Hace un par de martes, en nuestra Twitchería científica, dimos un buen repaso a todas las dudas sobre perretes habidas y por haber. Hoy, recopilamos cuatro de ellas en esta edición especial de nuestro consultorio. ¿Es cierto que los perros no son capaces de ver en la oscuridad? ¿Y que no sudan igual que los humanos?
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¿Es cierto que los perros son incapaces de ver en la oscuridad?
Sabiendo que los perros perciben los colores de forma diferente a la que lo hacemos los humanos (por si te ha surgido la duda al dar con algún que otro vídeo de TikTok), ¿puede esto significar también que no sean capaces de ver en la oscuridad? Todo lo contrario: las características de su retina, la presencia de un tejido reflectante conocido como tapetum lucidum bajo ella y el tamaño de su pupila les permiten ver mejor que las personas en condiciones de poca luminosidad (aunque no de oscuridad total).
Dada su condición de depredadores / carroñeros, aunque hoy en día muchos sean animales domésticos, la capacidad de poder ver mejor y más claramente en situaciones de poca luz permite a los perros sobrevivir y cazar de noche en caso de necesidad.
Nuestro ritmo de vida o ritmo circadiano, no es el mismo que el de los perros. “Nosotros somos esencialmente diurnos. Los perros tienden a ser más crepusculares, con una preferencia por el anochecer y en el amanecer, al ser momentos en los que hay menos luz” y, por lo tanto, en los que se puede cazar o huir con mayor facilidad en caso de necesitarlo, como explicaba en Twitch Mercedes González, veterinaria autora de Antes de que te vayas y maldita que nos presta sus superpoderes.
Uno de los motivos por el que los perros son capaces de ver en situaciones de poca luz es que, al igual que la mayoría de los mamíferos, disponen de un tejido debajo de la retina conocido como tapetum lucidum (el motivo del brillo de los ojos que se ve en las fotografías o en la noche). Este “sirve como un espejo para reflejar la luz en la retina, lo que permite que los perros usen menos luz, porque la usan de manera más eficiente”, explica el veterinario Michael Kearley en PetMD, web especializada en salud de animales de compañía. Otra de las causas de esta destreza es que sus pupilas son mucho más grandes que las de los humanos, por lo que más luz puede entrar en el ojo y, por lo tanto, mayor potencial para la visión.
Por último, la estructura de su retina es diferente a la nuestra. Como explicaba González, esta zona del ojo dispone de dos tipos de fotorreceptores o células que nos ayudan a interpretar lo que vemos: los conos (que perciben colores) y los bastones (especializados en percibir la calidad de la luz). Mientras que los humanos disponemos de una mayor densidad de conos, los perros tienen mayor densidad de bastones: “Su ojo es más eficaz a la hora de percibir pequeñas cantidades de luz, sobre todo de algo en movimiento”.
Si, en una situación de poca luz, un conejo cruzase rápidamente delante de nosotros, probablemente percibiríamos algo poco nítido que seríamos incapaces de distinguir. Un perro sí sería capaz de hacerlo, gracias al umbral de fusión del parpadeo, la frecuencia a la que dejamos de ver fogonazos individuales y percibimos una luz continua (ya que, en realidad, ni siquiera la luz del sol lo es).
Para entendernos: en una discoteca, en los momentos en los que se utilizan las luces estroboscópicas (flashes de luz muy intensos), nosotros percibimos la imagen de quienes tenemos delante en la posición concreta en la que se encuentran durante el instante del flash. Este se apaga y, al volver a encenderse, vemos que nuestra compañía está en una posición distinta, pero no somos capaces de percibir el movimiento entre una y otra ‘pose’. Esto ocurre, como explica González, porque nuestra capacidad de percepción no es tanta como para reconocer los flashazos continuos.
En los perros el umbral de fusión del parpadeo es mayor. “Su vista es más precisa a la hora de percibir esos pequeñísimos intervalos de flasheos de luz, por lo que son capaces de ver con mayor nitidez el movimiento, de tal manera que ven una presa o una posible amenaza moviéndose en la oscuridad”.
¿Sudan los perros igual que los humanos?
Los perretes también pasan calor y necesitan refrigerarse para no sobrecalentarse, de hecho, lo primero que conviene saber es que estos animales no son eficaces evitando las altas temperaturas corporales y deberíamos prestar más atención a mantenerlos frescos en verano que de abrigarlos en invierno. Para protegerlos del calor debemos dar paseos a horas frescas y evitar raparlos.
Mientras que el mecanismo más habitual para bajar la temperatura corporal en las personas depende del sudor, que moja nuestra piel y nos enfría, eso no ocurre con estos animales: su pelo se mantiene seco. Además, aunque también tienen glándulas que generan sudor, tanto entre las almohadillas (la parte ‘blandita’ de las patas en contacto con el suelo) como en la trufa (la nariz), estas no sirven para enfriar sino que cumplen otras funciones.
Por un lado, una trufa húmeda les permite olfatear de forma más eficiente y, en caso de las almohadillas, este ‘agüilla’ las mantiene flexibles, es decir, sanas y resistentes a los distintos terrenos. “Por eso es importante que, en los perros de pelo largo, revisemos las almohadillas a menudo para eliminar el exceso de pelo y comprobar que están despejadas de elementos extraños como chicles”, aclara Puig.
¿Cómo luchan contra el calor los perros? La clave está en la boca y en su jadeo, ya que permite que se evapore el agua de esta zona, reduciendo su temperatura corporal. La evaporación de agua que este conlleva en las primeras vías respiratorias disminuye la temperatura corporal, explica a Maldita.es Mar Puig, auxiliar veterinaria, educadora canina y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
Otra forma es el traspaso del frío por contacto gracias a la conducción, como añadía Puig en nuestra Twitchería. Por eso, en momentos de calor, es habitual ver a los perros tumbados como si fueran ‘sapos’, con la zona del vientre y axilas pegadas al suelo, o escarbando en las zonas más frías, húmedas y sombrías del jardín.
También pueden refrescarse gracias a la vasodilatación, que consiste en el aumento del grosor de los vasos sanguíneos, lo que supone un aumento del flujo de sangre. Así parte del calor del cuerpo pasa al ambiente. Esto ocurre sobre todo en orejas y cara, señala Puig.
¿Son los perros PPP agresivos por naturaleza?
La definición de perro potencialmente peligroso (PPP) describe a los animales de esta especie que tienen, por sus características, el potencial de hacer daño. De manera legal, el Real Decreto 287/2002, sobre animales potencialmente peligrosos, recoge aquellas razas y características de perros PPP. Ahora bien, una veterinaria y educadora canina nos explica que estos perros no son agresivos por naturaleza. La agresividad o el carácter del animal no se define por su raza o características físicas, sino por cómo se ha educado, el contexto de crianza, cómo ha socializado —con humanos y otros perros— y las necesidades concretas de ejercicio y cuidados.
Mar Puig, auxiliar veterinaria, educadora canina, coordinadora de la Asociación Cinco Hocicos y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, explicaba en Twitch que la denominación PPP es correcta: “Cualquier perro de más de 15 kilos, sea de la raza que sea y criado en el contexto que sea, es potencialmente peligroso en el sentido de que tiene la capacidad física para hacer daño”.
Sin embargo, llamar a estos perros como PPP, indica Puig, puede inducir a error, ya que “esto no significa, en absoluto, que sean perros agresivos de serie”: No les ponen un chip y, cuando nacen, les ‘toca’ ser agresivos”. De hecho, la educadora canina incide en que la supervivencia de los perros, animales provenientes del lobo, se ha basado en la socialización y cooperación en manada. “Si fueran animales agresivos porque sí, gratuitamente, su supervivencia sería inviable y estarían condenados a la extinción”.
Los perros en general, salvo en caso de algunas enfermedades o situaciones, no son agresivos. “Lo que sí hay son malas educaciones, malas socializaciones y problemas de conducta que, normalmente, generan los humanos por no saber comunicarnos con ellos”, precisa Puig. A esto se suma que cada perro requiere de unos cuidados concretos. En el caso de los perros grandes, “pueden necesitar gastar más energía al requerir hacer ejercicio, tanto físico como mental”.
A pesar de no ser agresivos de naturaleza, ¿necesitan los PPP una educación más exigente por su potencial para causar daño? Puig considera que sí, pero no lo limita a los perros grandes, sino a todos. “De hecho, un requisito para adoptar en nuestra asociación es recibir un curso de educación y lenguaje canino”.
Además, la educadora canina puntualiza que los perros pequeños “suelen tener conductas más agresivas que los grandes” por cómo son educados los humanos, ya que los impactos de sus ‘malos’ comportamientos, “como hacerse pipí en casa”, no tienen la misma relevancia que cuando lo hace un perro grande. “Si un PPP se hace pipí dentro, sí que va a ser un problema y su humano se va a esforzar más en corregir ese problema”, concluye.
Que un perro tenga la nariz seca, ¿significa que está enfermo?
Los perros van, casi siempre, con la nariz mojada. A base de lametazos y gracias a dos glándulas con las que cuentan en la nariz, estos animales consiguen mantener la humedad en esta parte del cuerpo. Estas glándulas secretan una mucosa que les ayuda a detectar partículas, permitir que entren en las fosas nasales y oler mejor. Ahora bien, ¿pasa algo en la salud del perro cuando la nariz está seca? No, no indica nada en particular y no significa que estén enfermos.
Mercedes González, veterinaria especialista en comunicación científica, autora del libro Antes de que te vayas sobre cuidado de perros mayores y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, explicó en Twitch que el hecho de que un perro tenga la nariz seca no es sinónimo de enfermedad: “Simplemente, puede significar que está descansando y no le interesa olfatear”.
González reconoce que es un mito muy repetido en consulta veterinaria, ya que muchos humanos creen que el estado de la nariz de un perro es un indicativo de salud o enfermedad: “No es cierto, las enfermedades caninas se detectan de otra manera: con la actividad, a través de la ingesta de alimentos o su movimiento”.
A esto agrega que tener la nariz seca y caliente tampoco es un indicativo de fiebre. “La fiebre no se mide así, sino poniendo un termómetro en el recto o incluso con algunos microchips, que permiten medir la temperatura corporal”.
¿Significa algo en concreto que el perro tenga la nariz seca? Puede ser que esté descansando, que se acabe de levantar, que sea un día de mucho calor y que no esté hidratándose bien. “No hay que alarmarse solo por la nariz seca. Hay que estar atentos más bien a su ánimo, a su movimiento y a cómo come”, concluye González.
Antes de que os vayáis...
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En este artículo han colaborado con sus superpoderes Mercedes González, veterinaria, y Mar Puig, educadora canina, que forman parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.
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