¡Muy buenas, malditas y malditos! El equipo al completo de Maldita.es estamos desmintiendo los bulos y contestando a las preguntas que nos mandáis en sobre este coronavirus, la enfermedad COVID-19, el estado de alarma y las recomendaciones de organismos oficiales. Por tercera semana consecutiva, os traemos el Consultorio Especial Coronavirus, para que resuelva algunas de vuestras dudas.
Si tienes más preguntas, enviánoslas a nuestro WhatsApp (655198538), a nuestro e-mail ([email protected]) o a nuestras redes sociales (bien Twitter, o bien Facebook). ¡Vamos a ello!
¿Merece la pena comprar luces ultravioleta para desinfectar hogares?
Nos habéis preguntado si, para desinfectar zonas contaminadas por el coronavirus sería útil usar luces ultravioleta (UV). En primer lugar, si nos referimos a la piel, como te contábamos aquí, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desaconsejado totalmente su uso.
"Las lámparas de ultravioleta no deberían usarse para esterilizar las manos u otras áreas de la piel puesto que la radiación ultravioleta puede causar irritación en la piel", indica la OMS.
Cuando nos referimos a superficies y a si es o no recomendable comprar este tipo de lámparas para acabar con el virus en los hogares, Mónica Berjón Otero, investigadora especializada en Virología y Biología Molecular en el Max Planck Institute for Medical Research (Heidelberg, Alemania) contesta a Maldita Ciencia que "rotundamente no".
"La luz UV efectiva para acabar con virus (luz UV-C) es demasiado perjudicial para nosotros. Por lo tanto, su uso debe de estar restringido a personal experto con las medidas de seguridad necesarias. Actualmente, se está estudiando la posibilidad de usar una luz UV-C que no afecte a nuestras células (menos potente) para desinfectar las superficies, pero se efectividad aún está en fase de investigación", explica Berjón.
En cuanto a otras zonas, en China se están utilizando lámparas ultravioleta para desinfectar autobuses de coronavirus pero cuando están vacíos. Como te explicábamos aquí, el diario chino South China Morning Post informó en su página web sobre una compañía de transporte público en Shanghai (Yanggao) que desplegó unidades de luz ultravioleta para desinfectar los autobuses públicos. Esta técnica que requiere menos tiempo que la desinfección habitual, "condensaría el proceso de limpieza de 40 a 5 minutos", según el canal chino China Global Television Network.
¿Por qué los virus son sensibles a la luz ultravioleta? La luz consigue destruir los ácidos nucleicos y daña su ADN, dejándolos incapaces de realizar funciones vitales. Una investigación publicada en la revista Journal of Virological Methods analizó qué ocurría con un coronavirus anterior al actual, el SARS-CoV, y concluyó que el virus se inactivaba por luz ultravioleta a 254 nm, tratamiento térmico de 65 grados ºC en adelante y condiciones alcalinas (pH> 12) o ácidas (pH <3).
"Los coronavirus, en general, son sensibles a la radiación UV, que se usa en algunos caso para inactivar (hasta cierto punto) los virus. El problema que tiene la luz UV es que produce una esterilización muy superficial, de modo que (por ejemplo) si tenemos una solución con virus, es prácticamente imposible esterilizarla y eliminar el virus completamente, siempre queda algo de virus residual", explica a Maldita Ciencia Sonia Zuñiga, investigadora del Laboratorio Coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).
Por su parte, Fernando Usera, científico en el Servicio de Bioseguridad del CNB-CSIC, resalta a Maldita Ciencia: "La luz ultravioleta es muy buen germicida [que destruye gérmenes] pero no tiene penetración, ese es el problema".
Por eso mismo, esa radiación solo está indicada para determinados tipos de superficie. Zuñiga cuenta que se usa para superficies "lisas". "Es la luz que ponemos en las cabinas de flujo en las que trabajamos con virus (después de desinfectar con un agente químico) durante entre diez y veinte minutos", afirma.
Usera diferencia entre la forma en que se produzca esa radiación ultravioleta. Si es producida por una fuente de mercurio, será adecuada para materiales lisos y limpios a una distancia máxima de 90 centímetros y con una humedad relativa del 75%. En cambio, para una luz UV producida por una fuente de Xenon, al ser mucho más potente puede ejercer su acción a distancias de uno o dos metros, pero sigue sin tener penetración, por lo que la superficie debe ser lisa y encontrarse limpia.
Ambos expertos coinciden en que no es recomendable comprar lámparas ultravioleta para desinfectar los hogares y que incluso puede ser peligroso utilizarla. "Como dice la OMS, este tipo de radiación puede ser peligroso para la piel, los ojos, etc. Lo mejor para desinfectar en los hogares sigue siendo la tradicional lejía diluida, alcohol 70º, o agua y jabón. Así como mantener unas condiciones higiénicas adecuadas también dentro del hogar: lavarse las manos con frecuencia, toser y estornudar en el hueco del codo, etc…", aconseja. Organizaciones sanitarias como la OMS lo que recomiendan para los hogares son los desinfectantes comunes.
¿Servirían las lámparas con luz ultravioleta que se usan en algunos jardines para atraer a los mosquitos? Los científicos lo niegan. "Las trampas de insectos, al menos las que yo conozco, que son las más convencionales, emiten a una longitud de onda que atrae a los insectos y estos mueren por choque eléctrico cuando se acercan, no por la luz", puntualiza Usera.
Berjón añade que "la luz UV necesaria para inactivar virus es la UV-C mientras que la utilizada para los mosquitos es UV-A" y que "a UV-A no es capaz de desinfectar de manera efectiva".
¿Fumar nos hace más vulnerables ante el coronavirus?
En Maldita Ciencia ya explicamos que el humo de un cigarrillo no supondría un método de transmisión efectivo del coronavirus, es decir, no podrías contagiarte a través de él (tampoco mediante el aire, como ha concluido recientemente la Organización Mundial de la Salud). De nuevo en relación al tabaco nos habéis preguntado si es cierto que los fumadores son más vulnerables ante una infección por coronavirus.
Según el Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California, "cuando los pulmones de alguien están expuestos a la gripe u otras infecciones, los efectos adversos son mucho más graves entre fumadores que entre las personas que no fuman ni vapean". De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye el fumar entre los factores que pueden ser perjudiciales en personas contagiadas por el nuevo coronavirus.
Según explica a Maldita Ciencia Stanton Glantz, médico y director de Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California, "la gente que fuma o vapea generalmente es más susceptible a presentar infecciones y menos capaz de acabar con ellas". Esta es la conclusión que plasma en el texto, tras la revisión de diversos estudios sobre el tema (infecciones respiratorias en general, no COVID-19 específicamente).
Entre otros, este estudio con personas con neumonía asociada al nuevo coronavirus que habían estado en el hospital durante dos semanas concluye que las posibilidades de la progresión de la enfermedad (incluida la muerte) eran 14 veces mayores entre la gente fumadora en comparación con los no fumadores.
Este artículo publicado en Scientific American, resume cómo los hábitos de fumar y vapear afectan a los pulmones y al sistema inmune. Esto concuerda con la hipótesis de que ambos hábitos incrementan el riesgo de sufrir una infección, así como una peor evolución de la misma.
Como explica en el texto Melodi Pirzada, jefa de neumología pediátrica en el NYU Winthrop Hospital (Nueva York), los bronquios de los pulmones están recubiertos con pelos diminutos llamados cilios, encargados de eliminar los microbios y residuos de las vías respiratorias. Gracias a las células caliciformes, estos secretan moco que ayuda a proteger el revestimiento de los bronquios y a atrapar microorganismos. "Sabemos que esta función se ve afectada en fumadores habituales", explica Pirzada en Scientific American.
Sin embargo, todavía hacen falta estudios que analicen la incidencia del hábito en la COVID-19. "No tenemos todos los pequeños detalles sobre esto", indica Glantz en Scientific American. "Pero en base a lo que sabemos hasta ahora[...], es lógico que disminuya su riesgo si se deja de fumar". Después de todo, agrega Glantz, "¿cuál es el inconveniente?"
El Departamento de Salud Pública de California proporciona aquí información sobre el tema. Además, el Trinity Health recomienda dejar de fumar como medida de protección frente al nuevo coronavirus. También la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), indica que vapear y fumar podrían incrementar los riesgos por COVID-19.
¿Qué sabemos sobre la lactancia en relación al coronavirus?
Otra de las preguntas que nos habéis planteado a lo largo de esta semana tiene que ver con la lactancia. En concreto, si una madre con COVID-19 puede seguir dando el pecho o si debería dejar de hacerlo, por el posible riesgo de que el bebé se infecte.
Las evidencias científicas indican, en base a los resultados negativos para el COVID-19 de las muestras de leche analizadas hasta la fecha, que no hay peligro de contagio madre-hijo por esta vía. Esta es la conclusión sugerida por estudios como este, publicado en la revista científica The Lancet. "Los resultados mostraron que las muestras de leche de madres infectadas por coronavirus estaban libres del SARS-CoV-2", inciden los autores.
El Ministerio de Sanidad señala en este documento que "aun no existiendo datos suficientes para hacer una recomendación en firme sobre el amamantamiento en el caso de mujeres infectadas por SARS-CoV-2 es importante insistir en que la lactancia materna otorga muchos beneficios como el potencial paso de anticuerpos madre-hijo frente al SARS-CoV-2, por ello y ante la evidencia actual se recomienda el mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento, siempre que las condiciones clínicas del recién nacido y su madre así lo permitan".
El documento del ministerio recuerda que la Organización Mundial de la Salud recomienda mantener el amamantamiento tanto para casos de madres confirmada como probables, siempre y cuando se mantengan medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto. En casos de madres con enfermedad grave aconseja recurrir a la extracción de la leche.
"Para los casos de madres lactantes fuera del periodo postnatal inmediato y que se infectan o hay sospecha de infección por el SARS-CoV-2 se recomienda extremar las medidas de aislamiento (higiene de manos y mascarilla facial) y seguir amamantando al neonato o bien hacer una extracción de la leche tomando las máximas precauciones de aislamiento (higiene de manos y mascarilla) y que esta sea administrada al neonato por un cuidador sano", señala el texto del ministerio.
Por su parte, y en base a los datos disponibles, la Academia Española de Nutrición y Dietética y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) recogen en este documento sobre las recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria del COVID-19 que "resulta difícil pensar que una madre infectada puede transmitir a través de su leche la enfermedad a su bebé recién nacido".
"La leche materna se ha demostrado como el alimento óptimo para la nutrición y salud de bebés y mujeres, por lo tanto, los bebés nacidos de madres con sospecha o confirmación de COVID-19 deberían ser alimentados de acuerdo a las pautas estándar de alimentación infantil, si la madre lo desea, aplicando las medidas necesarias para prevenir el contagio madre-bebé", señala el documento.
Para ello, mantiene las recomendaciones generales de las autoridades sanitarias: lavarse las manos antes de tocar al bebé y usar una máscara facial, si es posible, durante la lactancia. En el caso de que la madre decida extraer la leche, manualmente o utilizando un extractor, también debe lavarse las manos antes de tocar los utensilios y realizar una limpieza adecuada después de cada uso, usando de nuevo la mascarilla.
"Los beneficios de la lactancia materna demostrados superan cualquier riesgo potencial de transmisión del virus a través de la leche materna", señalan la Academia y el CGCODN.
No obstante, el Ministerio de Sanidad subraya que la decisión final sobre el tipo de alimentación del recién nacido deberá consensuarse entre la paciente y el equipo médico, en base a los conocimientos científicos de cada momento y el estado de salud de la madre y el recién nacido.
¿Es cierto que la lejía puede evaporarse y dejar de desinfectar?
Varios de vosotros nos habéis preguntado por una imagen en la que se puede leer que la lejía "con el agua caliente se evapora y ya no desinfecta, por eso debe usarse siempre con agua fría". Esto es cierto.
"Sí, la lejía debe usarse con agua fría", confirma a Maldita Ciencia Gemma del Caño, experta en industria alimenticia, y añade que hay que renovar esta mezcla cada día. "Esta se evapora y no podemos garantizar su concentración. Debemos preparar la lejía diariamente y en agua fría en las proporciones adecuadas, esa es la única alternativa", explica la experta.
De hecho, este es el principal problema relacionado con las toallitas caseras hechas con lejía por las que ya nos preguntabais hace unos días. Como ya te contábamos aquí, rociar toallitas húmedas con una mezcla de lejía diluida en agua podría ser un método útil de desinfección de superficies, pero limitado. "Quizá podría servir la primera toallita pero a partir de ahí la lejía se va evaporando y en la segunda habremos perdido efectividad".
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) proporciona una serie de recomendaciones si utilizamos lejía para desinfectar: eliminar previamente la suciedad con agua y jabón, respetar la dosis recomendada (con unas gotas basta), diluirla en agua fría, prestar atención y llevar cuidado con posibles salpicaduras en la cara, ojos y ropa y ventilar bien tras su uso.
Según la página web de la Comunidad de Madrid, para que la lejía sea eficaz hay que limpiar previamente las superficies con bayetas húmedas, para recoger el polvo y, después, limpiarlas de nuevo con otra bayeta humedecida en una disolución de lejía al 1:50. ¿Cómo conseguir esta mezcla? Lo explican aquí.
- Coger 20 ml de lejía casera, no importa la marca.
- Echarlo dentro de una botella de 1 litro.
- Rellenar la botella con agua del grifo hasta completar.
- Cerrar y darle la vuelta varias veces para mezclar.
Además, vuelven a hacer hincapié en la necesidad de preparar la mezcla el mismo día de su uso para que esta sea efectiva.
Y por último...
Os recordamos que para diagnósticos concretos y dudas médicas, la mejor opción sera recurrir a un profesional sanitario que estudie el caso y os recomiende la solución o tratamiento más adecuado. En esta época de confinamiento, muchos sanitarios están atendiendo a pacientes por vía telefónica, email o vídeollamadas. Para todo lo demás, ¡podéis contar con Maldita Ciencia! Estaremos encantados de dar respuestas a vuestra preguntas.