Una frase que quizás hayas oído es que la fruta madura tiene más azúcar que la fruta más verde y comerla supone que engorde más. Pero esto no es exactamente así.
"El azúcar de la fruta es la que es. No aumenta por generación espontánea. Lo que pasa cuando madura la fruta es que los azúcares complejos se vuelven más simples por el efecto del etileno. Podemos decir que cambian los porcentajes y hay un mayor porcentaje de azúcares simples (más dulces) y un menor número de azúcares complejos (menos dulces)", explica a Maldita Ciencia el dietista-nutricionista Daniel Ursúa.
¿Y engorda más? Según el maldito dietista-nutricionista Sevi González, a medida que la fruta madura se van rompiendo los hidratos de carbono y van formando "estructuras más simples como son la fructosa y si madura más pues al final queda demasiada glucosa libre. Por este motivo una fruta madura tendría la capacidad de engordar más que una pieza de fruta con la madurez óptima para su consumo".
Ursúa señala que "los azúcares más simples requieren de un menor ‘trabajo’ por parte de nuestro sistema digestivo para ser absorbidos y, en consecuencia, sacian menos y, por otro lado, aumentan la curva de insulina necesaria para asimilarlos, pero eso no convierte a la fruta madura en poco recomendable". Puedes leer más sobre el tema en este artículo.
Primera fecha de publicación del artículo: 15/09/2020
Primera fecha de publicación de este artículo: 15/09/2020