La existencia de discursos de odio en la red no es un problema específico de adolescentes y jóvenes, ni exclusivo de la conversación online, pero sí sabemos que el espacio digital favorece su proliferación y difusión y que la población más joven está especialmente expuesta en sus usos cotidianos de las redes sociales y la navegación por internet. De hecho, un 38,1% señaló haber visto, en el último año, “páginas donde la gente publica mensajes que atacan a ciertos individuos o colectivos”. De ahí que Fad y Maldita.es, con el apoyo de Google.org, hayan puesto en marcha el proyecto “No More Haters” para analizar, sensibilizar y formar a adolescentes y jóvenes (14-29 años) en la identificación y manejo del discurso del odio al que frecuentemente se enfrentan en su vida online.
Dentro de este proyecto hoy se han presentado las principales conclusiones de la investigación “Romper cadenas de odio, tejer redes de apoyo: Los y las jóvenes ante los discursos de odio en la red”-realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad entre jóvenes de 14 a 29 años- y la app “No More Haters”, una aplicación dirigida a estas mismas edades que les ayude a identificar los discursos de odio, superar prejuicios y estereotipos, fomentar el diálogo intercultural, y dando herramientas de juicio crítico para las interacciones online. La app va acompañada de una guía docente para identificar el discurso del odio desde las aulas.
En el evento han intervenido la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura; la cofundadora y CEO de Maldita.es, Clara Jiménez; el investigador del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Stribor Kuric; y la coordinadora editorial de proyectos de Maldita.es, Laura Chaparro.
Tras la presentación de la investigación y la app se ha celebrado la mesa de diálogo “El discurso de odio en redes. Perspectiva desde colectivos afectados” en la que han participado Charo Alises, jurista en FELGTB y Selene de la Fuente, abogada y técnica de Igualdad en Secretariado Gitano.
Para la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura: “Queremos contribuir a visibilizar el riesgo que supone que las redes sociales, espacio natural de convivencia de adolescentes y jóvenes, se contaminen con discursos de odio que son la antesala a la discriminación. Combatir este problema depende en gran medida de ellos y ellas pero necesitan apoyo y formación para aprender a identificarlo y no participar en su difusión. Puede que muchos y muchas no sean conscientes de que compartiendo un meme de humor que estigmatiza a un colectivo, por ejemplo, están contribuyendo a ese discurso del odio tan peligroso”.
Por su parte, la cofundadora de Maldita.es, Clara Jiménez Cruz, ha señalado: “La desinformación impulsa de forma muy peligrosa los mensajes de odio y ha encontrado en las redes sociales el canal ideal para llegar a los más jóvenes. Este tipo de mensajes son contrarios a una educación plural, diversa y basada en el respeto que debemos conseguir como sociedad. Con este proyecto esperamos que jóvenes y adolescentes desarrollen un espíritu crítico y sepan identificar este tipo de contenidos".
Lo que piensan los jóvenes
Según la investigación “Romper las cadenas de odio, tejer redes de apoyo: Los y las jóvenes ante los discursos de odio en la red” -realizada mediante diversos grupos de discusión de jóvenes entre 14 y 29 años para conocer su percepción, actitudes y experiencias con los discursos de odio en la red- los y las jóvenes españoles son muy conscientes de que en las redes sociales se enfrentan a algunos mensajes con una carga ideológica y política a edad temprana, cuando no tienen la preparación necesaria para asimilarlos adecuadamente, ni para distinguir algunas fronteras entre lo aceptable y lo intolerable.
Perciben los discursos de odio como un peligro y les afectan en la manera de comportarse, a sus hábitos y a lo que comparten o no en redes. Cuando hablan de su día a día ante estas narrativas emergen emociones tales como la angustia, la ansiedad, el estrés, pero sobre todo domina el miedo; les preocupa que este odio pueda traspasar la pantalla y llegar a la vida real.
Entre los colectivos vulnerables objeto de odio identifican especialmente a personas inmigrantes y colectivos LGTBI; también a mujeres abiertamente feministas. Consideran que el entorno virtual es un espacio que transmite y multiplica el discurso de odio, pero que también genera estrategias y herramientas para combatirlo (movimiento feminista, antirracistas…).
Los motivos que destacan los y las jóvenes sobre los generadores de discurso de odio son la ignorancia o incapacidad para el debate, falta de contacto, malas experiencias, la inmadurez, aburrimiento, complejos de inferioridad o la asimilación de códigos y conductas nocivas, llamar la atención.
En general, los y las jóvenes participantes en el estudio tienen la premisa de no retroalimentar el odio, no responder ni intentar razonar con personas que generan odio porque lo amplifica. En su opinión, ignorando se desactiva el interés por llamar la atención. Saben que es necesario denunciar, pero entienden el silencio, por miedo a empeorar la situación o parecer débil y por la sensación de desprotección e impotencia.
Los y las jóvenes ven internet como “ciudad sin ley” o “campo de batalla”. Demasiado grande como para ser controlado y el odio es una contrapartida de poder disfrutar de la necesaria libertad. Se considera que el control o la regulación depende de los usuarios y usuarias, el resto sería censura. El anonimato y la despersonalización, la capacidad de altavoz, que ayuda a generar una sensación de pertenencia a una comunidad, y la desinformación hacen que proliferen los discursos de odio online.
Uno de los peligros de internet es la normalización y legitimación de determinados discursos de odio solamente porque son muy comunes o tienen una amplificación muy elevada (negacionismos, por ejemplo).
Consideran que las plataformas no cuentan con las herramientas adecuadas ni la implicación necesaria para controlar el odio. Enfatizan la necesidad de facilitar mecanismos de control y denuncia. Se observa una demanda de “filtros” que criben las noticias verdaderas y falsas, y faciliten a los usuarios y usuarias esa labor, desde un lugar que no requiera de una actitud tan proactiva.
Demandan más claridad en las normas, más coordinación institucional, hacer partícipes a las comunidades vulnerables, normalizar la denuncia, ajustar el código penal, incluir la figura del “moderador”, las sanciones deben ser proporcionadas y graduadas según tipología y gravedad.
¿Qué estrategias proponen para combatir el odio en redes?
Los y las jóvenes creen necesario trabajar en valores y emociones. Sienten la necesidad de aprender a tener un pensamiento crítico y a trabajar en el desarrollo de su propia inteligencia emocional. Ven importante la alfabetización digital para poder combatir el discurso de odio. En los centros educativos reclaman que se generen espacios y contextos para hablar del discurso de odio. También formar a los y las docentes y perseguir la ejemplaridad en el entorno familiar.
En cuanto a la formación de la opinión pública ven necesario visibilizar las injusticias y sensibilizar. Los y las jóvenes afrontan los discurso de odio con:
- Activismo: los y las jóvenes entrevistadas exponen que adoptan una postura activista ante los discursos de odio como una forma reivindicativa de enfrentarse directamente a la intencionalidad de los mensajes, el hacer daño.
- Pedagogía: está muy vinculada a la etapa inicial del uso de las redes sociales. Entrar al trapo para convencer ante el odio. En etapas posteriores, las respuestas pedagógicas solo se adoptan cuando el odio proviene del propio entorno.
- Denuncias y bloqueo: puede llegar a convertirse en algo automatizado y habitual, aunque no se tiene demasiada confianza en su efectividad. También depende de si se hace públicamente (con carácter más activista) o por privado (con enfoque más pedagógico).
- Cuidados y red: la red personal que la persona usuaria crea se define como una suerte que mitiga el impacto del odio. También cumple una funcionalidad para la reafirmación de la propia identidad.
- Denuncias legales: acudir al sistema judicial no es sencillo ya que en muchas ocasiones no se sabe si lo que se está viviendo es denunciable y puede ser un proceso largo y costoso. Además, también se desconfía de la policía, al considerarla como sistema parcial e ideologizado.
App y guía docente "No more haters"
En el evento también se ha presentado la app “No More Haters. ¡Rompe la cadena del odio!” creada para que los y las adolescentes puedan identificar el discurso del odio e interioricen las claves para combatirlo.
Se trata de una web-app responsive, en castellano y en inglés, dirigida a adolescentes y jóvenes de entre 14 y 29 años. La web-app incluye juegos para que los usuarios identifiquen y reaccionen ante situaciones de odio y sumen puntos si aciertan. Los juegos consisten en adivinar palabras relacionadas con el odio, identificar desinformaciones y ser protagonistas de situaciones de odio como víctima o testigo, para saber cómo reaccionarían. También se incluye un ranking de puntos y un buscador de bulos para que consulten las desinformaciones que les lleguen.
La web-app se puede descargar en las principales plataformas como Google Play y App Store y también se puede jugar desde la web en https://play.nomorehaters.es/
Además, la web-app incluye la opción de jugar en modo clase y para eso se ha diseñado una guía docente de apoyo para los profesores que incluye objetivos didácticos, ejercicios offline y online y criterios de evaluación. La guía didáctica, disponible en castellano y en inglés, puede descargarse desde la web del proyecto: https://nomorehaters.es/docs/GUIA_DOCENTE_NMH.pdf
El objetivo tanto de la web-app como de la guía docente es promover la reflexión y prevenir manifestaciones de odio e intolerancia entre adolescentes y jóvenes de 14 a 29 años. Es decir, que puedan convertirse en sujetos activos en la búsqueda de soluciones y en el combate frente al odio; promoviendo procesos que faciliten identificar los discursos de odio, superar prejuicios y estereotipos, fomentar el diálogo intercultural, y dando herramientas de juicio crítico para las interacciones online.
Tanto la web-app como la guía docente se han creado tomando como base los aprendizajes de la investigación, a partir de las percepciones, actitudes y conocimientos reflejados por los y las jóvenes.