Nos habéis preguntado por un vídeo de TikTok que consta tan solo de una imagen en la que se ven distintos tipos de escarabajos debajo de los que puede leerse el siguiente texto: “Advertencia: todos los alimentos que tienen estos dos símbolos en sus ingredientes E120 y E904 contienen insectos”.
Es cierto que estos componentes proceden de insectos, pero esto no quiere decir que los productos de los que forman parte contengan estos animales. Además, ambos se utilizan como aditivos (recuerda que podemos reconocer todos ellos en la listas de ingredientes de un producto localizando una ‘e’ seguida de distintas cifras). Como explicamos en Maldita.es, que tanto el E120 (cochinilla, ácido carmínico o carmines) como el E904 (goma laca) sean aditivos significa que ambos tienen una determinada función en el producto en el que se utilizan, son seguros, están regulados y sus cantidades máximas, estipuladas. Ahora bien, esto no quiere decir que todos los productos de los que forme parte sean saludables.
Tanto el E120 como el E904 proceden de insectos, pero esto no los hace menos seguros
Es cierto que ambos componentes, tanto el E120 como el E904, tienen algo que ver con esta clase de animales. Por ejemplo, la última, la goma laca, es una resina natural resinosa de origen animal, obtenida de las excreciones de varios tipos de insectos parásitos conocidos como gusanos de la laca o larvas de la laca (Kerria Lacca y Kerria Yunnanensis). Se necesitan unos 30.000 insectos para fabricar un kilo de producto.
Como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se utiliza como agente de recubrimiento para chocolates, chicles, decoraciones y rellenos comestibles, confitería, granos de café, aperitivos a base de patata, productos a base de nueces, suplementos alimenticios en forma de pastilla y huevos cocidos sin pelar. También como tratamiento de superficie en fruta fresca. El motivo es que consigue formar una película brillante en los alimentos que resiste la abrasión y los protege de la desecación y la pérdida de sabor. Como adelantábamos al inicio, su consumo es seguro.
En el caso del aditivo E120 o ácido carmínico, también es cierto que se obtiene a partir de diferentes extractos de otro insecto, la cochinilla del carmín. En general, se utilizan los cuerpos desecados de la hembra del Dactylopius coccus Costa, un insecto parásito de varios cactus, con el objetivo de utilizarlo como colorante rojo natural, especialmente en productos lácteos (como yogures de fresa) y cárnicos, pero también en productos como pintalabios. En vida, el insecto hace uso del pigmento como repelente para las hormigas.
“Los extractos de cochinilla son colorantes naturales de color rojo que contienen principalmente ácido carmínico”, señala la OCU. Los tonos carmín se obtienen de la reacción de estos extractos con un metal, como el aluminio. Eso sí, a pesar de tratarse de un componente seguro si se utiliza en las cantidades estipuladas, puede contener componentes alérgenos (es decir, residuos proteicos del insecto original). Es por ello por lo que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) recomienda limitar su consumo. Pero, por si te lo preguntabas, su uso es seguro, como confirma en Twitter el tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña.
Aunque en la actualidad todavía se emplea, por lo general se suelen utilizar alternativas más baratas, como el colorante E124 (Ponceau 4R rojo cochinilla A). “De todos modos, que un alimento tenga el colorante E120 no significa que tenga insectos, sino un pigmento extraído a partir de ellos”, aclaraba Lurueña en El Comidista. Puedes leer más sobre este colorante natural en Naukas.
Que los aditivos sean seguros no significa que el producto del que forman parte sea saludable
Aunque los componentes de un producto sean seguros, esto no quiere decir que el resultado último de la mezcla de ingredientes a la que pertenecen vaya a ser saludable (ni mucho menos). Pero, de no serlo, el motivo no será la presencia o carencia de aditivos, sino el resto de ingredientes: harinas refinadas, azúcares, grasas poco saludables, exceso de sal… Precisamente lo que caracteriza a los productos ultraprocesados, que van a suponer un flaco favor para nuestra salud.
“Un alimento puede ser seguro, pero eso no significa que sea saludable”, coincidía Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos en Consumer. “Hoy, salvo contadas excepciones, todos los alimentos que encontramos en el mercado son seguros. Y en ese mismo mercado encontramos una oferta inmensa de productos que son insanos por definición, que tienen una mala composición nutricional, que están hechos con materias primas de bajísima calidad, que llevan grasas refinadas, harinas refinadas y cantidades inmensas de azúcar.
Dejémonos de teorías y apliquemos estas afirmaciones a casos concretos: por ejemplo, los aditivos de la mayonesa no hacen de esta una salsa ‘peligrosa’, pero esto no quiere decir que vaya a ser saludable (de hecho, no lo es). Tampoco el aditivo E-410 presente en los helados supone un problema por sí solo aunque, de nuevo, cuantos menos helados comamos, mejor.
"Valorar si un alimento 'es bueno o no' en función de sus aditivos es peligroso porque promueve la quimiofobia", explicaba en su blog Marían García (Boticaria García), farmacéutica y dietista-nutricionista.