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Pararrayos, enchufes y duchas durante tormentas fuertes. Llega el consultorio 220º a Maldita Ciencia

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Under your umbrella es donde mucha gente seguro que quiso estar en caso de que la DANA del inicio de septiembre les pillase de paseo y sin paraguas (a pesar de todas las medidas y advertencias para que esto [el paseo en pleno temporal] no ocurriese). Por nuestra parte, aunque no podemos hacerte de escudo contra el agua, hemos preparado un tormentoso *guiño, guiño* consultorio: ¿cómo funciona un pararrayos? ¿Hay enfermedades que se transmiten más en caso de fuertes lluvias? Y, sobre las recomendaciones en casa, ¿qué pasa con eso de desenchufar los aparatos eléctricos y evitar las duchas?

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¿Hay enfermedades que se transmiten más cuando llueve mucho?

Cuando llueve más de lo normal, los peligros para la salud aumentan. No solo como consecuencia de los daños directos —inundaciones, accidentes, ahogamientos—, también porque estas precipitaciones pueden ser un escenario ideal para que se propaguen ciertas enfermedades. Es el caso de algunas infecciones gastrointestinales y respiratorias, enfermedades transmitidas por vectores (mosquitos o garrapatas, que pueden causar malaria, dengue y zika, entre otros), enfermedades de la piel y enfermedades de transmisión hídrica, es decir, a través del agua (cólera, fiebre tifoidea, hepatitis A).

¿Qué relación hay entre las lluvias fuertes y las infecciones respiratorias y gastrointestinales? Como explica este artículo científico de 2019, en caso de inundación, el agua de la lluvia acumulada entra en contacto con las aguas residuales, contaminándolas y convirtiéndolas en un vehículo para gran cantidad de patógenos como norovirus, enterovirus o bacterias Campylobacter. Muchos de ellos causan infecciones gástricas y respiratorias.

La población estará expuesta a estos patógenos casi de manera inevitable en caso de inundaciones: por tareas de limpieza, por salpicaduras de vehículos y otros peatones o por contacto directo con el agua de inundación (al bañarse en ella o al beberla, a pesar de que esto último es extremadamente raro en países industrializados). Estudios de salud que se hacen después de episodios de lluvias, como este de España en 2018 o en Países Bajos en 2019, confirman que se reportan más casos de enfermedades gastrointestinales y respiratorios tras precipitaciones intensas.

Sobre las enfermedades transmitidas por vectores, existen registros y literatura científica que vinculan brotes de estos problemas de salud y periodos de intensas lluvias. ¿Por qué ocurre? Porque el agua estancada tras inundaciones, crecidas y lluvias supone el entorno ideal para que los mosquitos y garrapatas pongan sus huevos. A esto se suma que los programas para controlar los mosquitos y otros vectores no funcionan con normalidad cuando hay lluvias intensas u otros eventos meteorológicos extremos y que la población puede estar menos protegida ante las picaduras de mosquito (dormir fuera de casa por inundaciones), entre otros factores humanos.

Algunas de las enfermedades transmitidas por vectores en las que se ha visto un aumento tras lluvias intensas son la malaria, el dengue, la fiebre por virus del Nilo Occidental, fiebre del valle del Rift, el chikungunya y el zika.

Con respecto a enfermedades en la piel, estas pueden ocurrir por entrar en contacto directo con el agua contaminada, que puede causar infecciones en heridas, dermatitis y conjuntivitis, aunque ninguna de estas tienen un potencial epidémico, según la OMS. Además, el daño que las lluvias intensas producen en los edificios puede favorecer el crecimiento del moho, un conocido alérgeno que fomenta enfermedades dermatológicas y respiratorias.

Por último, hay patógenos que se transmiten mejor y son capaces de sobrevivir en escenarios de inundaciones y lluvias intensas, al tiempo que estas aguas pueden entrar en contacto con materia fecal de animales, que alberga microorganismos transmisibles a humanos. Causan lo que se conocen enfermedades de transmisión hídrica (cólera, hepatitis A, criptosporidiosis, campilobacteriosis, infección por E. coli, salmonelosis y leptospirosis…) en caso de consumo o contacto con agua contaminada (que se mezcla con aguas fecales o residuales).

No todas estas enfermedades se dan allá donde llueva: cada región del planeta tiene situaciones epidemiológicas y sanitarias diferentes.

¿Cómo funciona exactamente un pararrayos?

En Maldita.es hemos escrito sobre cómo protegerte en caso de tormenta eléctrica (pista: busca las jaulas de Faraday) y situaciones a evitar, como quedarse debajo de un árbol o permanecer a la intemperie si los pelos comienzan a erizarse en una tormenta. Relacionado con esto, ¿cómo funciona un pararrayos? Muy resumidamente, ofrece un punto de impacto para que, si ocurre una descarga eléctrica, esta llegue al suelo sin dañar infraestructuras o personas.

Como explica el Servicio Meteorológico Estadounidense, los pararrayos “proporcionan una trayectoria conductora para que la descarga eléctrica siga un cable y disperse la energía de forma segura en el suelo”. De ahí que deban estar hechos de materiales conductores de electricidad, como el cobre o el aluminio.

El pararrayos es, en realidad, solo la ‘punta’ de todo el sistema que recibe la descarga eléctrica. Para que esta no provoque daños, el pararrayos necesita de un sistema de protección contra el rayo, con su correspondiente bajante a tierra. Como explica la empresa instaladora Lasser, el pararrayos debe superar en al menos dos metros la altura la estructura a proteger; las conexiones a tierra deben ser lo más verticales posible; por seguridad, el sistema debe tener dos bajantes a tierra y todos los materiales deben cumplir la norma UNE 21186:2011.

En muchas ocasiones se menciona que el pararrayos “atrae” a las descargas eléctricas, pero no es del todo correcto. Como explica HowStuffWorks (un medio de divulgación científica), el propósito de un pararrayos es conducir la descarga mediante un circuito de baja resistencia eléctrica que tiene capacidad de resistir la corriente de un rayo. La descarga eléctrica ocurrirá con o sin pararrayos, pero en el caso de que exista, tiene un camino seguro.

El Código Técnico de la Edificación en España (las normas que rigen la construcción en este país) exige la instalación de pararrayos en aquellos sitios donde se esperen más impactos de rayos de lo admisible (por ejemplo, en edificaciones aisladas, aisladas sobre una colina y en determinados puntos de la geografía), donde se manipulen sustancias tóxicas, radiactivas, altamente inflamables o explosivas y edificios con altura superior a 43 metros.

¿Es recomendable desenchufar los aparatos eléctricos durante una tormenta?

A lo largo de estos días, en los que en buena parte de la península nos han/están sorprendiendo fuertes lluvias, es necesario repasar las recomendaciones de seguridad dirigidas a estas situaciones. Entre ellas, desenchufar los aparatos eléctricos: ¿es útil o se trata de un “consejito de siempre” más, sobre el que no hay evidencia? Lo cierto es que esta vez sí la hay. Haciéndolo no solo protegemos la integridad de los aparatos, en cuestión, también nuestra seguridad.

Durante una tormenta, especialmente si es eléctrica, desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan no utilizar aparatos conectados a una toma de corriente, como ordenadores de sobremesa, portátiles, lavadoras, secadoras o estufas. “Los rayos pueden atravesar sistemas eléctricos, sistemas de recepción de radio y televisión y cualquier alambre o barra de metal en paredes o pisos de concreto”, indican.

Como explica a Maldita.es Toni Montero, experto en instalaciones eléctricas y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, ante un corte de suministro súbito consecuencia de una tormenta eléctrica, ciertos aparatos podrían estropearse. “Se puede dar el caso (remoto) de un rayo ‘entre’ a través de la instalación eléctrica o de telecomunicaciones y, literalmente, destruya todos los aparatos eléctricos conectados”, añade.

“Lo ideal sería desenchufar todos los aparatos electrónicos en la vivienda, sobre todo por el riesgo de sobrecarga, un pico de tensión que, en el peor de los casos, pueda provocar un incendio”, explica a Maldita.es Miguel Assal, instructor del Servicio de Atención Médica de Urgencias (SUMA) y divulgador sobre primeros auxilios. Aunque en caso de edificios muy antiguos o con instalaciones muy antiguas no sería la primera vez que un incendio así ocurriese, Assal coincide en que “lo más frecuente es que, al tener enchufado a la corriente el aparato, en caso de impacto de un rayo tenga un fallo, se caliente y se rompa”.

Hoy en día, en los cuadros eléctricos de las nuevas instalaciones (el principal encargado de distribuir la energía y la potencia eléctrica de los diversos aparatos conectados) se toman medidas para "detener" estos problemas, en caso de necesidad. Por ejemplo, utilizando limitadores de sobretensión (sistema de protección en caso de que se produzcan subidas de tensión) transitorios y permanentes. Aun así, bajo el punto de vista de Montero, “la naturaleza no se puede controlar”, por lo que sigue teniendo sentido adaptarse a estas recomendaciones.

¿Debemos evitar ducharnos durante una tormenta?

Puede que, durante una racha de fuertes lluvias, hayas dado con una recomendación algo menos habitual que el ‘desenchufe los aparatos eléctricos’ de siempre: que, mientras dura el temporal, procures no ducharte. ¿Tiene sentido? Lo cierto es que sí. El motivo es que esta acción involucra dos materiales considerados buenos conductores, el metal y el agua, lo que aumenta el riesgo de accidente en caso de tormenta eléctrica.

Desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan no bañarse ni ducharse durante una tormenta eléctrica, pero tampoco lavar platos ni mantener ningún otro contacto con el agua. El motivo, señalan, es que los rayos podrían incluso atravesar las tuberías del edificio.

Como señala en The Conversation James Rawlings, profesor de Física en la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido), a menos que una persona se encuentre en un baño exterior o duchándose bajo la lluvia, es muy improbable que un rayo caiga sobre ella durante una tormenta eléctrica. Ahora bien, en caso de encontrarse dentro de un edificio sobre el que impactase este tipo de descarga, la electricidad seguirá el camino de menor resistencia hasta el suelo.

“Tanto los cables metálicos como el agua en las tuberías proporcionan un camino conductor conveniente para que la electricidad siga hasta el suelo. La ducha proporciona ambas cosas (agua y metal), lo que la convierte en un camino ideal para la electricidad”, explica Rawlings. Sobre todo en caso de instalaciones antiguas.

Miguel Assal, instructor del Servicio de Atención Médica de Urgencias (SUMA) y divulgador sobre primeros auxilios, subraya a Maldita.es que la probabilidad de que esto ocurra es baja pero que, mientras exista, el riesgo sigue ahí: “Si tienes la mala suerte de que caiga un rayo sobre tu edificio, hay más probabilidades de que sea en la ducha que en otra parte de la casa, lo que nos expondría a una descarga que, en el peor de los casos, podría provocar quemaduras e incluso el fallo respiratorio, cardíaco y la muerte”. Seguir las recomendaciones anteriores, añade el experto, reducirá el riesgo de que esto ocurra.

Llegados a este punto y como cada semana, nos gustaría recordaros que estamos aquí para resolver todas las dudas y preguntas que tengáis respecto a información científica, pero que si lo que te inquieta tiene que ver con un diagnóstico, tratamiento o afección personal, lo único que podemos aconsejarte es que acudas a un profesional sanitario que conozca personalmente tu caso y pueda tratarte adecuadamente. ¡Buen finde!

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Toni Montero, experto en instalaciones eléctricas.

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