horas y horas viendo vídeos, sino que no vamos a saber cuál va a ser el siguiente. “No es predecible lo que vamos a ver, lo que lo hace muy jugoso. Da un punto de excitación que es muy interesante para nosotros”, incide Paris. Pero esta aleatorización no es totalmente al azar, sino que las aplicaciones aprenden sobre nuestros gustos y qué tipo de vídeos consumimos más, a través de los algoritmos con los que cuentan todas las redes sociales, como TikTok o YouTube. Nos mostrará siempre contenido nuevo, pero adaptado a nuestras preferencias.

Aurora Gómez, psicóloga especializada en comportamientos digitales, también resaltó durante su paso por la la Maldita Twitchería Tecnológica cómo la combinación del scroll infinito con esta emoción de novedad consigue engancharnos durante tanto tiempo.

Las notificaciones y la gamificación son llamadas de atención  para que volvamos a usar una aplicación 

El diseño de usuario no sólo se centra en retenernos dentro de una aplicación, también hay mecanismos para que volvamos a ella cada cierto tiempo y que la consumamos de manera frecuente. El ejemplo más conocido son las notificaciones (los mensajes que nos informan de que un amigo ha subido una publicación, una persona nos ha seguido o nos ha llegado un correo) que suponen un recordatorio constante para volver a estas aplicaciones.

Pero no es la única forma de hacernos volver a una plataforma. Por ejemplo, la aplicación para aprender idiomas Duolingo combina estas notificaciones con la gamificación: el uso de mecánicas habituales de los juegos (sistemas de puntuación, recompensas, retos…) a otros ámbitos, como pueden ser las plataformas online. “Tenemos puntos y medallas que conseguir. Parece un juego, y en este caso ya nos da igual aprender idiomas, queremos obtener la mejor puntuación. Es algo muy jugoso para nuestro cerebro”, explica Paris.


A esta gamificación se le une la aversión a la pérdida, lo que significa que, como usuarios, damos más peso al miedo a perder algo que al placer de obtenerlo. “Puestos a reforzar a un comportamiento, se resalta lo que se pierde por no hacer algo, más que lo que se gana”, argumenta Paris. En este aspecto Duolingo ha desarrollado un sistema que, con ayuda de la inteligencia artificial, permite crear todo tipo de notificaciones adaptadas a cada usuario (y que se han convertido en un meme, tal y como han reconocido los desarrolladores de la aplicación).

 

¿Por qué sentimos que perdemos el tiempo delante del móvil, y aún así volvemos a hacerlo una y otra vez? 

Una de las primeras sensaciones que podemos sentir después de usar mucho el móvil es que hemos malgastado el tiempo. Según Gómez, está sensación se produce porque no profundizamos en los contenidos de estas publicaciones, vamos saltando de una a otra sin pararnos a pensar o hacer alguna actividad relacionada con lo que vemos: “En la mayoría de tecnologías virtuales somos usuarios pasivos, y yo creo que pasar a ser un usuario activo es lo que nos devolvería esa autoestima”.

Si ya sabemos que esos “cinco minutos” al final se traducen en una hora y que luego nos vamos a sentir mal, ¿por qué volvemos a estas aplicaciones? Según Paris, la clave está en la “facilidad cognitiva”, es decir, cómo estos diseños eliminan cualquier barrera a la hora de tomar decisiones y provocan que seguir navegando sea la opción más cómoda e inmediata. Gómez también apunta que el diseño de estas aplicaciones busca que consumir contenido sea “demasiado fácil”, lo que hace que podamos caer en este tipo de comportamientos de forma inconsciente

A esta sensación le suele seguir otro sentimiento, la culpa, algo que nos puede paralizar a la hora de cambiar de hábitos. Pero Gómez recuerda que no toda la responsabilidad es nuestra, hay otra serie de factores que influyen a la hora de pasar más o menos tiempo delante de las pantallas y que van desde nuestro contexto social a un entorno que nos permita hacer otras actividades. “Vamos a ver cual es nuestro poder de acción y ver quién es el responsable de estos hábitos”, concluye la psicóloga.

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