Un contenido (que se mueve en dos formatos, ver 1 y 2) por el que nos habéis preguntado recientemente en nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319) indica que “38.983 muertes y 3.530.362 lesiones” se han producido tras las vacunas de COVID-19. Para intentar sustentar esto, afirma que estos datos se han extraído de la base de datos de reacciones adversas a medicamentos del Espacio Económico Europeo (EEE), EudraVigilance.
Sin embargo, el contenido usa los datos de EudraVigilance para difundir desinformación, sumando incorrectamente los reportes de efectos adversos notificados y contando incorrectamente la cifra total de casos y fallecidos. A esto se le suma que estos contenidos emplean imágenes con el logotipo de EudraVigilance y de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) para tratar de otorgar veracidad a sus datos. Estas ilustraciones han sido manipuladas sin el consentimiento de la agencia, según responde la EMA a Maldita.es, “para difundir información falsa y alimentar las dudas sobre las vacunas”.
Este contenido es muy parecido a otro que desmentimos en mayo de 2021 en Maldita.es, en el que se decía que se reportaron 7.766 muertes y más de 330.000 “reacciones adversas” por las vacunas, o a otro verificado en noviembre de 2021 por Reuters Fact Check, miembro al igual que Maldita.es de la International Fact-Checking Network (IFCN). También recordamos que el hecho de que se reporten efectos adversos de las vacunas no significa que este fármaco sea lo que los causa: pueden ser provocados por una enfermedad que ya existía antes de la vacunación, otro medicamento o que haya surgido este problema de salud por pura coincidencia. Os contamos.
El contenido presenta “muertes” y “daños” que no se corresponden con cómo los presenta EudraVigilance
El contenido que nos habéis remitido emplea datos actualizados a 29 de enero de 2022. Utiliza las mismas categorías de grupos de reacciones adversas que los informes de EudraVigilance e intenta presentar las cifras para cuatro de las cinco vacunas contra la COVID-19 aprobadas en ese momento por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, siglas en inglés), ya que no incluyen datos de Nuvaxovid.
Con estas categorías, el contenido dice mostrar el número de reacciones adversas para cada grupo y el número de muertes dentro de cada categoría. Así, suma el total de reacciones adversas y las señala como “lesiones” y hace lo mismo con el número de muertes.
Sin embargo, no es correcto hacer un sumatorio de efectos y fallecimientos de esta manera. Como deja bien claro EudraVigilance en su página de ‘información importante a tener en cuenta antes de consultar los informes de las vacunas COVID-19’, cada reporte que se remite sobre un paciente a la base de datos puede incluir varios efectos adversos, por lo que el número de efectos (y por tanto, el de fallecimientos) no es el mismo que el número de casos por persona.
Por ejemplo: si una persona experimenta vómitos y dolor de cabeza, se contará un caso en el grupo de reacción ‘trastornos gastrointestinales’ y otro caso en ‘trastornos del sistema nervioso’. No es posible interpretar el número de una reacción determinada como el número de personas que han sufrido una reacción desde los datos de EudraVigilance.
A esto se le suma que EudraVigilance toma información tanto de las agencias nacionales de farmacovigilancia —que notifican estos efectos— como de las compañías farmacéuticas, por lo que algunos reportes “pueden contener información duplicada”.
Otra de las diferencias que permite distinguir los contenidos desinformadores de los oficiales de EudraVigilance es que estos últimos no ofrecen los datos en función de “lesiones” y “muertes” (como sí lo hacen los primeros), sino que los desglosa por grupos de edad, quién notifica (sanitario o no sanitario), origen geográfico y resultado.
Además, dentro del apartado de resultado, hay diferentes categorías: fatal, no recuperado/no resuelto, inespecífico, recuperado/resuelto, recuperado/con secuelas, recuperándose/resolviéndose y desconocido. Otra clasificación que no queda recogida en los documentos desinformadores.
Ni los efectos adversos ni las “muertes” de los contenidos se corresponden con los datos de la EMA
Cada mes, la EMA presenta una actualización de seguridad de las vacunas contra la COVID-19. Este documento refleja las evaluaciones del Comité de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC, siglas en inglés) y recopila toda la evidencia disponible sobre efectos adversos de estas vacunas, basándose no solo en datos de EudraVigilance, sino de todo el mundo.
En estas actualizaciones, se dedica un apartado a presentar los datos de efectos adversos de Europa, donde se indica el número de efectos adversos reportados tras la vacunación y cuántos de estos casos han resultado en fallecimientos.
Así, si comparamos la fecha de los datos que dice presentar el contenido desinformador (29 de enero de 2022) con la actualización de seguridad más cercana a esa fecha (la de febrero de 2022, con datos actualizados a 30 de enero de este año), se puede ver que la vacuna de Pfizer registró 582.074 casos de efectos adversos, de los que 7.023 han resultado en fallecimientos; la de Janssen, 40.766 casos de efectos adversos, con 279 fallecimientos; la de Moderna, 150.807 efectos adversos y 834 fallecimientos; y la de AstraZeneca, 244.603 efectos adversos con 1.447 fallecimientos. Ninguna de estas cifras se corresponde a las que el contenido intenta mostrar.
Nuevamente, que se reporten estos efectos adversos no significa que la vacuna sea lo que los causa: puede ser provocado por una enfermedad que ya existía antes de la vacunación, otro medicamento o que se haya dado este problema de salud por pura coincidencia justo después de la inyección.
El contenido usa imágenes con el logo de la EMA y EudraVigilance sin su consentimiento
Por último, el contenido por el que nos preguntáis emplea logotipos, fragmentos de texto y sellos de la EMA y EudraVigilance para transmitir su desinformación (tratando de beneficiarse del argumento de autoridad que se atribuye a las instituciones oficiales). En Maldita.es hemos contactado con la oficina de prensa de la Agencia Europea del Medicamento, quien nos confirma que estas imágenes se usan sin el consentimiento de la EMA ni de la base de datos con el objetivo de “difundir información falsa y alimentar las dudas sobre las vacunas”.