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El 16 de septiembre la Comisión Europea presentó su propuesta de ley para la nueva “Media Freedom Act” (EMFA) o Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación. Es la primera vez que dentro de la Unión Europea se proponen garantías comunes para la libertad de los medios y su pluralidad. Además, completará los esfuerzos de otras normas como la Ley de Servicios Digitales o la Directiva contra demandas estratégicas contra la participación pública.
Aquí te contamos por qué surge esta propuesta de ley, en qué aspectos se centra y cuáles son algunas de las preocupaciones de Maldita.es con respecto a la propuesta.
Las claves de la propuesta
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior y Servicios que ha liderado la propuesta, explicaba: “Las empresas de medios de comunicación juegan un papel vital, pero se enfrentan a la caída de los ingresos, las amenazas a la libertad y el pluralismo de los medios, el surgimiento de plataformas en línea muy grandes (redes sociales) y un mosaico de diferentes normas nacionales”.
La idea de la Comisión Europea es redactar una norma que proteja la importante labor de los periodistas dentro de un sistema democrático y que abogue por la transparencia, la seguridad de los profesionales y el derecho a una información independiente.
En la propuesta se introduce la obligación para los medios de hacer pública cierta información empresarial: su nombre legal y datos de contacto, el nombre de sus propietarios directos o indirectos y el de sus beneficiarios. También se exige que se hagan públicos los posibles conflictos de interés que puedan afectar a su contenido. Por ejemplo, si un gobierno financia gran parte del contenido de un medio de comunicación, el lector debe saberlo. En Maldita.es, desde el primer día te contamos cómo se financia nuestro trabajo y a qué se destina de manera transparente y pública.
Esta transparencia es una de las bases para intentar que los medios no se conviertan en vías propagandísticas para gobiernos nacionales y extranjeros y puedan informar sin intromisiones. Por otro lado, hacer pública cierta información sobre quién tiene la propiedad de un medio, quién lo financia o qué conflictos de intereses pueden surgir, busca recuperar la confianza de los ciudadanos en los medios informativos tras un tiempo de tendencia negativa.
También incide en la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en grandes grupos, un problema que puede privar a los ciudadanos de la diversidad de voces y opiniones, y en la mejora de la protección de los periodistas y sus familiares ante casos de espionaje o vigilancia.
Peligro: ¿qué es un medio de comunicación?
Dentro de las medidas que propone la EMFA, se recoge una consideración sobre los medios y la moderación de su contenido en plataformas y redes sociales (Artículo 17). Se habla de desarrollar una funcionalidad que permitiría a los usuarios “auto-declararse” como “medio de comunicación”. Las plataformas tendrían más difícil moderar el contenido generado por esas cuentas y tendrían que hacer una notificación previa antes de tomar cualquier tipo de acción sobre él.
Desde Maldita.es defendemos la enorme importancia que los medios de comunicación y la prensa libre tienen para la sociedad. Sin embargo, tal y como está ahora mismo la propuesta, ese artículo podría provocar que webs organizadas de producción de desinformación y otras que cometen errores y nunca avisan de ello a sus lectores se autodeclaren como “medio de comunicación” para aprovecharse de estas ventajas. Hay muchas que ya lo hacen.
Es cierto que el propio texto pone límites: dice que esos privilegios no pueden implicar que las plataformas digitales infrinjan sus obligaciones contra la desinformación establecidas por ejemplo en la ley de Servicios Digitales que está a punto de entrar en vigor. Además excluye a los medios de comunicación dependientes de los gobiernos.
También habla de que esos medios “autodeclarados” tienen que participar en algún código de autorregulación periodística nacional o internacional, pero algunos de esos códigos no son más que declaraciones de buenas intenciones cuyo cumplimiento no verifica nadie. Incluso algunos de los más avanzados fiscalizan cuestiones organizativas, pero no analizan el contenido ni comprueban si el “medio” difunde desinformación de forma continuada.
Desde Maldita.es creemos que definir qué es y qué no es un medio de comunicación es una cuestión fundamental para la sociedad que no puede depender de una “autodeclaración” que cualquier web desinformadora pueda hacer. Tampoco creemos que sea una plataforma digital quien deba decidir si esa declaración es cierta o no.
Estamos a favor de que los medios de comunicación puedan apelar rápidamente una restricción de contenido y de que esas acciones se tomen por motivos claros, justificados y transparentes. Proteger a los medios de comunicación que hacen su trabajo de acuerdo a la deontología periodística tiene que ser una prioridad. Sin embargo, las etiquetas que dan contexto a un contenido desinformador en una plataforma digital o las restricciones a la visibilidad de algunas mentiras se han demostrado como herramientas muy útiles en la lucha contra la desinformación y no tiene sentido ayudar a los desinformadores a librarse de ellas disfrazándose de medios.
Si estos problemas se solucionan a lo largo del debate legislativo, puede que tengamos una Ley Europea de Libertad de los Medios que merezca la pena. Nosotros intentaremos hablar con instituciones públicas y privadas para hacerles ver nuestra postura y nuestros razonamientos, y os seguiremos informando según avance el proceso en el Parlamento Europeo y en el Consejo de la Unión Europea.