“Robert F. Kennedy jr. ha ganado un juicio contra todos los lobbistas farmacéuticos. El Tribunal Supremo de EEUU confirma que el daño causado por las terapias génicas del ARNm del Covid es irreparable” (sic.). Este mensaje está circulando por distintas redes sociales y sitios web (1, 2, 3), alegando que esta resolución “abre un camino a nivel internacional, para investigar y sancionar en cada país a los responsables del engaño más grande de la historia de la humanidad”, en referencia a la vacuna contra la COVID-19. Sin embargo, esto es un bulo. No hay rastro de este supuesto fallo en el archivo de dictámenes de la Corte Suprema de Estados Unidos y, aunque Kennedy ha ganado una demanda relacionada con las vacunas, esta se resolvió antes de la pandemia y ante el Tribunal del Distrito de Nueva York.
No es la primera vez que circulan contenidos de este tipo sobre la vacuna de ARN contra la COVID-19 relacionados con la figura de Robert F. Kennedy Jr., sobrino del expresidente de Estados Unidos John F. Kennedy y uno de los grandes impulsores del movimiento antivacunas en el país. Por ejemplo, en 2020 ya desmentimos las afirmaciones falsas de una cadena de WhatsApp que le atribuían en la que se decía que las vacunas de ARN mensajero "representaban la manipulación genética" y causaban "daño genético irreparable".
A través de una búsqueda inversa de este contenido difundido, descubrimos que el origen de los nuevos mensajes está en un blog escrito en alemán (Boersenwolf News). Aunque al acceder al sitio web, nos indican que la página buscada “no existe”, la publicación se puede consultar en la página de archivo de Wayback Machine. El contenido fue publicado el 14 de agosto de 2022 con el siguiente encabezado en alemán: “La sentencia del Tribunal Supremo confirma: ‘Las terapias génicas con ARNm de COVID son irreparables’. Así, los autores se enfrentan a un mínimo de 10 años de prisión”.
Los contenidos que circulan recientemente recalcan la importancia de esta supuesta resolución diciendo que “las apelaciones se han agotado” al ser la Corte Suprema la instancia judicial más elevada en Estados Unidos. Sin embargo, no hay rastro de este supuesto fallo “del que nadie habla” en el archivo de dictámenes de la Corte Suprema del país en 2020, ni tampoco en el de 2021. El archivo de 2022 aún no se encuentra disponible, pero hemos realizado una búsqueda de palabras clave para este caso (vacunas, COVID, Robert F. Kennedy, farmacéuticas) en el buscador interno de la Corte Suprema y no hemos encontrado contenidos relacionados con el mencionado fallo.
Asimismo, el propio Robert F. Kennedy ya dijo en 2021 a la agencia Associated Press, miembro de la International Fact-Checking Network como Maldita.es, que otras publicaciones que contenían atribuciones similares en referencia a un caso de la Corte Suprema eran erróneas. “Las citas son inventadas. Está claro que alguien se las ha inventado y la estás promoviendo porque la misma cita sigue apareciendo sin importar cuántas veces la niegue. El mismo artículo sigue reapareciendo”, explicaba entonces a AP.
Robert F. Kennedy Jr. ganó una demanda relacionada con las vacunas, pero fue en 2018 y ante el Tribunal del Distrito de Nueva York
Por otro lado, estos contenidos aseguran que la victoria de Robert Kennedy ha sido “contra todos los cabilderos farmacéuticos”. Sin embargo, en el único caso relacionado con vacunas en el que los tribunales dieron la razón al abogado, la demanda no se interpuso contra ninguna farmacéutica sino contra el Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense (HHS, por sus siglas en inglés), como el mismo Kennedy Jr. comunicó en sus redes sociales.
Este caso tuvo lugar en 2018, antes de la pandemia de la COVID-19. Robert F. Kennedy Jr. y la red antivacunas Informed Consent Action Network (ICAN, por sus siglas en inglés), presentaron una demanda contra el Departamento de Salud por incumplimiento de la Ley de Libertad de Información, al supuestamente no proporcionar en tiempo unas copias de los informes de seguridad de las vacunas que la ICAN había solicitado. Asimismo, el tribunal encargado de dirimir la demanda no fue la Corte Suprema, sino el Tribunal del Distrito de Nueva York.
Además, otros medios internacionales de verificación, como Myth Detector (Georgia) y Associated Press News (Estados Unidos) también han desmentido ya estos contenidos.
Las vacunas de ARN mensajero no intervienen en el material genético del paciente ni están relacionadas con la manipulación genética
Como ya explicamos en Maldita.es, las afirmaciones que dicen que "las vacunas de ARN intervienen en el material genético del paciente" o que "están relacionadas con la manipulación genética" no son ciertas. Estas no podrían de ninguna forma interferir en la secuencia de ADN de nuestras células y, por lo tanto, tampoco causar "daños irreparables" en el organismo.
Mientras que las vacunas habituales introducen en el cuerpo un patógeno atenuado, inactivado, sin la capacidad de provocar la enfermedad de la que se inmuniza o una parte de este, las de ARN mensajero proporcionan las instrucciones para que sea nuestro propio cuerpo el que produzca el antígeno (en estos casos una proteína) y entrene al organismo para que esté preparado frente a la enfermedad. Se están investigando posibles vacunas de este tipo tanto para la COVID-19 como para enfermedades anteriores (la malaria o el VIH) e incluso algunos tipos de cáncer.
A diferencia del ADN que se encuentra en el núcleo de la célula, el ARN mensajero empleado en estas vacunas se encarga de llevar las instrucciones a la maquinaria celular, que se encuentra fuera del núcleo. Por eso, tal y como explican los autores de este artículo publicado en 2016, antes de la pandemia de COVID-19, en la revista científica Journal of Immunology Research, "el ARN no necesita entrar en el núcleo durante el proceso y por eso no hay riesgo de que se integre en el genoma".
Los autores de este artículo de divulgación, publicado en la web de la Universidad de Harvard, proporcionan una analogía para explicar la diferencia entre ambas situaciones. Para ello, comparan el ADN con un libro de recetas de una biblioteca. "En el libro se encuentran las recetas almacenadas, pero no se utilizan. Los pinches de cocina entonces hacen una copia de una receta concreta (aquí el ARN) y la llevan a la cocina (la maquinaria celular) donde el chef va añadiendo los ingredientes en el orden y cantidades que marca la receta. Así se hace la tarta (aquí, la proteína)".
"Modificar el ADN sería como añadir un ingrediente extraño en una receta que ya existe, lo cual podría suponer que el plato resultante sea distinto. Pero inyectar ARN sería como añadir de forma temporal una nueva receta en el libro de cocina sin tocar las que ya tiene el libro, y por tanto no habría cambios inesperados en las recetas previas", explica el mencionado artículo de la Universidad de Harvard.
Primera fecha de publicación de este artículo: 31/08/2022