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Los chats de grupos de WhatsApp y la privacidad: ¿es legal publicar esas conversaciones?

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Claves
  • Las filtraciones de chats o las publicaciones de conversaciones privadas de aplicaciones como WhatsApp pueden ser ilegales o no serlo: depende de quién lo haya publicado y del propio contenido
  • Si el contenido puede vulnerar algún derecho como la protección de datos, la intimidad o la propia imagen, la difusión podría ser ilegal, pero no si prima la libertad de información
  • También hay privacidad a nivel técnico: los chats de WhatsApp y otras aplicaciones están encriptados con un cifrado extremo a extremo que evita que terceras personas accedan a la información
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De vez en cuando salen a la luz en redes y medios capturas de conversaciones o filtraciones de chats de WhatsApp o Telegram. Aunque en las conversaciones intervengan varias personas, estos contenidos son información privada y su difusión será legal o ilegal dependiendo de si quien difunde la información forma parte de la conversación o no.

También pueden entrar en juego otros factores, como que la información difundida sea de carácter personal y no cuente con el consentimiento de los afectados, o que afecte a la intimidad o a la propia imagen, situaciones de las que ya hemos hablado en Maldita.es. Puede haber excepciones, como cuando estos derechos individuales chocan con otros, como la libertad de información, si los contenidos son de relevancia pública.

Por otro lado, si lo analizamos desde el punto de vista técnico, las conversaciones en aplicaciones como Whatsapp o Telegram son privadas, ya que cuentan con un sistema de cifrado extremo a extremo y ninguna persona externa, ni siquiera la propia empresa propietaria de la plataforma, puede acceder a ellas.

Las conversaciones que tenemos en un chat grupal también son privadas y difundir información personal sin consentimiento es ilegal

Desde el punto de vista de la legalidad y la privacidad, “las conversaciones que tenemos en un grupo de WhatsApp son siempre privadas”, indica a Maldita.es Samuel Parra, abogado especializado en protección de datos en ePrivacidad.es. Se trata de un espacio donde hay más de un interlocutor, pero eso no significa que no se trate de una conversación privada.

El experto matiza que no hay ninguna norma específica que defina qué es un ámbito privado en una red social, pero que sí existen normas (derecho a la propia imagen, la intimidad, etc.) que otorgan derechos destinados a proteger tanto la comunicación como tal, como el contenido de dicha comunicación.

Parra también explica a Maldita.es que las conversaciones privadas que incluyan el nombre de los participantes o sus voces se consideran información personal que está protegida por la normativa de protección de datos y que no se puede difundir sin el consentimiento de las personas que aparecen. Tampoco si afecta a la intimidad o a la propia imagen.

Si los contenidos privados se han obtenidos de forma ilegítima su difusión es ilegal

Las comunicaciones privadas están protegidas por la Constitución en su artículo 18.3, que dice que “se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial”.

Por eso, si una persona está dentro de un grupo “de forma ilegítima" (por ejemplo, que alguien usurpe la identidad de alguien y se haga pasar por alguien en un grupo) o intercepta las comunicaciones, siempre será ilegal publicarlas, explica Parra. Al publicar estos contenidos se podría incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos, como recoge el artículo 197 a 201 del Código Penal.

Si el mensaje se ha sido difundido por alguien que está dentro del grupo, la legalidad dependerá del caso concreto

“Cuando eres parte de la conversación puedes grabarla o registrarla”, recuerda Parra. Eso es una cosa, y compartirla es otra. Por ejemplo, un médico y un paciente podrían grabar una consulta en la que ambos participaran, pero nunca usar el vídeo sin permiso previo. “Ya ha habido multas por publicar en redes sociales contenido de terceras personas sin su consentimiento”, añade el abogado. Aunque las conversaciones hayan sido difundidas por alguna de las personas integrantes del grupo pueden entrar varios derechos de los otros participantes en juego, como el de la propia imagen, a la protección de datos, al honor o a la intimidad.

Estos derechos, según Parra, protegen el contenido de las comunicaciones, pero en el otro lado de la ecuación también se encuentra el derecho a la libertad de expresión, que implica también la libertad de difundir informaciones, algo sobre lo que ya os hablamos en Maldita.es. Por ejemplo, cuando estos derechos individuales chocan con otros, como la libertad de información, si los contenidos son de relevancia pública se trata de una excepción.

En este punto, Samuel Parra considera que deben ser los jueces quienes ponderen qué derecho debe prevalecer, en atención a diversos criterios como el interés o la relevancia pública de la información o la persona sobre la que se difunde la información.

Hay que hacer especial mención al contenido sexual: que te hayan mandado imágenes íntimas y de carácter sexual a través de medios digitales (una práctica conocida como sexting) no significa que tengas derecho a publicar ni compartir esas imágenes. Difundir imágenes sexuales en plataformas online sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellas es delito, te las hayan enviado a ti o no.

Las conversaciones de aplicaciones como WhatsApp o Telegram están cifradas extremo a extremo, incluidas las de los grupos, y nadie puede acceder a ellas

Al margen de la parte legal, desde el punto de vista técnico las conversaciones en WhatsApp son privadas. WhatsApp es una aplicación de mensajería rápida que cuenta con cifrado de extremo a extremo. Que se utilice este tipo de protocolo implica que nadie puede acceder al contenido de los mensajes, salvo quien los envía y quien los recibe. Tampoco pueden acceder a ellos desde la propia compañía, como os explicamos en este artículo.

Fuente: Mensaje que aparece en WhatsApp al inicio de una conversación.

WhatsApp tiene esta opción activada por defecto desde 2016 y el protocolo también se aplica a las llamadas que se pueden hacer a través de la aplicación. Es decir, que no hay que seleccionar ni activar nada para que esto sea así.

También están cifradas extremo a extremo las conversaciones de grupo en las que pueden intervenir varias personas. Que haya varias personas accediendo a los mensajes no cambia que todos los mensajes están cifrados y que sólo puedan acceder a ellos quienes formen parte del grupo.

Esto no ocurre en todas las plataformas: los mensajes directos de otras redes sociales como Facebook Messenger, TikTok o Twitter no están cifrados con esta técnica, de modo que son accesibles para las propias plataformas. Esto es algo que, además, se menciona en sus políticas de privacidad y sus términos del servicio.

Si se requiere acceder a las conversaciones para alguna cuestión judicial, para que la Policía pueda consultar el contenido de las conversaciones se necesita siempre una autorización emitida por un juez, como ya os contamos en Maldita.es. Sin embargo, en el caso de las comunicaciones cifradas de punto a punto, como las de WhatsApp o Signal, la plataforma no podría asegurar ese acceso a los mensajes porque, según exponen, tampoco tienen manera de acceder a ellos y solo el emisor y el receptor disponen de las claves para descifrar estas comunicaciones.

TRANSPARENCIA: Maldita.es participa desde 2019 en el programa de verificación de datos externo de Meta.

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