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Manchitas blancas en las uñas, la relación entre los alimentos y olor de la orina y lavarse el pelo diariamente: llega el 80º consultorio científico a Maldita Ciencia

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¡Buenos días, malditas y malditos! Una semana más contestamos a las dudas que nos habéis planteado estos días a través de nuestro consultorio científico. ¿Alguna vez te has preguntado por qué salen manchitas blancas en las uñas? ¿Y te has fijado en que el pis huele peor después de comer espárragos? ¿Eres de los que se lava el pelo a diario y te preguntas si lo estás castigando? ¿Es peligroso hornear la comida utilizando papel de aluminio? ¡Hoy resolvemos todas estas dudas!

Como ya adelantábamos la semana pasada, si quieres formar parte de nuestro podcast Maldita la Hora, ¡ahora puedes! ¿Cómo? Mándanos tus consultas a través de un audio. Para hacérnoslo llegar, ya sea así o como la consulta escrita habitual, los medios son los de siempre: WhatsApp (655198538), e-mail ([email protected]) o redes sociales (tanto Twitter como Facebook). ¡Vamos allá!

Las manchitas blancas que salen en las uñas, ¿se deben a falta de calcio?

No siempre aparecen y, de hecho, muchas veces nos preguntamos por su origen cuando lo hacen. Para aclarar las dudas sobre estas pequeñas manchitas blancas de las uñas, nos lo habéis preguntado claramente: ¿qué son en realidad? ¿Aparecen por falta de calcio y otros nutrientes? Lo cierto es que no: su nombre es leuconiquia y las causas que la provocan son muy variadas.

"No es cierto que las manchas blancas en las uñas sean debidas a falta de calcio", confirma a Maldita Ciencia Lourdes Navarro, dermatóloga experta en uñas de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Las causas de estas marcas, que pueden tener diferentes tamaños y formas, pueden ser desde traumatismos en las uñas, infecciones locales o sistémicas, uso de determinados medicamentos o enfermedades generales o específicas de esta parte del cuerpo.

"Las manchas blancas puntiformes que se ven con frecuencia en las uñas de las manos suelen estar desencadenadas por traumatismos de repetición en la zona proximal de la uña", aclara Navarro. Como explica la experta, estos traumatismos producen una alteración en la formación de la uña a nivel de la matriz (la parte viva de la uña, situada en su base). Sus consecuencias, estas manchas blancas, van desplazándose a medida que la uña crece.

Las causas más habituales son moderse las uñas, una manicura excesiva, o un traumatismo importante en ellas. "La aparición de esta leuconiquia puntiforme no es inmediata, debido al lento crecimiento de las uñas. Cuando las vemos debemos intentar recordar qué ha pasado unos meses antes para intentar encontrar una explicación", apunta la dermatóloga.

Otra situación frecuente en la que aparecen es en personas que llevan las uñas pintadas durante largos períodos de tiempo. "Al retirar el esmalte convencional, se producen unas manchas blancas puntiformes en la zona media distal de la uña (alejada de su base). En estos casos la causa es una degradación de la queratina de la uña", sostiene Navarro.

Existen, sin embargo, otro tipo de manchas, que difieren de las que incluye la leuconiquia y que son consecuencia de diferentes enfermedades y mucho menos comunes. "Estas pueden aparecer en enfermos renales o hepáticos en estadios avanzados. Es lo último que se suele mirar: las uñas de estos pacientes", explica a Maldita Ciencia Sara Gómez Armayones, dermatóloga en el Hospital Clinic de Barcelona. "También en casos de intoxicación grave por arsénico, pero es algo rarísimo", añade.

Estas pueden ser líneas de Beau, pequeñas depresiones causadas al interrumpirse el crecimiento de la uña por alguna enfermedad o condición; líneas de Mees, muy raras y debidas a una intoxicación por metales pesados o arsénico o líneas de Muehrcke, consecuencia de enfermedades avanzadas hepáticas o renales.

¿Es peligroso hornear la comida utilizando papel de aluminio?

No es la primera vez que nos preguntáis por métodos o instrumentos de cocina; de hecho, ya hablamos sobre el teflón de las sartenes o de la acrilamida y por qué no es recomendable tostar los alimentos demasiado a prepararlos. Esta vez, vuestra duda es si utilizar papel de aluminio en el horno (para cocinar al papillote, por ejemplo), puede repercutir negativamente en nuestra salud.

Según cuenta a Maldita Ciencia Gemma del Caño, especialista en industria alimentaria, el aluminio es un metal pesado y, a diferencia de otras sustancias, sí puede provocar efectos en el organismo por acumulación de grandes cantidades. "Pero claro, siempre hay que saber qué son grandes cantidades, cuándo migraría del papel de aluminio al alimento y durante cuánto tiempo", añade la experta.

Para poder comercializarse, el papel de aluminio tiene que realizar unos ensayos de migración en los que se demuestren las cantidades de metal que pasan al alimento. El máximo permitido en el caso de este metal y lo recomendado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), tanto para el papel que utilizamos en casa como para todos los envases que lo contienen, es de 1mg/kg de alimento. Siempre y cuando lo utilicemos a las temperaturas adecuadas, no se superará esas cantidades. También la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recoge estos límites.

"Este papel aguanta muy bien las altas temperaturas, por eso solemos usarlo en el horno", indica del Caño y añade que, al estar también expuestos a este metal en instrumentos de cocina, como ollas o sartenes, los ensayos de migración deben garantizar que no se superan cantidades peligrosas.

Entonces, ¿es peligroso cocinar al papillote utilizando el material? "Es evidente que usar este método de vez en cuando no supone absolutamente ningún riesgo: sería realmente difícil superar las cantidades máximas", confirma del Caño. Albert Monferrer, tecnólogo alimentario y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, coincide, y explica a Maldita Ciencia que la migración de aluminio a los alimentos cocinados envueltos en él es muy pequeña. "Solo una pequeña parte de este será absorbida por nuestro organismo: la mayoría se irá en las heces e insisto que seguirá siendo una cantidad muy pequeña debida a la migración", incide.

Aun así, del Caño hace un inciso: los productos ácidos sí pueden hacer que migre más cantidad de aluminio a los alimentos por lo que, si queremos asegurarnos, la solución será evitarlo (tanto en ollas como en técnicas de cocinado) con alimentos ácidos como el vinagre.

Para terminar, Monferrer repite que no hace falta establecer y seguir precauciones especiales en el uso del papel de aluminio para este cometido, "a no ser que comamos en papillote cada día o que nos dediquemos a lamer este papel".

Si aun así te preocupa, del Caño y Monferrer recuerdan que, para estas técnicas de cocinado, existen estuches específicos de silicona que consiguen que el alimento quede prácticamente igual sin tener que utilizar el papel de aluminio. "¡El papillote es una gran técnica para comer alimentos saludables!", concluye del Caño.           

¿Es bueno lavarse el pelo diariamente?

Que si es peor para el cuero cabelludo, que si hace que este se ensucie antes... En definitiva: que no es bueno. Esto es lo que os ha llegado en relación a la costumbre de lavarse el pelo diariamente y nos habéis preguntado si es o no cierto. En realidad, no lo es: cada persona, en función de su tipo de pelo y características personales, como la cantidad de grasa que produce su piel, deberá lavárselo más o menos veces para mantenerlo limpio.

"Hay personas que tienen un cabello que necesitan lavar todos los días, especialmente los hombres, porque producen más grasa, o las personas con el pelo largo y liso, porque la grasa se extiende más fácilmente desde la superficie de la piel hasta las puntas", explica a Maldita Ciencia David Saceda, miembro del Grupo Español de Tricología de la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV).

De hecho, no existe una recomendación específica acerca de cuánto debemos lavarnos el pelo: cada persona tendrá que hacerlo con una frecuencia diferente según su tipo de cabello, su forma, su largo, y su secreción grasa.

Es decir, lavarse el pelo todos los días no es perjudicial ni repercute negativamente a nuestra salud capilar. "Es un mito muy extendido, pero no tiene nada de real. Aunque la suciedad del cabello depende de muchos factores, el más importante es la secreción de grasa de nuestra piel. Esta cambia con la edad en su cantidad y en su composición", indica el experto. "Además, también hay periodos del año o situaciones de estrés que pueden alterar la formación de grasa", indica.

Lo que sí hay que tener en cuenta en el caso de que nos lavemos el pelo todos los días, es el producto que utilicemos para hacerlo. "Debemos usar un champú adecuado, de uso frecuente, que no dañe el tallo del cabello y nos deje un aspecto demasiado reseco o encrespado", concluye.

¿Qué factores influyen en el olor de la orina?

La última de las preguntas que nos habéis planteado tiene que ver con un hecho bastante común. Os habéis fijado en que, al comer espárragos, el olor de la orina cambia, volviéndose más desagradable y fuerte. Lo mismo sucede cuando estamos deshidratados, al estar más concentrada, o si sufrimos determinados síndromes, como el síndrome de olor a pescado. El olor de la orina depende de la cantidad y concentración de los distintos residuos excretados por los riñones.

https://twitter.com/LluisMontoliu/status/1232261241806217217?s=09

Por norma general, y según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, si ingerimos el líquido suficiente y mantenemos un estilo de vida saludable, la orina no tiene por qué presentar un olor fuerte. Aun así, el artículo hace hincapié en que la mayoría de los cambios en su olor no tienen por qué ser una señal de enfermedad (y, de hecho, desaparecen con el tiempo). "Algunos alimentos y medicamentos, entre ellos las vitaminas, pueden afectar el olor de la orina", explican, y ponen como ejemplo, de nuevo, el caso de los espárragos.

No obstante, hay algunas afecciones que también pueden influir en el cambio de su olor. Según la Clínica Mayo, algunas de estas pueden ser la cistitis, la cetoacidosis diabética, trastornos metabólicos o diabetes tipo 2.

Una de las enfermedades metabólicas que puede interferir en el olor de la orina, pero también del sudor, es la trimetilaminuria, más conocida como el síndrome de olor a pescado. La responsable del mal olor característico de este síndrome es la trimetilamina, el resultado de la degradación por parte de las bacterias intestinales de un nutriente denominado colina, del que te hablábamos aquí.

Por otro lado, la colina, indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, la incorporamos, principalmente, a través de alimentos como los huevos, en vísceras de pollo y ternera, las semillas de mostaza y la soja cruda. Hay otros alimentos que directamente inhiben la actividad de la enzima FMO3 (responsable de metabolizar la trimetilamina), como coles de Bruselas, brócoli, repollo, coliflor, guisantes, judías, espinacas o alubias

Teniendo en cuenta estos factores, y a través de la dieta, se puede tratar de disminuir su impacto sobre el olor corporal. Sin embargo, hay que hacer hincapié en el peligro que supone eliminar o limitar en gran medida el consumo de alimentos ricos en colina, ya que esta es imprescindible para nuestro organismo. "La restricción de alimentos ricos en colina puede ocasionar daño hepático, neurológico e incluso podría aumentar la predisposición al cáncer, de ahí que ningún tipo de restricción esté recomendada en niños y embarazadas", indica este estudio.

Además del olor, en este otro artículo te explicábamos lo que significaba el color de cada orina, con la ayuda de los amigos malditos de Yo, doctor.

Y como cada semana...

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En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Albert Monferrer para la consulta sobre utilizar papel de aluminio para cocinar al papillote.

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