“Suiza es el PRIMER PAÍS QUE PROHÍBE LA MAMOGRAFÍA. EL MAYOR CRIMEN CONTRA LAS MUJERES”, afirma un contenido viral por, supuestamente, “estimular esta prueba el crecimiento tumoral”. Pero es un bulo: en Suiza el Gobierno federal no ha prohibido las mamografías, según ha indicado la Oficina Federal de Salud Pública de Suiza a Maldita.es, y la mayoría de los cantones suizos (el equivalente aproximado a las comunidades autónomas en España) tienen un programa de cribado de este tipo.
En 2014, el Consejo Médico Suizo solicitó detener el cribado de cáncer de mama generalizado a través de mamografías, pero no su uso al completo, y no lo hizo porque supuestamente aumenten el riesgo de desarrollar cáncer, sino por evitar los sobrediagnósticos, es decir, detectar casos que no supondrán un problema para las pacientes y tratarlos, con las molestias y gastos que eso supone.
En cualquier caso, la evidencia científica apoya el uso de los cribados de mamografía para detectar el cáncer de mama en mujeres mayores de 50 años.
El Gobierno federal suizo no ha prohibido las mamografías
“Suiza no ha prohibido las mamografías. Los programas de cribado [pruebas diagnósticas que se hacen de forma generalizada a personas en principio sanas para distinguir aquellas que probablemente estén enfermas de las que probablemente no lo están] los establecen los cantones”, señalan a Maldita.es desde la Oficina Federal de Salud Pública de Suiza. Los cantones son las unidades administrativas que forman el Estado suizo federal, llamado oficialmente Confederación Suiza.
La mayoría de los cantones suizos tienen un programa de cribado del cáncer de mama, como se ve en el siguiente mapa de Swiss Cancer Screening, a 21 de mayo de 2024. “Para las mujeres mayores de 50 años, la mamografía es la prueba principal para detectar este tipo de cáncer. Se invita a estas mujeres a hacerse una mamografía cada dos años”, afirma en su web la Liga Suiza contra el Cáncer.
Unas recomendaciones no vinculantes de 2014 que no dicen que las mamografías causen cáncer
El bulo se basa en un ensayo publicado en 2014 en la revista científica The New England Journal of Medicine con la opinión del Consejo Médico Suizo. Su posicionamiento fue recomendar que no se introdujeran nuevos programas de cribado mamográfico generalizado, que se pusieran límites de tiempo a los programas actuales, que se evaluara la calidad del cribado y que las mujeres recibieran información clara sobre los beneficios y los perjuicios. Uno de los motivos que daba el Consejo Médico Suizo para su posicionamiento fue el riesgo de sobrediagnóstico que conllevan estos programas, al detectar tumores que, de no haberse descubierto, no hubiesen causado síntomas. Esto implica repetir mamografías y hacer biopsias para cánceres que no afectarán negativamente a la salud.
Sin embargo, este posicionamiento científico proponía limitar, y no eliminar, las mamografías. Además, no se tomó en base a una supuesta “estimulación del crecimiento tumoral”, sino a que estos programas de cribado conllevan la detección y el tratamiento innecesario de tumores, que no habrían supuesto problemas, con un coste físico y emocional para la paciente como biopsias y otras pruebas diagnósticas innecesarias, además de las secuelas propias del tratamiento contra el cáncer.
Hay que añadir que las recomendaciones del Consejo Médico Suizo “no son legalmente vinculantes”, aclara la Oficina Federal de Salud Pública.
Por otro lado, la Liga Suiza contra el Cáncer, una organización perteneciente a la Asociación de Ligas Europeas contra el Cáncer, sí que “recomienda y apoya los programas de cribado del cáncer de mama” cuando se hagan siguiendo las “recomendaciones europeas de garantía de calidad”. Según esta organización, las ventajas de los programas de cribado (la detección temprana supone unos tratamientos menos agresivos, una mayor calidad de vida y menor número de muertes) superan a los inconvenientes.
El Consejo Médico Suizo terminó su actividad en 2022. Su misión consistía en realizar análisis de costes y beneficios de las intervenciones médicas, “contribuyendo así a una asistencia de alta calidad y a un uso eficiente de los recursos”. Fue creado en 2011 por la Federación de Médicos Suizos, la Conferencia Suiza de Directores y Directoras Cantonales de la Salud y la Academia Suiza de Ciencias Médicas.
Las mamografías se recomiendan a mujeres mayores de 50 años
Las mamografías usan radiación para explorar el tejido mamario y detectar en él anomalías que sirvan para diagnosticar casos de cáncer de forma temprana y mejorar así el diagnóstico de la paciente.
Para poner en perspectiva la cantidad de radiación que se utiliza en este tipo de pruebas es útil conocer algunos datos. El promedio de radiación natural, proveniente del suelo y la materia que nos rodea, que recibe una persona en España es de unos 0,6 mSv (miliSievert, unidad que mide la dosis de radiación absorbida por la materia viva) al año la radiación media que recibimos de los alimentos es de 0,2 a 0,8 mSv, según el informe sobre dosis de radiación del Consejo de Seguridad Nuclear. En cambio, la radiación que se absorbe de media de las mamografías, según el informe del Consejo, es de 0,51 mSv al año. “La radiación que emite es muy baja”, señaló a Maldita.es José E. Gordillo, especialista en radiodiagnóstico en el Área Sanitaria Norte de Córdoba .
Una revisión de la evidencia científica publicada en 2017 estimó el riesgo de cáncer de mama inducido por la radiación de las mamografías. El resultado mostró que la probabilidad de que las mamografías provoquen cáncer es “pequeña en relación con los posibles efectos beneficiosos del cribado”.
Para el Instituto Nacional Francés del Cáncer, el riesgo de muerte por cáncer inducido por radiación se sitúa entre uno y 10 de cada 100.000 mujeres que se han sometido a una mamografía cada dos años durante 10 años. “El número de muertes que se evitan con el cribado supera con creces el riesgo de muerte por cáncer inducido por la radiación”, concluyen.
Eso sí, no hay pruebas de que las mujeres menores de 40 años se beneficien de las mamografías, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda programas organizados de cribado por mamografía en mujeres de entre 50 y 69 años, con pruebas cada dos años. Los resultados de este cribado sugieren una reducción en la mortalidad por cáncer de mama de en torno un 20% tras 11 años de seguimiento, según la OMS.
En resumen, no es cierto que Suiza haya prohibido las mamografías por un supuesto riesgo de que estimulen el crecimiento de tumores. Aunque es cierto que la radiación de pruebas médicas como las mamografías tiene efectos sobre nuestro cuerpo, es un porcentaje muy pequeño del total de la radiación que recibimos de forma habitual. Los estudios disponibles al respecto señalan que, cuando se aplican a la población adecuada, los beneficios de estos programas de cribado superan con creces sus riesgos.
Primera fecha de publicación de este artículo: 23/05/2024