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'Sexting' seguro, cambios en la publicidad en TikTok y la privacidad de Poparazzi: el 107º consultorio de Maldita Tecnología

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¡Hola, malditas y malditos! Es martes, y eso significa que tenéis en vuestro medio tecnológico favorito una nueva entrega del consultorio. Hoy respondemos a las siguientes cuestiones: contando con que ya he decidido que quiero practicar sexting con alguien, ¿cómo puedo hacerlo de forma segura y cuidando mi privacidad? ¿De qué va la aplicación Poparazzi y cómo afecta a la privacidad de mis conocidos que me inciten a sacarles fotos y subirlas a esta red social? ¿Qué significa ese anuncio que me ha salido en TikTok avisando de un cambio en cómo colocan publicidad el próximo 13 de julio?

Esperamos que se aclaren todas vuestras dudas, pero si no es así, recordad que podéis mandarnos todas las que queráis sobre el mundo digital: enviadlas a nuestro Twitter o a nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319), rellenando este formulario o mandando un mensaje al correo [email protected]. ¡Empezamos!

¿Cómo practicar ‘sexting’ seguro?

Los encuentros sexuales también se dan en las plataformas online. El envío de imágenes íntimas y de carácter sexual por medios digitales, conocido como sexting, es un habitual hoy en día, teniendo en cuenta que los móviles proporcionan todo lo necesario: una cámara con buena resolución, conexión a internet y muchas aplicaciones que aprovechar. Eso sí, hay maneras y maneras de hacerlo y siempre existen riesgos: que el servicio digital que almacena la foto sufra una brecha de seguridad, que el destinatario del vídeo decida de repente compartirlo sin nuestro permiso… Por eso, no está de más tener alguna que otra consideración sobre seguridad y privacidad. ¿Pero dejar de hacerlo? ¡No hay por qué!

Es cierto que sextear tiene implicaciones a futuro de las que tenemos que ser muy conscientes. En ocasiones, el material sexual se utiliza para chantajear a una persona y conseguir algún beneficio, ya sea dinero o más imágenes sexuales. Esta acción se conoce como sextorsión, y la sufren en gran medida las mujeres. El sexting tampoco es para ti si eres menor de edad: captar y difundir imágenes de carácter sexual (o pornografía infantil) es un delito castigado en el Código Penal (art.189).

Analizar las consecuencias que puede tener en un futuro es el primer paso para un intercambio de imágenes sexuales seguro. “Hay que tener en cuenta muchas cosas, que normalmente no da tiempo a pensar cuando se hace sexting, por eso es fundamental dedicarle un poco de tiempo a pensar en el tema en un momento cualquiera con calma”, nos explica Paula, cofundadora de Interferencias y especialista en seguridad digital. El consentimiento entre ambas partes es otro factor indispensable a tener en cuenta: “Cualquier tipo de encuentro sexual, incluso digital, sólo es aceptable si las personas implicadas están de acuerdo”, señala.

Imagen: Oh Joy Sex Toy!

Una vez confirmamos que estamos preparados, pasamos a las pautas de ciberseguridad y privacidad. Vale, ¿por dónde empezamos? Pensemos en que los canales habituales por los que solemos enviar mensajes a nuestros amigos y conocidos no tienen porqué ser los mejores para enviar nudes (fotos de desnudos) u otro contenido de carácter sexual, a pesar de que aparente ser lo más cómodo.

De querer utilizar una plataforma de mensajería, tanto Paula como otras organizaciones dedicadas a la seguridad digital como el colectivo feminista Coding Rights o la organización mexicana SocialTIC recomiendan usar herramientas que garanticen el cifrado de extremo a extremo: es decir, que solo la persona que envía el mensaje y la que lo recibe pueden llegar a leerlo. ¿Por ejemplo? Signal, Tox o Telegram, pero solo en su función de chat secreto (que también permite configurar los mensajes para que se autodestruyan). Pese a que WhatsApp también cuenta con este tipo de cifrado, estas especialistas la desechan por pertenecer a la familia de empresas de Meta (Facebook e Instagram), que comparte información detallada sobre los usuarios que usan estas plataformas.

¿Qué hay de las redes sociales? Como hemos comentado otras veces en Maldita.es, los mensajes que mandamos a través de plataformas como Instagram, TikTok o Twitter no están cifrados. Esto significa que, en un momento dado, administradores o técnicos podrían llegar a verlos. “Nunca se te olvide que cada archivo que enviamos a través de una aplicación también llega a un servidor propiedad de una compañía. No tenemos acceso a los datos de esos servidores, pero las empresas que son dueñas de ellos sí”, resalta en esta guía sobre “Nudes seguros” Coding Rights.

“Por no hablar de que los recursos audiovisuales, que van a unas bases de datos que cruzan datos (para objetivos comerciales, anuncios personalizados, procesamiento de datos, etc.), así que no es un buen medio para el sexting en general. No significa que haya siempre alguien espiando, pero sí que es más fácil que la privacidad se vea vulnerada, incluso por error”, añade Paula a Maldita.es.

Una vez hemos elegido un canal que consideremos seguro (cifrado, que se puedan borrar los mensajes o incluso controlar si alguien hace una captura de pantalla), toca hablar de lo que se verá en la imagen. El consejo principal, según Paula, es evitar que salga la cara. “Se le puede echar imaginación, podría salir quizás hasta los labios o similar, y si no hay sex shops que venden máscaras muy chulas que acompañan a la situación y protegen la privacidad, en caso de que por ejemplo los ojos sean importantes en ese juego en particular”, señala.

El uso de emojis para tapar tatuajes, marcas de nacimiento u otros elementos que puedan identificarnos por nuestro cuerpo también se recomienda, además de difuminar el fondo de la imágenes, como indica SocialTIC. Nombran aplicaciones como Obscuracam, que permite pixelar la parte de la foto que queramos. En caso de que temamos que alguien nos la quiera jugar en un futuro, incluso dan la idea de añadir una marca de agua a la foto o al vídeo “con el nombre de la persona que lo recibe”.

“Además, hay que tener en cuenta que cada vez que tomas una foto, detalles como la hora y la localización quedan en ella”, informan desde Coding Rights. “Esta información es conocida como metadatos y pueden ser usados para identificarte. Para que te deshagas de ellos puedes utilizar editores de metadatos como Photo Exif Editor (disponible para iPhone y Android)”, aconsejan.

En esta línea también se posiciona Paula: “También sería recomendable evitar que saliesen elementos que pudieran identificar la posición (una ventana abierta de día) o información personal (una pantalla del ordenador sin bloquear) en el caso de lo que se ve en la imagen. Nada de esto debe indicar necesariamente falta de confianza en la otra persona (esto es muy importante), sino precaución frente a la tecnología en sí”.

¿Es necesario quedarse con las fotos en el móvil una vez mandadas? Antes hemos hablado de herramientas como Signal o Telegram, que permiten configurar un mensaje para que se autodestruya. Esta vez hablamos del archivo que permanece en nuestro móvil tras sacar la foto con la cámara, a veces simplemente guardada en la galería y otras en la nube (iCloud, Google Fotos, etc.). “Es crucial asegurarse de que cada copia ha sido borrada. ‘CC Cleaner’ es una aplicación que ayuda a borrar los rastros de los archivos, disponible para Android, Windows y Mac OS. En caso de que quieras guardar estas imágenes en tu ordenador, asegúrate de usar carpetas cifradas y que sólo tú sepas la contraseña”, explican en su guía desde Coding Rights. En este artículo en SocialTIC explican en qué consiste este proceso y recomiendan algunas opciones para hacerlo.

Una vez hecho este repaso, añadimos un recordatorio: el sexting y el derecho a la privacidad tienen mucho que ver, es contar con el poder para escoger quién tiene acceso a nuestra información personal, y bajo qué circunstancias. Y este derecho también lo podemos ejercer a través de decisiones informadas sobre las tecnologías de comunicación que usamos, como recuerdan desde Coding Rights.

“En el caso del sexting o cualquier otra cosa, tener poco cuidado puede exponer a cualquier persona implicada a bastantes peligros: desde acoso, doxing, spam, o amenazas, hasta impersonar en perfiles falsos a gente, ahora o en el futuro. Hay un peligro inherente, además, cuando las personas expuestas pertenecen a un colectivo amenazado de cualquier tipo. Esto no quiere decir que no aprovechemos la tecnología para intimar o compartir cosas, pero hacerlo con cabeza nos sirve para protegernos entre nosotres”, recomienda Paula.

Recuerda que si eres testigo o sufres una filtración de imágenes íntimas, puedes recurrir al canal prioritario de retirada de contenido sensible de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). También buscar ayuda legal y psicológica. En el caso de los jóvenes, también se puede recurrir al canal de denuncia y ayuda de Pantallas Amigas. Y si tienes cualquier duda o pregunta relacionada con el mundo digital, puedes escribirnos a [email protected].

¿Qué significa que TikTok se base en el “interés legítimo” para colocarnos publicidad en base a nuestros datos? ¿Puedo oponerme de alguna manera?

“Si tienes 18 años o más y estás en el EEE [Espacio Económico Europeo], Reino Unido o Suiza, TikTok está haciendo un cambio legal en la forma de utilizar tu actividad en TikTok para personalizar tus anuncios”. Con esta entrada en su blog, la red social de vídeos cortos ha anunciado cambios en su configuración de publicidad personalizada. Su intención es usar los datos que recopila sobre los usuarios para personalizar los anuncios que muestra, tanto si lo hemos elegido como si no.

El quid de la cuestión está en este párrafo: “Según la ley de protección de datos aplicable, las empresas como TikTok deben tener una base legal para procesar tu información. Históricamente, TikTok te pedía tu ‘consentimiento’ para utilizar tu actividad en TikTok y fuera de TikTok para ofrecerte anuncios personalizados. A partir del 13 de julio de 2022, TikTok se basará en sus ‘intereses legítimos’ como base legal para utilizar la actividad en TikTok para personalizar los anuncios de los usuarios mayores de 18 años”.

Nos habéis preguntado si este es un cambio que TikTok puede hacer, si no atenta contra el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y, sobre todo, si los usuarios no tienen opciones para rechazarlo. Lo vemos en detalle.

¿Qué hacía TikTok hasta ahora? Recogía datos personales tanto a través de tu actividad dentro de la plataforma (cuentas que sigues o vídeos que te gustan) como de datos externos de terceros, para personalizar la publicidad que te mostraba. Explicamos en profundidad cómo recoge TikTok esa información cuando hablamos de su algoritmo o cuando analizamos mensajes virales alertando de la extracción de datos. Eso sí, hasta ahora, lo hacía basándose en el consentimiento del usuario. Es decir, en que nosotros, al usar la app, le permitíamos usar toda esa información para personalizar su publicidad.

¿Cómo anuncia que lo va a hacer a partir del 13 de julio? Ya no habrá consentimiento previo sobre los datos de la actividad dentro de TikTok, sino que se apoyarán en el interés legítimo, uno de los supuestos por los cuales una empresa puede recoger nuestros datos personales. Esto significa que, hayamos dado permiso o no para ello, la empresa los va a usar.

Según la Comisión Europea, “se pueden invocar los ‘intereses legítimos’ como justificación para el tratamiento de los datos” en ciertas situaciones. Por ejemplo, “cuando el tratamiento se realiza en el marco de la relación con un cliente, cuando trata los datos personales para fines de mercadotecnia directa, para prevenir el fraude o para garantizar la seguridad de la red y la información de sus sistemas informáticos”.

Vamos con las aristas ocultas. Para el abogado especializado en protección de datos y miembro de Secuoya Group Jorge García Herrero, el primer problema es el cambio de base de legitimación: “En general, no puedes cambiar tu base de legitimación para ‘un tratamiento de datos en marcha’. Esto sólo se ha permitido en mayo de 2018, fecha de aplicación del RGPD, al endurecer los requisitos del consentimiento (se podía cambiar la base consentimiento por otra, porque de pronto muchos de los consentimientos captados dejaban de ser válidos)”.

Desde el Supervisor Europeo de Protección de Datos (la autoridad que sucedió al Grupo de Trabajo del Artículo 29 en 2018 y actual autoridad europea en esta materia), indicaron en su momento que “no es posible cambiar entre una base de legitimación y otra”.

¿En qué situación se puede hacer, por tanto, este cambio? “Si tu base anterior no tenía problemas, puedes informar al usuario, darle la opción de que se oponga a cambiar al interés legítimo en un plazo razonable y estar preparado para borrar todos los datos previos de quienes ejerciten su derecho de oposición”, dice García Herrero.

Se viene la pregunta del millón: ¿puedo yo como usuario oponerme a ese cambio? Legalmente, sí; en la práctica de TikTok, parece más complicado.

“Si pinchas en el enlace para ejercer el derecho de oposición, TikTok te lleva a una explicación (con otro enlace a un cuestionario) donde te hace detallar exactamente a qué te opones y cuáles son tus razones. No hay un botón o un medio simple, ni campos para completar texto; tienes que llevar tú un documento redactado y subirlo a su plataforma”, detalla el abogado.

Sin embargo, ese embrollo debería ser mínimo y no lo es, añade: “Este derecho de oposición no requiere argumentación y tiene que ser inmediatamente atendido. El RGPD lo dice literalmente en el [artículo] 21.2. y 3”. Otros expertos se hacían también eco en redes sociales sobre el artículo 21.3, que permite el derecho absoluto a oponerse: “Cuando el interesado se oponga al tratamiento con fines de mercadotecnia directa, los datos personales dejarán de ser tratados para dichos fines”.

Todo esto es a partir del 13 de julio, pero, si has estado usando TikTok hasta ahora y ya habías dado tu consentimiento para recibir anuncios personalizados, la red social avisa de que, si lo retiras, “TikTok dejará de utilizar su actividad en TikTok recopilada antes del 13 de julio de 2022 para personalizar sus anuncios”, pero esto “no afectará al uso de la actividad a partir de esa fecha, ya que TikTok utilizará su ‘interés legítimo’ para procesar esa información”. O sea, que a partir de esa fecha se convierten en lentejas: si las quieres bien, y si no… También.

Por tanto, según García, “TikTok no está dando una opción real de oposición, no describe cuáles son sus intereses legítimos y su relación con las finalidades del tratamiento, ni los datos personales que tratará al efecto. El usuario no tiene información suficiente para valorar cómo le afecta el tratamiento que le anuncian y decidir si se opone o no”. En resumen, “no se están cumpliendo los requisitos de aplicación del interés legítimo”.

Un par de asteriscos: sí se usará consentimiento para los datos recogidos fuera de la actividad de TikTok (la plataforma asegura que puedes revocar tu consentimiento para los anuncios basados en esa información en cualquier momento en tu configuración de privacidad) y todo esto es efectivo solo para mayores de 18 años.

Como vemos, el uso de datos con fines de mercadotecnia está contemplado por la Comisión Europea. Sin embargo, en este caso implica que las empresas pueden usar nuestros datos de forma interna, no agregarlos a otras fuentes de información. Por ejemplo, de otras compañías. De ahí que, tal y como recuerda García Herrero, si como plataforma se pretende mezclar los datos que recoge sobre nosotros con los que registra otra red social, por ejemplo, sí que debería pedirnos nuestro consentimiento.

¿Cómo funciona Poparazzi, la aplicación en la que no subes selfies sino fotografías de tus amigos? ¿No es más invasivo eso con la privacidad de la gente?

“Hazme una foto así, como que no me doy cuenta”. Cuántas veces habremos pedido a nuestros amigos que nos fotografíen mientras hacemos algo espontáneo. Una tendencia opuesta al selfie y a la que la red social Poparazzi se subió en 2021 con la intención de recopilar momentos más “imperfectos y auténticos” gracias a tomar fotos de otras personas, y no de ti mismo.

Se autodenominan el “club del anti selfie, no hay filtros y en ella tú no eres el protagonista, sino que puedes convertirte en un paparazzi para tus amigos. De aquí surgen las dudas por las que nos habéis preguntado: ¿no es más invasivo tomar fotos de otra gente y subirlas a una plataforma que hacerlo con nuestras propias fotografías? Os contamos cómo funcionan (o cómo deberían funcionar) las redes sociales a la hora de publicar imágenes de nuestros amigos.

En realidad, el proceso que tenemos interiorizado desde hace años en el que compartimos un viaje, una fiesta, una cena o cualquier evento social con nuestros amigos, nos hacemos un book de fotos en el que se cuelan hasta los desconocidos de la mesa de al lado y luego lo colgamos en nuestra red social favorita no es apropiado. Si lo hacemos sin permiso, estaríamos infringiendo la Ley Orgánica 1/1982 de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Esto puede suceder en Poparazzi, pero es como en cualquier otra red social. La plataforma funciona de la siguiente manera: sólo puedes subir de manera directa fotografías de personas que ya estén registradas en la aplicación y con las que tengas una conexión de “amigo”. Cuando eres etiquetado en una foto, la red social te manda un mensaje informativo (algo que, como detalla Poparazzi, se incluye como aceptado en los Términos y Condiciones de la plataforma). Si alguien intenta subir una foto de alguien a quien no tiene en su lista de amigos, esa persona recibirá una notificación y podrá aceptar la foto o pedir que se elimine.

Imagen: Página oficial de Poparazzi.

“A nivel de protección de datos esta red social no implica ninguna novedad o diferencia respecto a otras redes sociales: se sigue requiriendo el consentimiento de la persona fotografiada para que pueda ser compartida”, explica Verónica Alarcón, abogada de la empresa de borrado de datos de internet ePrivacidad. Esto es algo que en la práctica nadie hace. ¿O tú sueles pedir permiso a tus amigos y conocidos para subir una foto en la que aparecen y etiquetarles? Ya sea en Facebook, Instagram, Twitter…

La Ley Orgánica 1/1982 considera una intromisión “la captación, reproducción o publicación por fotografía, filme, o cualquier otro procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos”. Por eso, hay matices sobre los consentimientos que se pueden asumir: no es lo mismo hacer una foto que publicarla en una red social en la que nos siguen otras personas.

“Si no nos encontramos ante alguna excepción (por ejemplo, que la persona fotografiada ejerza un cargo público), será necesario que antes de hacer la fotografía se pida el consentimiento a la persona fotografiada. Este consentimiento se puede entender si, por ejemplo, estamos posando delante de la cámara, pero es importante destacar que este sería un consentimiento para la captación de la imagen; si además queremos subirla a una red social, será necesario un nuevo consentimiento específico para esta finalidad”, desglosa Alarcón.

Si se sube la imagen de otra persona sin consentimiento, ¿de quién es la responsabilidad? La abogada especifica que “en primera instancia va a ser de la persona que sube la imagen (como en cualquier otra red social); la responsabilidad de Poparazzi sobre el cumplimiento de este requisito no va a nacer hasta que tenga conocimiento de la existencia de una fotografía compartida sin el consentimiento de la persona que aparece en ella”.

En sus Términos y Condiciones, Poparazzi establece que el usuario es el responsable del contenido que publique y que, una vez publicado, garantiza que: “El contenido es suyo (es de su propiedad) y/o tiene derecho a utilizarlo y a concedernos los derechos y la licencia previstos en estas Condiciones”, y también que “la publicación de su contenido en o a través del servicio no viola los derechos de privacidad, los derechos de publicidad, los derechos de autor, las marcas comerciales, los derechos contractuales o cualquier otro derecho de cualquier persona o entidad”. Es decir, que en teoría nosotros nos hacemos responsables de que tenemos el permiso para subir las imágenes que publicamos.

En Poparazzi también existe la función de bloqueo, con la que puedes prevenir que otra persona publique fotos tuyas. ¿Qué pasaría si igualmente, aunque no hayas dado permiso, encuentras una fotografía en una plataforma? “Si existen fotografías colgadas en una red social, en teoría podremos exigir a la red social de turno que elimine dicha foto. Pero este tipo de peticiones suelen no ser atendidas, por lo que, o bien habrá que pedírselo a la persona que la subió, o bien iniciar alguna acción legal, como una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos”, detalla Alarcón.

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